El Nuevo Orden Mundial y su progresiva entrada nos obligan a estar actualizando los sentidos continuamente. Tanto los sentidos, como los suprasentidos.

La actual pandemia, motivo de la propagación global del COVID-19, ha tenido como consecuencia el primer paso explícito en El Nuevo Orden Mundial. Confinamientos, medidas restrictivas y situaciones de todos los colores. Propuestas normativas para nosotros muy extrañas. Más, cuando salir a la calle es prueba suficiente como para darte cuenta de que si este virus es tan letal como dicen, el final nos aguarda pronto, o de plano, nos han tomado el pelo porque a estas alturas deberíamos estar todos muertos. Ojo, no niego la existencia del virus. Sólo su ámbito de extensión.

Supra-sentidos como el raciocinio, la intuición y el amor en sus expresiones de instinto de protección, cuidado, identificación y empatía corren serio peligro tal como los conocemos.

Pongo en duda los datos porque han sido en todo momento contradictorios y la honestidad de algunos estudios matemáticos de análisis y expansión-contracción del virus es dudosa.

Lo sabían desde noviembre y no nos lo dijeron. Cuando entró no iba a ser para tanto, esgrimían. Luego los encierros y a continuación desescaladas, cuarentenas y nuevas restricciones. Una gráfica que no se diferencia de una motosierra. Amigos infectados, familiares desaparecidos. Personas que no pudieron despedirse de sus seres queridos. Por no hablar del miedo y el terror. Cuánto estrés imaginando el fin del mundo. Fabulaciones de tropas, barricadas y hospitales de campaña en cada calle. No hemos llegado a saber en qué momentos los datos se contenían o se inflaban. Los transmisores de la información han sido aun más dudosos. Pero parecen indolentes ante las repercusiones éticas de ese manejo relativo de la información.

Llegué a ver en una plataforma de finanzas online e inversión en opciones binarias, una apuesta por ver qué farmacéutica lanzaba la vacuna. ¡Atención! No la cura, sino la primera vacuna.

Sea significativa de la cura o un billete para el entierro, ya se sabe, vísteme despacio que tengo prisa, no se ganarán los campeonatos de velocidad en cuanto a rapidez en la administración de la vacuna. Incluso el ruin ventajismo ha permitido que algunas personalidades, por decir algo, de la vida pública han hecho barra libre, un self service en toda regla y ya se la han inyectado.

Diciéndolo amablemente: todo el mundo quiere ir al cielo, pero nadie quiere morir.

Andamos listos. Si analizas el tema con frialdad es más bien un insulto a la inteligencia.

Los datos son confusos. Cada autonomía va a la suya. Nos mienten descaradamente. Es patético ver como los efectos del miedo dividen a las personas:

-Los que se creen lo que dicen en la tele viralizan el terror.

-Por otra parte están los maniáticos se lavan las manos cincuenta veces al día y hacen el juego a las multinacionales: guantes, spray, geles, etc.

Y dicho sea de paso, desproveen las zonas corporales que sobre-desinfectan de las bacterias corporales que nos defienden de ataques externos.

-Por no hablar de los miedosos.

Quienes se dejan prender por el miedo se encierran en el Síndrome de la Caverna y huyen de ti como la peste.

-Algunos jóvenes que no son la muestra representativa pero con sus casos se han alimentado los mensajes de warning. Afecta a todas las edades. Los testimonios que conozco de treinta largos y más de cuarenta años  lo han pasado mal. Algunos todavía están convalecientes, pero saldrán de esta. Ahora mismo la afectación es más moral, por la situación y el susto lógico, sobre todo si viven en familia y es muy complicado atender a las obligaciones de la casa.

El duro proceso de restablecimiento cuando las articulaciones duelen y los bronquios se abren a su ritmo.

Ganas ya de recuperar su vida normal, dicen. Repito, son casos contados. Las estadísticas apuntan a personas con cuadros clínicos de patologías cardiorespiratorias crónicas y por supuesto, una avanzada edad.

-Los que viven con sus padres porque no se han sabido independizar.

-No entraré en el caso de personas que viven con sus mayores porque se han quedado sin trabajo, víctimas de un mal divorcio, viudos/as, que son ayudados y a su vez cuidan a sus padres. Así es ahora. Conozco a gente muy capaz a quien esta situación literalmente ha encarcelado. A estas personas todo mi apoyo y comprensión hacia la adopción estricta de las medidas de prevención sanitaria.

-Los hipocondríacos se encierran a cal y canto.

-Las personas mayores están bloqueadas por el terror.

Y Dios guarde a las residencias porque si la vacuna es un fiasco ya sabemos quienes van a pagar el pato.

Como quiera que sea, todo el mundo tiene derecho a gestionar la situación a su manera cuando las implicaciones son lógicas. Cuando vives con personas mayores en un piso no queda otra que sacrificarse.

