Desescalada fase 1. Una propuesta delicada.

Mirad. He aborrecido dos palabras, mejor dicho un grupo de palabras y una en particular. Es una frase delicada y para muchos parece significar que desescalada fase 1 es igual a bajar la guardia. A entrar en los establecimientos sin mascarilla o practicar deporte codo con codo. La otra palabra es mascarilla. Y es que cuando a los medios les da por algo, lo agotan hasta la extenuación. En este artículo es mi deseo ilustrar cuán peligroso es ese término que tanto pareció encantarles a los asesores de gobierno: desescalada.

Desescalada fase 1 y Nueva Normalidad.

Luego pudimos hacer una risa con los números. Quedó claro que 0, que es el símbolo responsable de representar que no hay nada, súbitamente adquirió corporeidad: la fase 0. Se podía salir a hacer deporte entre las 6 y las 10 de la mañana. y entre las 20 y las 23. Y esto nos obliga a un delicado término que bien puede extrapolarse a analogías varias y poco trae de bueno en lo que de cuidado haya que guardar.

A mi parecer y tras el paseo de ayer por el Passeig Marítim de Palma, que parecía una fiesta de calle, no descartaría tener que volver a la fase 0, camino de la fase -1, si atendemos a la nueva forma de taxonomizar las fases de lo que me gustaría llamar vuelta a la normalidad y ahora nos van imponiendo sutilmente a decir:

Nueva Normalidad.

Acostumbrarnos a ese concepto puede no tener marcha atrás porque la neurociencia en el lado perverso se recrea a las mil maravillas en ese terreno. Y me preocupa en extremo. Si sumas 11-S, 14 M Y 8M sale 33 y lo divides /3= 11 ? …Ahí lo dejo.

La desescalada fase 1 siempre es más peligrosa que la escalada.

Subir al tran-tran o rápido, quien más quien menos. Incluso con alguna paradiña. Pero cuando se trata de una desescalada cuidadín. Si haces rappel y sabes que puede fallar una piqueta, rasparse una cuerda o sencillamente cometer un error, saldrás muy magullado, o de plano, incluso puede que no lo cuentes si no has bloqueado el mosquetón.

En bici o en automóvil ocurre igual.

Subir, a ritmo o a toda pastilla, relativamente fácil. Pero cuando se trata de descender en una carretera con escarcha que si tocas freno te la pegas y si no lo tocas caes al vacío, o en un coche cuando bajas rápido y los frenos bloquean, pero la humedad te saca del asfalto…todos los supuestos te llevan al descalabro si abusas.

Es una cuestión de probabilidad.

Los ciclistas son artistas. A Eduardo Chozas le enseñó a descender Francesco Moser. De igual modo los pilotos de rallye como Carlos Sáinz y su eterno rival Ari Vatanen. Desescalada Fase 1, quizá demasiado pronto. Saber perder para luego ganar.

Dicen que la desescalada fase 0, para mí, -1, se ha superado.

No lo creo. Me adhiero más al modelo de la Comunidad de Madrid. Es verdad que hay que mover la rueda, pero si la pandemia se reactiva y hay que retroceder, por no invertir dos semanas más de mantener el pulso, la cosa puede ir del palo confinamiento extremo con multas dobladas y de aquí no se mueve ni Dios. Ya sabéis: agentes de policía revisando bolsas a diario, pero con carácter permanente hasta diciembre.

Y lo habremos roto nosotros mismos.

Tal vez lo sepan y dejen en nuestras manos esa responsabilidad, como lo sería igualmente que el Estado de Alarma se aletargara. Se continua confundiendo Nueva normalidad con normalidad y fase 1 con todo normal. ¡Y nada es normal! Como siempre pagarán justos por pecadores. Nuestro país nunca destacará en los grandes números por la mentalidad largo-placista.

¿Que es la Nueva Normalidad?

