El contexto actual en el marco de la pandemia nos mantiene afrontando contratiempos cuando ahorramos. 

Continuamente nos encontramos afrontando contratiempos cuando ahorramos. En todos los ámbitos. El ahorro y el contexto financiero personal a nivel de sistema doméstico o nano-economía no son un hecho excepcional. De facto es uno de los pulsos más duros que tendremos que librar día a día. Especialmente cuando las circunstancias son complejas, los recursos escasean y la moral se encuentra en un estado de fragilidad anímica.

No es agradable ver que los pájaros vuelan bajo.

Sobre todo cuando hemos manejado un nivel. Ir de más a menos siempre es desagradable, así que desde un planteamiento cognitivo, procesamos la situación y pesa menos el venir del infortunio que cada paso que damos para restaurar el balance, y por contra, ir a más. Es el mecanismo inverso. Permanecer inertes mientras el tiempo corre, o actuar en pos de la mejora. Cada signo y acción positiva es un acercamiento a ese refuerzo moral y financiero. Siempre hay un euro clave y parte de una acción inteligente, ya consista en centrar un gasto, eliminarlo o reducirlo.

Si no nos concentramos y dejamos que los malos momentos nos venzan es muy difícil consolidar la escalada.

La excepción no puede convertirse de nuevo en norma porque entramos en recesión y los viejos hábitos que nos arruinaron, regresan. De la forma más tonta no nos damos cuenta y ya estamos comiendo y cenando fuera, llenando la nevera de porquerías y reventando on tilt el buen trabajo que habíamos realizado. Y la moral va detrás en un bucle difícil de quebrar. En un par de días se puede hacer un destrozo. Hagamos que cambie la historia. ¡Es hora de forjar un cambio!

El problema fundamental es la finitud de nuestro tiempo existencial.

Los retrasos en la concienciación y/o las discontinuidades de las autojustificaciones alargan el proceso en exceso y más fácil es desmoralizarse porque cuando los recursos escasean, hay que tratar de salir de la zona crítica cuanto antes. 5 euros al día son 1800 al año. Así de simple. Un gasto no pertinente bajo los auspicios de la justificación de un mal día pesa a futuros.

Así pueden pasar semanas, meses, años y la angustia aumenta.

Y si ves que el resto gestiona de forma fría y tu de forma emocional, ellos avanzan y tu no, te hundes. La historia personal nos marca y no podemos permitir que las viejas heridas nos anclen al infierno de forma permanente. Hay demasiado que ganar, demasiados proyectos y momentos buenos que disfrutar y si bien el dinero no debe ser la prioridad, seamos consecuentes, sólo a partir de una base de cobertura de necesidades básicas podemos extender la mente y el espíritu a la grandeza de otros bienes como momentos y lugares para compartir.

No hace falta ser ricos, pero sí solventes.

Quien diga lo contrario miente. El dinero deja de ser importante cuando deja de suponer un problema en cuanto a la capacidad para responder a las eventualidades. Llegará un momento en que no podremos trabajar y esas actitudes y hábitos consolidados marcarán la diferencia entre la miseria y la amplitud, la angustia y la relajación.

Si no hay compromiso la forma de afrontar la realidad languidece a nivel de actitud.

Una actitud poco proclive y leal a los objetivos hace que nos volvamos vulnerables, tendemos a conductas de todo o nada ante el desánimo de ver cómo meses de esfuerzo se derrumban como consecuencia de una avería en el momento más inoportuno. Y sin embargo no queda otra, enmendarse o lamentar hasta los restos, segunda opción que es un verdadero desaprovechamiento en términos de cuánto merece la pena lograrlo y empezar a experimentar la conciencia resiliente, la autonomía financiera, la seguridad interna que confiere la certeza de un dominio paulatino en el control fáctico de impulsos. A la vez hay que saber cuando una excepción es necesaria.

Y lo más importante:

Aunque suframos un revés, a diferencia del pasado, ahora tenemos la herramienta fundamental: el hábito adquirido que nos hace recuperar rápidamente.

Afinar nuestra competencia en la optimización  de cuentas se convierte en una prioridad.

No afanarnos en el proceso que implica la mejora no es una opción. El hecho de saber que vamos a tener que afrontar privaciones hace que cueste involucrarse. Sin embargo es fundamental una pregunta:

¿Acaso no es más desagradable la certeza de ver y saber como cada día que no nos hacemos propuestas, más alargamos la agonía?