Lo que está claro es que Nadie podrá devolvernos el tiempo ni a las personas que nos ha robado este virus y su extraña gestión.

-Todo está pensado para que si eres capaz de ver el telón de fondo de todo y sentir respeto, pero no miedo, te exija un sentimiento de culpabilidad por no ser como el resto.

Ser valiente, analizar las cosas fríamente y no dejarse prender por la paranoia, o entrar en el rebaño, inventarte la fobia de turno, convertir tu casa en una parafarmacia y congraciar con esos semejantes que aceptarán por ser miedoso como ellos. Tienes dos opciones. Una convergente o solidaria, teóricamente responsable y otra diferente, manteniendo la perspectiva y sin perder un ápice de energía ni bloqueo por miedo o angustia anticipatoria

Porque participar en la pantomima de la mayoría te puede hacer sentir acompañado.

Ellos, con mayúscula, como tales el sistema y quienes creen en él, tratarán de convencerte de que eres insolidario, irresponsable, inconsciente y temerario. Respeto las restricciones, mascarilla, gel cuando toca y distancias. Pero no por ello me encierro en casa ahora que podemos salir ni me vuelvo loco. En su momento, el encierro intensivo, me quedé en casa, observé, discerní que era lo creíble y lo que nos quieren colocar y aproveché el impasse para crear esta web. Es decir, tiempo obligatorio de clausura, si. Pero creciendo.

Cuando todo esto pase y se descubra como han toreado a la sociedad, muchos se sentirán estafados.

Personalmente me sentiré decepcionado ante la estupidez de la condición humana en general, pero íntegro y con la vista puesta en el siguiente paso. Porque esto va por entregas.

Se puede estar cerca de tus mayores.

-Lleva puesta la mascarilla.

-Mantén la distancia.

-Quedad para veros al aire libre.

Y bien desinfectados/as. Como siempre, la dificultad generalizada presa de ver demasiado la televisión y creer lo que dicen las noticias contribuye a entorpecer la capacidad para leer entre líneas.

Las personas mayores son las que más deben cuidarse y nosotros a ellas y ahí está el meollo.

No soy negacionista, pero cuando veo lo que está ocurriendo el truco es muy claro. Todo se reduce fríamente a cifras. Las personas que se han cuidado lo sacarán adelante y todas las que han machacado su organismo en una intensa y dilatada vida de excesos, o tienen la desgracia de padecer enfermedades cardio-respiratorias endógenas de carácter crónico resultado de dichas extralimitaciones, lo tendrán mucho más complicado. Y entonces, Señora Lagarde y en nombre de aquellos indecibles a los que representa le daremos la enhorabuena, porque tras esta pesadilla seremos menos.

Mientras tanto los contra-mercados, los sectores que ganan cuando otros caen en picado están obteniendo réditos espectaculares.

Las empresas que han obtenido altos ingresos a lo largo de una vida, pero que han sido mal gestionadas por sus fundadores y administradores, serán pasto de quienes saben esperar oportunidades. La depredación económico-financiera en ocasiones es legítima y en otras perversa. Si tienes dinero y encuentras una oportunidad, luego no tiene sentido no aprovecharla. Donde otro fue incauto tu supiste estar. El informado gana al desinformado. Como el despierto se adelanta al dormido y el avispado al soñador. Otra situación: la actitud despreciable sucede cuando estás en una posición dominante y sabes que emitiendo una ley o reglamento vas a hundir a una empresa familiar humilde, o pones por delante seguir calentando la silla a las consecuencias éticas de esa complicidad, lo que eres no tiene nombre.

-Alta volatilidad.

Las subidas y bajadas en las bolsas se ha acelerado reaccionando con más velocidad que nunca ante cualquier noticia de impacto que confirma o contradice el argumento que disparó la cotización, o la reventó en un down seco.

-Vulnerabilidad financiera:

Quien no sepa defender sus ingresos por el trabajo por haber tenido una vida muy ociosa, o porque estaba empezando a despegar y tenga una vivienda que despachar, vaya preparándose para una oferta ofensiva para evitar la ejecución por embargo.

-Los medios de comunicación están obteniendo réditos interesantes en publicidad VIP

Por cada titular explosivo sobre temática sobre el virus. Las agencias de noticias fake, que por lo visto son legales, se están poniendo las botas diciendo tonterías. Ya es difícil distinguir de todo lo que dicen si algo tiene sentido. Mantén la mente fría, haz cálculos, reposa y asimila antes de dejar que el imaginario colectivo te contagie de miedo.

-La tecnología repunta.

Las empresas tecnológicas y la promesa del teletrabajo se encuentran en un marco de competitividad fiera por copar el mercado, pero las ventas se han disparado.

Si tienes que teletrabajar un ordenador tendrás que comprar.

Algunas gestiones escapan a nuestra comprensión y no de la medida, sino del grado de cordura de quienes las proponen.