Me crea mal cuerpo que se acepten las mascarillas como algo divertido. Convertirlas en un elemento cotidiano de nuestra vida es un enclave psicológico muy delicado, algo que no nos conviene. La PNL en un desarrollo demoníaco tiene mucho que decir. Nuestra mente es una máquina muy compleja y hay que escucharla mucho para no caer en las trampas mentales que el lado más despiadado de la neurociencia pone en nuestras manos como una falsa virtud. Algo tan sencillo como ese resorte ya nos predispone a integrar en nuestra mente la Nueva Normalidad. Ya no hablemos de establecer un vínculo sentimental con una mascarilla. Ahí ya el enclave es profundo. Como un síndrome de Estocolmo, sólo que la sociedad se ha dado demasiada prisa.

La resistencia mental que hace falta para vencer una situación crítica como la actual no pasa por establecer falsos apegos.

Te quiere atrapar. La gente no quiere sufrir y se deja llevar por la corriente. Resignación, es lo que hay, madurez, etc, que en el fondo no son más que excusas para no reconocer la falta de resistencia ante lo que vivimos. No estamos conformes con lo que está ocurriendo y sin embargo, viralizamos un modo de aceptarlo. Y aceptación es una palabra muy delicada.

Te invito a que veas la mascarilla como lo que es: el deseo implícito, por su incomodidad, de recuperar la normalidad. La verdadera normalidad.

Hay que ser muy fuerte mentalmente para no dejarse prender. Yo por ejemplo, ayer mismo utilicé la mascarilla que llevaba encima como papel higiénico. Es mi forma de decir y perdonad la expresión que esta mierda pasará, porque es lo que la mascarilla representa para mí, un compañero contingente al que nunca podría echar de menos y del que me desharé a la mínima oportunidad. Tal como pinta la historia igual tendría que comprar otro pack de cinco más adelante, vale, pero no hay vínculo con las actuales. Se trata de una relación contingente. No la llevo cómodo y es importante que ella lo sepa.

La neurociencia nunca pierde su oportunidad cuando intuye la palabra mercado.

La Neurociencia se ha encargado de asociar peligrosamente términos como aceptación, creatividad y normalidad y le ha hecho ahí un mix, un cocktail de alto voltaje al que muy pocos podrán resistirse. Empezando su infiltración en los magazines televisivos, las asociaciones de personas Mayores y las escuelas y acabando por el aburrimiento de los adultos que en lugar de establecer una resistencia hacia este fenómeno que no implica merma, la incorporan pasivamente. Que si mascarillas temáticas, mascarillas de colores…

¡Al infierno! Prefiero despotricar, pero no le voy a dar cancha al tema.

En quince días una maldita mascarilla se equiparará a los calzoncillos y braguitas de diseño y eso es una muy jodida normalidad porque si nos lo hubieran dicho en enero no nos lo habríamos creído. Hay dos formas de sobrevivir: la activa y la pasiva. Soy del lado de la primera opción. Conozco a un tipo que las fabrica con una impresora 3-D, pero no se equivoquen, está del lado activo: el que vende.

En el marco del confinamiento por #coronavirus pocas cosas y tendencias son casuales.

En el tan preciado tesoro que está siendo esa cláusula de salvaguarda para algunos llamada Estado de Alarma, muy en el linde con el Estado de Excepción, los micro-mercadillos están explotando un nicho que creen haber inventado. Me parto la caja. Sólo de imaginar el ejemplo:

“¡Queridos Reyes Magos de Oriente!” Me gustaría que me trajerais una colección de 50 mascarillas de super-héroes.

Desescalada fase 1 no  representa  lo mismo para unos, para los de enmedio y para los otros.

Ser uno, los de en medio o los otros es algo muy relativo. Es posible que si vives una vida activa puedas tocar todos los status. Tras un tiempo confinado he aprendido muchas lecciones de vida y confirmado que nuestra mente se debe proyectar como un foco que arroja luz entre muros y sale hacia fuera.