Cuanto antes nos situemos en un marco de concentración más elevaremos nuestro locus de control interno en el manejo estratégico. No viene al caso ahora continuar culpabilizándonos si hemos sido malos gestores, si vivíamos al día y la Pandemia nos ha dado de lado, o lamentar si hemos sido víctimas de un ERTE debido a esa circunstancia.

Los sentimientos paralizantes poco aportan ahora mismo.

Asimilémoslo:  Lo único que importa ahora que tu número se ha cerrado, a la par que reinventándote, buscando empleo o creando un proyecto empresarial, es ordenar todos los ámbitos y crear una lista de gastos y necesidades, valorando honestamente cuáles de ellas son realmente prioritarias o si son gastos creados que pueden reducirse/eliminarse. Acostúmbrate a pedir ticket de compra en los establecimientos que visites. Te ayudará en el análisis de gastos y hábitos. En este punto estamos creando un hábito científico en el control de cuenta que antes, al gestionar nuestro dinero de forma emocional no ejercíamos. Así estaban nuestras cuentas.

Este panorama desolador puede cambiar y depende de ti, de nosotros. Apliquémonos hoy mejor que mañana. Continuamente estamos afrontando contratiempos cuando ahorramos.

He pasado varios infiernos de este tipo y en cada uno de ellos he ido mejorando. Cada revés que ha venido me ha pillado más preparado y ahora ya puedo certificar tener un ritmo adquirido muy flexible que me permite atacar deuda a la vez que capitalización.

A continuación realiza tres libros con un programa de hoja de cálculo como Excel, o bien Open Office o Libre Office. Si no tienes el paquete Office de Windows, estos programas gratuitos cumplen perfectamente la función.

1-Stats actualizados de los movimientos de tu cuenta bancaria. Ese sincronismo es un asistente ideal para sanear cuentas. Te das cuenta de qué cargos sobran y te pones manos a la obra a reducir gastos tontos y a revisar mejoras que se puedan realizar en las cuotas relativas a suministros como telefonía y seguros.

2-Movimientos de efectivo con los extractos que extraigas del cajero. Establece un presupuesto diario realista y crea un margen de ahorro fijo. Aunque se pueden realizar esos micro-gastos con tarjeta y registrarlos igualmente, te recomiendo manejar ese dinero en efectivo porque incrementa el control y la conciencia de concepto de gasto. Esta hoja es sencilla:

-Consigna mes en curso.

Crea una hoja de este modelo en la primera página u hoja del libro y cópiala para cada mes del año

Una celda de base con el presupuesto total a la que se irá restando de forma automática el sumativo de lo gastado y la reserva de ahorro fijo. Por ejemplo, tengo 15 euros disponibles al día, gasto 8 y reservo 4 fijos al día. Por ejemplo, 450 euros los meses de 30 días, 465 los meses de 31 días y febrero 450 igual.

-Haz constar celdas totales en la parte superior de:

Gasto diario total.

Ahorro fijo total.

Diferencia final: este es sencillo, si has conseguido un marginal positivo coincide con lo que te queda del presupuesto absoluto. Si a este le sumas el total del ahorro fijo, mira por dónde, ya has conseguido dos conceptos de ahorro que cuando son constantes sólo se debe, amiga/o mío, a la constatación de una tarea de análisis y aplicación efectiva de nuevas rutinas que están restaurando tu economía.

Te sugiero que esa provisión la separes de los fijos como hipoteca/alquiler y gastos oficiales de la vivienda, letra del coche y combustible, teléfono y suministros y compras regulares esenciales.

Este presupuesto es un asistente para las compras diarias singulares, que es donde decides eliminar, suprimir o acotar gastos que hasta ahora hacían insuficiente ese presupuesto y te hundían la economía y la salud: gastos de bar y apostar por mejorar tu dieta, etc…

Abajo, y de izquierda a derecha:

-Una columna de días del mes: 30, 31, 28 ó 29, estos dos últimos en el caso de febrero.

-Gasto Diario,

Confirma manualmente que has podido cumplir en objetivo de ahorro fijo. Esos 3 o 4 euros de compromiso. Anótalos cada día si se han cumplido.