No son pocas las ocasiones que me estremezco al ver en una determinada población que el alcalde o regidor resulte ser el vago de la Universidad. Aquel/lla que te pedía los apuntes porque en el césped fresquito en primavera se estaba mejor que en clase o en la biblioteca. O aquellos/as que sabían camelarse al profesor/a. Es un arte, como otro y claro, como la simpatía consigue votos…en fin.

Recuerdo que algunos amigos, tan pronto finalizamos la carrera me animaron a afiliarme al partido de moda.

Menos mal que no lo hice porque habría pasado un período en presidio. Siempre preferí depender de mis propias posibilidades. No deber favores te hace la vida más fácil. Odio las etiquetas y que un partido te diga me debes esto o lo otro tiene que ser como esa sombra que no te abandona. Total, que estas personas cuya consigna es la búsqueda a ultranza del camino rápido, son quienes ahora comunican restricciones y se las pasan literalmente por el forro. Todo absurdo. Kafkiano, inhumano. Cuando se obedecen ciertas órdenes, el cargo peligra, el Pueblo deja de importar y no se tiene la dignidad de dimitir, pido a Dios que el Karma sea muy contundente para estos sujetos.

¿Quién lo hubiera podido imaginar?

Siempre lo digo cuando muchas personas fantasean con la idea de que la izquierda, el centro, la derecha o las coaliciones van a cambiar la senda del panorama socioeconómico de un país. ¡Vamos a ver! Alguien financia las campañas electorales y lógicamente, quien pone el montón exigirá condiciones al nuevo equipo de gobierno.

Y surgen sensibles cuestiones:

¿Alguien se imagina que las grandes decisiones se tomaran en la sede de un gran banco en lugar de en un parlamento?

¿Es la Democracia una realidad meramente conveniente para los intereses del consumismo global?

¿Es la película In Time el thriller distópico más acertado de todos los tiempos?

¿Qué edad tienen estipulada quienes organizan estos tinglados o circos en que los gladiadores somos nosotros?

¿Qué acuerdos comerciales a nivel internacional suponen una amenaza para la supervivencia de la  pequeña empresa?

¿A quien benefician las medidas restrictivas? A quien perjudican ya lo sabemos.

Cada semana que se alarga el cierre de negocios del sector hostelero hay una caída de empresas.

Lo intentaron arreglar con una inyección de capital que puede dar para medio-cubrir la supervivencia del negocio. No así la subsistencia personal y familiar.

Avionetas que sobrevuelan las ciudades a cualquier hora, agua corriente, embalses, pesticidas en los cultivos…Lo único que puede salvarnos es una mente con una capacidad de análisis crítico y de resiliencia tan potente que imponga las ganas de vivir a los efectos que para el organismo suponen esos venenos.

De momento hay más calvos y cáncer que nunca a una temprana edad, mayor índice de fragilidad espermática y un elevado número de trastornos cuya abundancia habla más de una tendencia que de un accidente.

Los telómeros de nuestras células son bastante más vulnerables y frágiles que los de nuestros antepasados. Se supone que comemos más sano que nunca, tenemos el mejor asesoramiento en materia de salud de todos los tiempos y se practica deporte en abundancia.

¿Los efectos del estrés? Tan sólo es una posibilidad.

Se estaba preparando algo y a la vista de que es mayor la preocupación de las personas llegar a cierta edad sin una pensión ni recursos, que la declaración de una guerra, visto está que han tomado nota. O al menos así se lo han dicho los números. Y ¡boom! Pensando que la sociedad no tiene memoria, en menos de dos años aparece el virus. La lectura es:

Como personas no les importamos nada y los índices de consumo informan un límite de edad interesante. Y lo peor es que ambas lecturas son compatibles. De ahí la archiconocida frase de cuatro palabras: sólo somos un número.

Los chinos plantearon y fijaron tener un solo hijo por familia. En Occidente las medidas parecen haber sido más pragmáticas. Los mercados mandan y somos su objetivo. ¿Hasta qué punto tienes la certeza de ganar esa batalla a tu favor?¿Eres presa del consumismo o tienes tu propio sistema de vida? La respuesta afirmativa a ambas preguntas te sitúa en una posición optimista respecto a las consecuencias futuras a medio-largo plazo de todo lo que acontece.

A nivel social. Cuando liderar por liderar es posible y la coacción se normaliza bajo los auspicios de un depurado y fino chantaje emocional. Todo se maneja en desprestigio de los no afiliados a los grupúsculos de supervivencia empresarial.

Se está cultivando y oficializando una reestructuración en la idiosincrasia de los grupos sociales. Hoy en día el cinismo, la hipocresía, la presión y todo junto en forma de un mobbing sostenible ante el cual llegas a desarrollar una habilidosa resistencia y un cierto grado de distanciamiento social son la respuesta efectiva al asociacionismo servil de la manada. El miedo es una garantía de control en las empresas donde Recursos humanos y socialización del capital es el grito. Unos hacen uso de él. Otros prefieren cuidar a sus trabajadores.