La crisis de 2008 fue un azote progresivo. Se forjó despacio y se hizo profunda. Pero fue específica. Esta crisis actual es distinta. Ha aprendido de las demás. Es explosiva, lo abarca todo y lo peor, tiene un plan subsiguiente:

¿Quién se ha llevado mi queso…otra vez?

¿Os suena este título?  El famoso best-seller de Spencer Johnson (Empresa Activa). Al crear el brete o compromiso en que se encuentran los gobiernos de empezar a activar la economía mediante unas medidas un tanto extrañas, que por supuesto cumple muy poca gente, lo más probable, espero equivocarme, es que haya un retroceso a la fase 0. Un receso que siempre ha sido en realidad negativo, porque ya hay pérdidas en las familias desde el día que se declaró el Estado de Alarma, la mayoría de empresas tuvo que cerrar y las unidades de consumo con economías más discreta apenas iniciaban su via crucis.

Desescalada Fase 1 y mentalización colectiva ¿Nueva normalidad o Nuevo Orden Mundial?

Es un tema del que hablaba ayer noche con unos amigos.

Unos son aquellas personas, familias y grupos que se llevan la peor parte.

Los de enmedio son quienes de alguna manera la van salvando.

Los otros son aquellos que en cada estacazo oportuno revientan la caja y se hacen cada vez más ricos desde su capacidad de compra en base al poder de negociación.

Parecidos a los otros pero legítimos. Son aquellas personas que tienen una buena lectura y saben guardar en tiempo de vacas gordas, para comprar a buen precio en las vacas flacas, pero sin expoliar a nadie. Se adaptan a los precios del mercado eligiendo el mejor momento. En ocasiones un parecido a los otros puede ganarle la partida a uno de los otros que se ha disparado en sus expectativas.

Ya hay familias que apenas empezaban a respirar y lo habían empeñado todo, ahora vuelven a otra situación de pobreza aún más profunda.

Quienes no lo hayan empeñado ya pueden ir haciendo planes, los de en medio. A menos que racionalicen al extremo su criterio de gasto. Los otros crean las normas para esa Nueva normalidad que en lo único que cambia es en que cada vez las libertades y los derechos son más limitados, no por su valor teórico, sino por su capacidad efectiva de realización.

Lo macabro de este perverso plan de expoliación global, o desescalada fase 1 en que las reglas siempre las escriben los mismos.

Los grandes números dicen que en una vida puedes estar en dos lados, con arte y a una escala relativa, en los tres. Porque los ciclos cada vez son más cortos. No habíamos superado la anterior crisis, por más que digan y ya estamos inmersos en la presente. El de los otros depende de dos cosas. Poca ética y lo más parecido a un milagro.

Si apuras la habilidad y aprendes con este confinamiento a ahorrar, a racionalizar los gastos y a cuidar el número, tal vez seas parecido a los otros, pero legítimo. El sacrificio de unos obra en detrimento de otros, que tal vez más centrados en el día a día, tengan que dejar escapar alguna ocasión. No se puede tener todo. Este confinamiento he tomado conciencia. Nunca es tarde para copiar a la bestia.

Desescalada fase 1 y me huelo, -1.

Cuando todo va como va, no queda otra que trazar un plan B.

Pensar en aquello que se te da bien y potenciarlo. No dejes que la tele y las fake news ocupen demasiado espacio en tu mente y activa toda cuanta iniciativa pueda suponer un desarrollo profesional. Nunca se sabe cuando puedes dejar de ser uno, el de en medio y ser uno de aquellos, uno de los otros, o parecido a los otros, pero legítimo. Ahora más que nunca es importante centrarte en ti mismo, prescindir de las expectativas externas e ir a fondo.

Te invito a leer dos artículos relacionados sobre esta temática:

Crisis explosivas. Rentabilidad en base a la incertidumbre.

Luz entre muros. Sugerencias para crecer dentro del confinamiento.

Un vídeo interesante que orientará el panorama de la Desescalada fase 1:

Descripción de las fases de la desescalada.

 

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