Un sobrante positivo condicional, por pequeño que pueda ser. Intenta que no haya negativos. Para ello es imprescindible ser muy escrupulosos/as con los gastos sobrantes, los que se pueden reducir, etc. El efecto de estímulo moral que creas con el hábito diario de apuntar cada día un fijo y una diferencia sobrante, por pequeña que esta sea es increíble y hace que merezca la pena no demorar el descubrimiento. Se opera por la resta al Presupuesto Diario del concepto de Gasto diario + Ahorro fijo. Formatea esta celda para que si el número es negativo se refleje.

Libro 3. Este lo recomiendo especialmente. Registro de cierres por meses.

Es un libro que actualizas mensualmente contemporizando en la anotación el sobrante de dinero que te queda en cuenta corriente antes de cobrar la siguiente nómina/prestación/liquidación, categoría que denomina como IN y lo sumas al remanente en efectivo al que llamo OUT, que por habilidad has creado con la gestión del Libro 2: Control de presupuesto diario/Ahorro Fijo/Ahorro Variable.

En este tercer libro tienes un efecto moral paralelo con carácter oficial que mejorará tu scoring financiero ya que las entidades valoran la liquidez a la hora de establecer el perfil del cliente en la concesión de un préstamo hipotecario, o para un vehículo.

Recuerda que con la nueva filosofía, no cabe financiación para viajes, malos hábitos ni consumo. Cuando esa mejora es real y hay un saldo creciente en tu cuenta corriente, esa solidez refuerza tu credibilidad, tu confianza-autoconcepto como gestor y tu autoestima. Igualmente desarrollas con el hábito el músculo de control de gasto y la posibilidad, antes inexistente, de contemplar un futuro más cierto, ya que sabes que aquello con lo que cuentas, lo has construido día a día. Ahora depende de ti, Que no hay sorpresas, a crecer. Que se averían el coche y la lavadora a la vez, tienes para responder y un hábito de autocorrección sólido que es el motor principal de crecimiento y resiliencia financiera.

Por encima del dinero, lo que estás consolidando es un hábito y la certificación de una reeducación como gestor/a y consumidor/a. Si deseas leer un buen libro sobre todos los extremos relacionados con el proceso decisional del consumidor frente a un producto y una marca, Consumidor Consciente es un título muy recomendable. Su autor es Sergio Rodríguez Rodríguez.

Escapamos de la mala suerte como excusa a un desplazamiento hacia el fuero de dominio  y control personal.

Porque cuando estamos afrontando contratiempos en el ahorro, lo que importa es no desmoralizarse y continuar. Lo he escrito en otras ocasiones. No son pocas las veces que he forjado un saldo de contingencia, han venido cuatro sablazos, algunos por efecto memoria de errores anteriores cuando ya había consolidado el buen hábito. Por no hablar de averías coincidentes en el tiempo, o gastos que suponen un bajón en el momento, pero los paralizas y en tres meses de haber cortado ese flujo, remontas con mayor rapidez.

El dinero, su incremento, la fluidez en su recuperación en la relación análisis-aplicación mejoras y tiempo no son más que un reflejo fiel, un modo de expresar que estamos haciendo las cosas bien.

¡No lo demores! Merece la pena. Afrontando contratiempos cuando ahorramos mediante una actitud concentrada y dirigida hacia la adquisición de la conciencia de control es como aprendemos realmente a pensar por nuestros intereses, no delegando en bancos ni en falsos gurús el poder decisorio sobre la administración de nuestros propios intereses.

Así que vamos con unas puntualizaciones prácticas que te resultarán útiles:

Sanea cuentas en tus contratos, suministros.

Elimina falsas necesidades. Tu salud y tu economía lo agradecerán. Distingue deseo de demanda y necesidad.

Anota cada céntimo, sea buena o mala noticia, todo se analiza. No hay otro modo de mejorar.

-Aprovecho para recalcarlo de ciclos y entregas anteriores: si quieres cancelar deuda, crea un capital de base para poder responder a incidencias sobrevenidas porque de quedar sin disponible desembocas de forma fatal de nuevo en el crédito y sus intereses leoninos. Y ahí la moral se resiente. Primero aprovisionar y de forma secuencia, vas cancelando deuda por tramos. Cancela plazo, no cuota. Tu gestor del banco te dirá lo contrario. Y si tal como vienen dadas que los comerciales éticos están en ERTE y los envían a casa con dos años de sueldo y dos años de paro, empieza a pensar lo perversos que son los consejos de los que siguen amarrados en banca o la disfrutan. Ellos tienen unos objetivos: tu dinero y tu igual, pero en sentido opuesto: tu dinero.