Ocurre mayoritariamente en el marco de las profesiones. Normalmente, en el ámbito de tu vida privada donde:

Sabes quienes son tus amigos porque siempre has tenido claro quienes eran. 

Otros, con habilidades sociales más restringidas y personalidades superficiales con dificultad para establecer vínculos efectivos, o dicho en plata, amigos de verdad, tienen que buscarlos en el trabajo.  Puede que el revés sea duro. Es difícil dilucidar:

Si no tienes un instinto desarrollado para ello, es complicado determinar si quien está cerca tuya te quiere estudiar para prepararte una trampa o buscando sinceramente, una amistad. Normalmente sospecha cuando:

-Tus superiores busquen cercanía.

-La gente se aproxime demasiado sin ser invitada.

Los he conocido de toda clase. Os diré la cantidad de amigos reales que he hecho en el trabajo: 11 en 20 años. Con eso lo digo todo.

El resto, conocidos cuyos nombres me cuesta recordar, algunos que he olvidado y otros, por venir, ya se verá. Soy pesimista porque no puedo ser deshonesto conmigo mismo y me cuesta creer en los milagros. La lealtad entre iguales, la fiabilidad y la conexión no son la tónica general. Por eso, cuando encuentras a tu par, lo sabes enseguida.

En el terreno profesional los pseudo-líderes buscan establecer vínculos que palíen sus carencias gestoras y sus miedos al modo de ejercer la autoridad.

Porque dirigir no significa necesariamente hacerlo bien y tener una autoridad oficial no significa ejercer una autoridad legítima. Ostentar poder y ser una persona miserable pueden coincidir. Del mismo modo que el directivo cuyo fin es dejar que todo funcione confiando en el buen hacer de las personas. Tienen capacidad de disolución porque al hacer las cosas en orden, nada ocurrirá que cruce vuestros caminos.

¡Oh Capitán, mi Capitán!

El colegueo, organizar fiestas para integrar al grupo y tratar de comprar las votaciones agasajando a los miembros de la plantilla mediante pasteles y celebraciones varias es algo fácil de ver. Averigua que ocurre en el seno de ese grupo cuando manejas la distancia y dejas claro que tu vida es tuya y que no entras en el rollo. Si te aíslan, es buena señal.

Estás solo, pero en la mejor situación, porque estás a salvo de pertenecer.

Personalmente respeto, en el sentido de que considero, más allá de lo oficial a un jefe que:

Pueda enseñarme algo.

No tenga miedo a presentarse como un superior jerárquico. Me diga lo que hago mal para rectificar lo antes posible. Al no depender del reconocimiento, por ese lado no me va a poder comprar ni condicionar.

Se abstenga de utilizar argumentos del terreno personal como un modo de negociar futuras situaciones.

Me respete no ofreciendo algo que no he pedido bajo la presunción de que eso me pueda interesar.

Ni mucho menos observar a un compañero/a, a menos que detecte algo flagrante que pueda resultar un peligro para los clientes de la empresa o miembros de la propia organización.

Que no me propongan directa o indirectamente guardar silencio sobre un tema que constituye una grave negligencia. Si yo puedo responder de mis actos, otros deben poder hacerlo. La conciencia es lo último que se pierde. Si no tienes nada que perder y no estás pillado por hijos u otras obligaciones por duro que pueda parecer, puedes ser y mantenerte más íntegro y profesional que si las situaciones te obligan a encubrir y a agruparse para hacer la vida imposible a fulanito o menganito por no ser del Club. No es nada personal, pero literalmente, es gente que causa repulsión.

No me ponga en un compromiso y me respete tal como soy. Que respete mi espacio personal.

-Valore el trabajo serio y riguroso.

Igualmente te sientes traicionado cuando esos jefes compran a vagos, maleantes y caraduras tratándolos con amabilidad. No se puede quedar bien ante todos los miembros de la organización. Resta credibilidad. Nadie cree a un líder con rasgos de político o clerical. Por desgracia algunas situaciones requieren compromiso y mano dura. Cuando eso no ocurre, los justos dejamos de creer. Las normas deben ser iguales para todos. El trato, relativo a los méritos de cada cual.

Un jefe que desafíe a sus superiores si se da el caso de una situación crítica en la que un trabajador necesita una tutela o un testimonio ante un conflicto y no superponga intereses personales a su función de representación legítima de su plantilla.

Una persona que no tape continuamente situaciones en favor de sus protegidos.

-Si ese jefe quiere ser mi amigo de verdad, que me llame cuando haya dimitido. Hasta entonces, el rol es el rol.

Los he conocido y los tengo por amigos. Hay pocos, pero merecen la pena. Cuando finaliza su cargo pueden continuar en la misma empresa porque su buena gestión será reconocida y se honra.

Formar parte de un grupo por temor a la soledad y por necesidad de adscripción al propio grupo en busca de la aceptación y el reconocimiento puede significar precisamente lo contrario:

Vulnerabilidad interna como individuos, aspiracionismo, inseguridad como la revelación implícita de baja autoestima y autoconcepto. Sus directrices y pseudo-código de valores suelen ser hedonistas y hasta cierto punto, sectarias. Si Judas se vendió por treinta monedas de plata, en el ámbito ejecutivo se hace por un cargo, garantizar una continuidad, la necesidad de justificar una línea de gasto alta, o el mero placer de ejercer la autoridad.  La mera ostentación del cargo. He visto a empresas nombrar directores a trabajadores fáciles a los que se quería despedir.

El verdadero poder reside en la capacidad para actuar con equidad, justicia y respeto.

Unos objetivos duros y materialmente difíciles de cumplir y ¡Ale!

Ya se sabe lo que ocurre con un piloto no profesional con una copa de más dentro de un vehículo de competición: los factores de riesgo son muchos, las situaciones límite a velocidades elevadas y suelo mojado no se controlan, las inercias son brutales cuando una curva inesperada se aproxima, la visibilidad reducida exige unos reflejos que no se han trabajado  y en definitiva, una mente no preparada para gestionar dichos límites puede responder de forma aleatoria ante la aparición de un obstáculo súbito. Pero no con LA reacción esperada para un profesional. A menudo, el final es trágico. En el ámbito empresarial es la propuesta de dimisión y la reprobación.

Ser leal a las bases de funcionamiento de esos grupos cuya consigna es el con nosotros o contra nosotros y cuya materia de engorde es la burla y la marginación a los que sencillamente son diferentes no es nada bueno.

La situación actual, los ERTES, la inestabilidad, el miedo y la inseguridad propician en muchos trabajadores conductas miserables hacia sus compañeros. Aquí hablamos de los adeptos:

Hipocresía, espionaje y conspiración por un menú gratis, trampas, ocultación de situaciones flagrantes, ocultación documental, manipulación de documentos oficiales, venta y manejo ilegal de bases de datos. Todo por  la promesa de un cargo, salvar el trasero, la repetición de un nombramiento o simplemente la continuidad en el puesto de trabajo.

Cuando se es un bandarra y se necesita que se cubran los fallos, hay que picar hacia arriba, tocar puertas, caer bien y hacer favores sucios. Un juego peligroso.

Estas conductas en su conjunto, por desgracia abundan. Se habla más que nunca de empatía, pero es fácil denostar al prójimo a cambio de un pago fácil. La coacción es el fondo. Una falsa fuerza. Hay más fortaleza en la decisión terminante de preferir estar sólo o con unos pocos, conocerse bien y no vender el amor propio y la dignidad, que en la adscripción incondicional a esas referencias cuyo pago puede ser paradójicamente la adoración, la sumisión y obedecer a ritos de paso cuya base es denigrar a otras personas, sean o no conscientemente que se degradan a sí mismos/as. Es más fácil regularizar la mala conducta y buscar protectores para encubrir esa conducta, que esmerarse por propia iniciativa y respeto al cargo en corregirla.

Si sabes lo que vales y cumples no hay problema. La justicia estará de tu lado porque siempre tendrás a tu favor el peso de la prueba. ¿Eso sí, estás preparado?

A veces no pelear no es una opción. ¿Cómo andan tu amor propio y tu autoestima llegada la hora de lidiar con todo esto y proteger tus intereses y tu dignidad? Quien calla otorga no siempre es la solución a tu favor. Manejarse con la ventaja de la indiferencia es una buena opción y el ataque en el momento oportuno, otra estrategia válida. Lo que no vale es ceder cuando lo que te juegas es más que la propia situación.

La sociedad del siglo XXI fue pre-entrenada, o qué diantre, pre-programada.

Todo desde los descubrimientos de los psicólogos norteamericanos desde Newell y Chomsky, pasando por la Cibernética, el funcionalismo de Karl Brunner y los primeros pasos de la neurociencia subrepticiamente para perder la memoria desde la programación Orientada hacia ello por parte de la LOGSE.

Así fue en España. Un país de copia y pega donde trabajar y ser serio está penalizado y ser un granuja es una profesión rentable.

Todo esto mezclado con algo de Pavlov, porque el consumidor patológico saliva ante un móvil de vanguardia o un cuerpo diez vistiendo una prenda ceñida. Pincelamos un poquito con Bandura y el aprendizaje observacional aplicado de forma salvaje en el tráfico de bases de datos entre grandes corporaciones. Vygotsky y sus zonas de desarrollo próximo y distal funcionan a la perfección. Si la familia es vulnerable en la elección de sus prioridades y las instituciones siguen una línea, la capacidad crítica de esos niños del ahora y del futuro está muy condicionada. Los niños hacen lo que ven. Es el tiempo del cognitivismo conductual. Los datos pesan más que nunca.