-No acometas inversiones ni te dejes engatusar con la promesa del dinero rápido.

Salvo contadas excepciones, el resto son timos piramidales, reinos de taifas, verdades a medias o negocios a los que ya hemos llegado tarde. La prioridad es la autonomía financiera, que no hay que confundir con la libertad financiera. Con la autonomía financiera sigues trabajando, pero no estás endeudado/a, o si lo estás es con un balance positivo en el estado de cuentas, como en el caso de una empresa que va creciendo al compás sobre una financiación en condiciones aceptables. La libertad financiera supone la posibilidad de trabajar o no y vivir de rentas. Es importante distinguir el matiz.

-Compartimenta los gastos previsibles que hacen daño con previsión, igual que tus proyectos.

Si sabemos que el IBI y la tasa de residuos se nos cobran anualmente, que mejor que crear nosotros una cuota distribuida o flexible que, según ritmos establecidos a conveniencia, nos haga llegar a esa fecha con ese gasto pagado sin darnos cuenta y sin sufrir merma en nuestras cuentas. 600 euros de golpe en la cuenta se notan, ahora bien, si divides ese fondo por 14 pagas, la cosa cambia y llegado el momento del cobro del tributo en cuenta ni te enteras porque lo has adelantado. 42 euritos apartados al mes y tienes adelantados el IBI y los residuos fácil y sin dolor.

Piensa que el dinero responsable, el que se dedica a cubrir obligaciones oficiales realmente no existe como saldo a tu favor. Actúas como retenedor/a.

Así que tu cuota de presupuesto de Gasto Diario ya se ha depurado mucho, de manera que tu margen de autonomía de la voluntad es extenso y da para trabajar conceptos de micro-ahorro fijo y variable que te pueden sorprender a fin de año. El daño viene cuando ese dinero se gasta sin control y cuando viene el cobro no tienes nada. Has fundido la reserva a ese fin y además lo tienes que desembolsar damnificando tu saldo personal.

Del mismo modo con los compromisos anticipados como regalos por bodas, comuniones o viajes. Realizando una buena secuencia en tiempo y con unas cuotas muy asequibles, llegas sin sufrir y lo que es mejor, sin intereses, ya que la compulsividad de recurrir al crédito de consumo sólo para tener el dinero ya, aparte de de una evidencia de falta de previsión financiera sale muy cara. Mediatiza tu disponibilidad presente y condiciona tu potencial de futuro.

No cumplir con un gasto necesario puede salir caro: Por ejemplo, la falsa creencia de que no llevar el coche al taller cuando lo requiere el mantenimiento supone un ahorro conlleva graves consecuencias. Por añadidura, los seguros ya no cubren incidencias por falta de diligencia del usuario en las consignas de mantenimiento del vehículo o producto que se le atribuyen. Por ejemplo, las revisiones periódicas.

Las personas implicadas en esta pugna que tratamos de resolver cada vez con mayor expertise estamos afrontando contratiempos cuando ahorramos y mejoramos paulatinamente nuestros procesos.

Maneja el dinero efectivo. No cedas toda la información de tus pautas de consumo al banco. Y si lo hacías, cambia el patrón. Paga tus domiciliaciones por suministros y contratos varios y el resto adminístralo en cash. Ellos quieren digitalizar el dinero y hacer desaparecer el efectivo. Nuestra lucha contra esa tiranía es equilibrar la balanza.

Una oferta de un producto o servicio que no necesitamos, o no es adecuado en este momento no es una oferta, es un cargo.

Las marcas son para los sibaritas. Ahora mismo tus números se salvarán a partir de las marcas blancas.

Cuidado con el 2×1 o el 3×2.

Los supermercados no hacen ofertas, te colocan lo que a ellos les interesa. A favor: tienes la última palabra.

Una recta no es el camino más rápido entre dos puntos. Ahorrar unos kilómetros de recorrido es mala alternativa si en esa ruta más corta hay muchos semáforos y la marcha es lenta. Transitar en marchas cortas, arrancar y parar supone un consumo elevado.

Más freno motor y menos freno de pedal.