Karl Rogers, desde la corriente del humanismo lanzó el contra-mensaje de compensación a todo esto, igual que la terapia gestáltica y sistémica, siempre y cuando las academias que administran dichas terapias no estén corrompidas.

 Una ley cuya intención era la instrumentalización de esa gran parte de la sociedad que no puede recibir su educación en centros elitistas y privados.

Se intentó maquillar con el reinventado concepto del aprendizaje significativo. Sin embargo, cualquiera que estuviera bien anclado en lo que es un conocimiento válido y aplicable sabe que la memorización de lo no comprendido prescribe rápidamente. Aprendizaje significativo, pero sin memoria histórica. Ahora la memoria histórica se utiliza de forma perversa. Así va este país.

Las teorías Evolutiva y de la Selección Natural de las Especies de Charles Darwin se ha afirmado con más contundencia.

Quienes sepan negociar las líneas de moda y tendencia que marquen los mercados, un 10% tendrá un margen de supervivencia mayor que el resto. Son personas y grupos más difíciles de estudiar, tienen una mayor disciplina y un intelecto más potente que les hace más hábiles en la toma de decisiones. Saben vivir con poco o muy poco y los argumentos que les anclan a la vida no son materialistas, sino humanistas-naturalistas. Esto ha sido así siempre, pero ahora con mucho más énfasis. Repasemos un poco la incidencia en el impacto de la Nueva Normalidad en la vida de las personas que provenimos del Siglo XX.

Memoria a nivel de historia personal, valores y familia:

¿Cómo procesan nuestros mayores la distancia con sus hijos, nietos, hermanos, si les quedan?

El contacto se extraña. Son personas que viven del abrazo, la experiencia vital, la proximidad y los momentos entrañables. Por eso y por lo que ven venir, o saben desligarse emocionalmente y centrarse en lo que aun pueden abrazar, o mueren por dentro y la tristeza a ciertas edades pone la máquina vital en off.

¿Cómo se asimila la sensación de cansancio de ver que día a día parece que el mundo, el estilo de vida consumista y los avances tecnológicos los excluye?

No todos los abuelos tienen la motivación, capacidad o competencia para hacer uso de los dispositivos que les acercan a sus seres queridos. Algunos los más olvidados, están solos, con lo cual no tienen a quienes les ayuden y en su caso, a nadie con quien hablar. Puede que todos se hayan ido. Creo que la Pandemia mata más por el impacto psicológico de las personas que viven en el cable emocional que propiamente por un contagio. Los datos, ejem, dejémoslo en que no sabemos en qué criterio se basan sus variaciones, si a criterio de presión social, científicos o económicos. 1 y 3 pueden coincidir.  La ciencia, depende de si es independiente, o por contra, mercenaria.

A colación de la confusión y el revuelo que genera esa mezcolanza de sentimientos de miedo, soledad e ira, hay estructuras que se van modificando, dejando cualquier anhelo de la anterior normalidad en una ilusión.

Y es que el Nuevo Orden Mundial ha llegado. Recuerdo cuando Christine Lagarde pronunciaba burradas como que las personas mayores vivían demasiado. Y claro, supongo que para una mentalidad que lo procesa todo en números, técnicamente el resultado de las previsiones era ese. Y en poco tiempo, cuando cualquier insulto hacia la inhumanidad de esas declaraciones es amable, mira tú, surge un virus capaz de atacar sistemas inmunológicos frágiles, y personas con trastornos neumológicos agudos, así como enfermedades crónicas.

Personalmente lo dije hace tiempo. Una guerra en Europa no tenía sentido.

Tenían que hacerlo de otra manera. Y ahí hay un conflicto. Cuando hay dinero, un director de una oficina bancaria tenía más presencia que un político. Durante el boom siempre había algunos miles de euros para cualquier proyecto, vacaciones, ocio. Fácil. Entonces te trataban de Don o Doña.

Anécdota:

Cuando era gilipollas llegué a regalarle dos libros al director de mi oficina en aquel momento.

A día de hoy me califican de borde y algunos huyen. Lo que no saben es que para según quien ambas cosas son mi objetivo. Las palabras justas, y lejos, mejor que cerca.

Para los míos, ¡No limit!

¿Quién carajo necesitaba a un político, hablando mal y pronto?

Tomamos conciencia forzosa de su relevancia, por decir algo, de lo político, cuando Aznar quería llevarnos a Iraq, cuando el 14M, en la crisis del 2008, no hace mucho con la esperpéntica concatenación de cuatro o cinco elecciones y ahora, con la pandemia, que ejercen al dictado como mensajeros de las exigencias de la pandemia. Está claro el matiz de ese concepto. Atrás quedaron los grandes intelectuales de la política. Hoy en día, cualquier dirigente puede ser desmantelado sencillamente con una revisión de vídeos de Youtube.

Tienen razón quienes hablan de un futuro Matrix.

Leer a William Gibson sobrecoge a la vez que apasiona porque ahora veo que lo que reflejan esas lecturas en las que hice inmersión a principio de siglo eran ciertamente preparatorias.

Cuando las plataformas virtuales hayan usurpado a un nivel superior las estructuras mentales de los individuos de un futuro cuasi inmediato, la falta de memoria por parte de esa nueva sociedad de todo lo que nosotros hemos conocido de una experiencia vital, se volverá frágil en aquellos cuya herencia sea lo recordado de lo contado a temprana edad.

Si se ha nacido millenial, ciao ciao a la capacidad de discernir posibilidad alguna de libertad.

Igual con la justicia. Ya no se distinguirá la verdad de la mentira. Ambas soluciones no serán relativas, sino virtuales. Real o virtual, verdadero-falso, obligación o derecho, amor o conveniencia, compañía o soledad, tocar o imaginar, olfato y gusto, oír, imaginar, sentir o meramente opción asociada a una idea en un menú capaz de recrear artificialmente los sentidos y generar algunos nuevos. Decisión personal o condicionada. Ilusión o realidad, impulso o decisión, pensamiento o recreación. A nosotros es difícil que nos engañen.

En muchas cosas ya lo hacen y hemos tenido que desarrollar una pericia, suspicacia y perspicacia para detectar los engaños y reaccionar frente a ellos echando luz sobre la sombra. Al menos en lo esencial.

Sabemos lo que hemos vivido y sentido. Los jóvenes del mañana sentirán lo que se entienda por sentir a la capacidad que tengan los estímulos recreados de lo virtual con la misma facilidad con que nosotros lo hemos percibido de verdad. Dicho de otra manera, la diferencia fundamental es que se diseñarán, si no se ha hecho ya, líneas de código fuente que creen en la mente que no ha experimentado algo previo que genere una disonancia, de lo que nosotros hemos vivido como real. Si los sabores se pueden reproducir con aromatizantes químicos artificiales, pasarlo a código y convencer a la mente de que eso es así. Seguro que ya no es tan complicado.

El Peligro de las App’s es de igual tamaño a su grandeza.

Las aplicaciones son medios creados para facilitarnos el trabajo. No debemos concederles la capacidad de pensar por nosotros. Pueden apoyarnos en la gestión del tiempo aportando agilidad y funcionalidad así como disponer medios de filtrado de la información para su interpretación. Las cosas como son. Esa última función intelectual hermenéutica o interpretativa debe seguir siendo inherente al usuario. Lo contrario sería que las máquinas nos ganen la partida definitiva. Ya se han cargado algunas profesiones y oficios en el ahorro de personal. Hay que controlar su evolución y conservar la agradable sensación de saber que algo funciona bien porque has tomado las decisiones adecuadas. Nada me cabrea más que cada dos por tres me cambien al gestor de mi oficina.

¡Atención de calidad al cliente y personalizada los cojones!

Si no interesa que un agente eficiente y honesto me atienda porque esa bondad mira por mí más que por la casa, consideremos lo que es. Alguien me atiende y punto. Asumo que tendré que repetir la misma historia cuatro o cinco veces al año. Pero que no me vendan una oficina bonita como un servicio exclusivo. Porque es lo que es. La deshumanización de los sectores de lo humano. Todo para que te canses, desistas y dejes de luchar. No lo hagas. Incordia, defiende tus intereses, reclama, aunque sea por veinte euros. No hacerlo refuerza un precedente muy jodido por el que muchos pagaremos.

La lástima es que cuando tienes a un asesor/a bueno/a que te asesora bien, en la siguiente cita previa te lo han cambiado.

Nosotros planteamos la resistencia porque podemos distinguir lo genuino a través de los sentidos.

Con el tiempo y en la realidad virtual, o la deshumanización, para quienes no tengan la oportunidad de vivir en la realidad como nosotros, los sentidos serán receptores de ilusiones instaladas en el cerebro mediante estímulos artificiales.

Por ejemplo. Imaginemos que en cien años alguien implanta un libro de texto para primaria en el cual los plátanos son y saben como manzanas y estas como plátanos.

¿Qué huella digital habrá que revele a esas futuras generaciones que eso no era así antes? Porque en ese momento y ante una memoria extinguida, lo real y verdadero será lo que se vea y se sienta. Ese es el esquema que pretende la Nueva Realidad y no debemos permitir. Básicamente porque no nos gusta.

Supongo que la borrarán para que ese sistema de falacia en forma de nueva realidad se consolide. Y nosotros no estaremos para contarlo. Imaginad este simple ejemplo con la conceptuación para muy sucesivas generaciones respecto de la historia, la libertad, la justicia y los valores en general.

Si escuchamos a William Shakespeare, la vida es puro teatro.

Digamos que la diferencia está en que hoy en día los actores son conscientes de que están interpretando un papel. Más adelante, serán los personajes sin otra conciencia que la que les otorgue el sistema en el papel diseñado y en el rol que se espera de ellos. Algo así como el Show de Truman, pero normalizado.

Como decía mi abuelo, no estaremos para verlo. Me reconforta.

¿Mi cuerpo o mi otro yo en 3-D?

…Para no acabar, pero supongo que la idea se entiende. Ocurrirá igual con el sexo a distancia, las falsas relaciones de amistad virtual, mediante el intercambio de imágenes a tiempo real de momentos especiales. No sé, cuando eres del siglo XX, todo esto te parece muy patético. Dudo que participe de esa realidad. Como he dicho anteriormente, si eres capaz de adaptar tu estilo de vida a un patrón alejado de modas y tendencias, tienes mucho ganado en tu supervivencia y en el modo de llenar tu espíritu más de grandes momentos y compañías presenciales, que de porquería digital y rollos virtuales.

Lo siguiente es el dinero virtual. Ya se ha lanzado el globo sonda de que los cajeros automáticos desaparecerán. ¿Cómo lo ves?

-¿Estás preparado/a para concebir el valor del dinero sin una vinculación material hacia él? Vamos, con la idea de que corporeizado o digital, lo que procesas es un balance. Y como hoy en día la educación financiera y el juicio de oportunidad del consumidor o inteligencia financiera son por lo general muy deficientes, más presos tendrá el sistema: sensibles al miedo, renuentes a pensar en exceso, más taciturnos, chantajeables y fáciles de disuadir.

-¿Sabías que el dinero digital cunde un 30% menos que el físico? A eso le añadimos el bofetón que nos supuso la entrada del euro y la inflación desmedida que acarreó además del factor divisa la pregunta es:

-¿Sabrás vivir con la ansiedad de que el día menos pensado un fallo de sistema borre tu liquidez y todo tu dinero se esfume? Lo mismo con el historial laboral.

Como dice mi querido tío: El verdadero poder lo tienen las gestoras de provisión de energía. El día que bajen la palanca volvemos a la edad de piedra. Tal vez fuera interesante ese puntazo inesperado. Muchos sabríamos que hacer. Otros, para quienes la vida demanda de posesiones, propiedades y adornos, tendrían un verdadero trauma.

¡Bienvenido con todo esto al Nuevo Orden Mundial!

Una realidad en la que tener consolidada la propia identidad, las prioridades y centrar la vida en lo sencillo, se perfilan como las claves no tan sólo de supervivencia, sino de conservación de la creencia y la consciencia de autenticidad.

Los enemigos:

-La duda.

-Confirmar al sistema que tal como Él cree, eres un número. Eres mucho más, pero poco importa si estás convencido/a de ello.

-El miedo.

-La Manía.

-La inseguridad.

-La dependencia de personas, modas y tendencias.

-La decisión condicionada.

-La falta de inquietud por la historia y la cultura.

-La falta de iniciativa.

-Virtualizarlo todo.

-Aceptar incondicionalmente la oferta de invitación a la comodidad.

-Comprender y refrendar la necesidad de que lo difícil merezca la pena.

-El alejamiento social.

-La cosificación de la realidad.

Conclusión.

Si esto ha sido intencional, que Dios les perdone porque nosotros estamos muy cabreados. Y si ha sido la naturaleza en rebelión por los excesos que para ello soportar la marcha que le impone nuestro avance, le pedimos disculpas de todo corazón.

-Sólo pedimos que no se pierda la referencia de lo humano. Porque somos más que un número.

-Cambian sin remisión tanto las formas de entender las realidades, como el modo de sentir y relacionarse las personas y el entorno laboral. De hecho cambia de pleno el concepto de trabajo.

Será muy duro.

Te recomiendo la lectura de tres libros:

 

Steve Jobs. Biografía de Walter Isaacson. Al finalizar podrás comprender por qué Jobs sentía que esperaba que la humanidad le perdonara por lo que había hecho.

Neuromancer, de William Gibson. Fue una profecía. Ahora todo cuadra.

La biología de la Creencia. Del Dr Bruce H. Lipton. ¿Hasta qué punto la mente puede llevarnos más lejos de los límites genéticos?

-Si tienes una conciencia resiliente arraigada

-Te riges por tus propios principios.

-Agrupas dosis altas de energía mental

-Te agarras a la vida con todo tu ser y la disfrutas.

-En justa medida antisistema por una cuestión de identidad  y quieres descubrir un modo de gestionar tu energía interna  y creer en el poder de tu mente sobre tu cuerpo, este es tu libro. Las farmacéuticas atacaron a su autor. Por algo será. Léelo.

 

 

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