No esperes al depósito seco para repostar. La ley del vacío demuestra que cuando el depósito está cerca del vacío.

En casa se come bien. Elimina o restringe los gastos de bares y restaurantes.

Si piensas aprovechar descuentos en tus compras y vas a utilizar el coche tienen que compensar mucho. Estudia los desplazamientos y valora si esa diversificación en la ruta es rentable. Igualmente si vas a desplazarte en coche a realizar una compra, que cunda. Llena bien el maletero.

Reduce las horas de presencia en los supermercados y tiendas. Reduces el riesgo de perpetuar o caer en la tentación de esos malos hábitos que estás consiguiendo desterrar. Ahorras tiempo y dinero. Tu salud y la cartera lo agradecerán. Hay mejores alternativas que pasar tiempo cada día en el súper.

Aguanta el efecto novedad y espera un poco. Conseguirás lo mismo a un mejor precio. Estar a la última en todo es una tendencia muy conveniente en mercados basados en la fidelización y la innovación. Un desapego tecnológico o no casarte con ninguna marca supone un gran ahorro.

Ellos quieren construirte una identidad. Tu ya tienes una. No la vendas.

Si tienes un amigo que está a la última en todo observarás los costes que le repercute y la frustración que vive cuando surge un nuevo modelo en un período breve de tiempo. Tener una identidad propia es muy rentable. Una marca puede suponer un toque de gusto, seguir una tendencia, pero no puede definir ni tu personalidad ni presidir el rumbo de tus cuentas.

Tarjeta de débito mejor que de crédito. Los bancos te intentarán colocar la de crédito con el pretexto de un saldo crediticio. Sin embargo, es mejor la clásica de débito: tanto gastas se cobra al instante y cuando no hay más, c’est fini.

A los bancos les interesa la falsa sensación de solvencia que crea que la liquidación sea diferida.

Aparte de que si no liquidas antes del mes en curso te cargan intereses. Con lo cual, si utilizas tarjeta de crédito como de débito, lleva un control escrupuloso de lo que gastas a fin de no sufrir un estacazo el día de la liquidación. En mi caso, por ejemplo, que me encanta incordiarlos, hago la liquidación como más me conviene, siempre dentro del mes, eso si. A veces cada dos días, otras veces semanalmente y luego, en función de la s circunstancias y previsiones, cambio el día de la liquidación.

Gestión responsable del margen por carencia.

Si las apreturas asfixian y tu préstamo hipotecario contempla en cláusula un plazo de carencia puede ser interesante retener la diferencia un plazo determinado de tiempo, acumulando una capitalización de base para ir reforzando con los picos de ahorro estratégico. El problema sensible de esta estratégico es que la mayoría de personas que hacen uso de este recurso lo hacen de una vez y no guardan la mitad o dos tercios, se lo gastan mes a mes en ocio y consumo y lo único que hacen es agravar el problema en lugar de aprovechar la ventaja de refuerzo en capitalización, ya que la carencia es magia si la sabes utilizar o un yugo que aprieta si se hace mal.

En cualquier caso el dinero que se debe se pospone en el tiempo.

Por lo que no debe considerarse una estrategia de capitalización a medio ni largo plazo. Es un recurso extremo y debe mesurarse de forma muy consecuente. 8-9/10 lo palman totalmente agravando el problema. El 10-20% sabe aprovechar esa ventaja.

El planteamiento del banco se basa en el comportamiento humano estándar o no crítico ante la liquidez inmediata: gastas porque hay.

Lo que ocurre es que estás doblando el cargo y el día de la liquidación te viene a plomo la semana o mes anterior, más lo que acumulas de dinero que extraigas del cajero. Y si no estás acostumbrado/a a este mecanismo te cae el mundo encima.

Son trucos que funcionan muy bien.

Si te comprometes, aun recibiendo algún revés, acabarás subiendo a medio y más a largo plazo. Consigue dos o tres mil euros de base, aguanta esa cuerda mediante cuotas de restauración, compartimenta tus gastos, organiza tus proyectos y verás como el control estará en tus manos.

Añadiré un sexto post post, a modo de epílogo reflejará una reflexión sobre estos principios y os adjuntaré enlaces propios de interés, recomendaciones de artículos que refuerzan estos posicionamientos y vídeos muy interesantes orientados a ganar esa tranquilidad que es la consolidación de cada paso hacia la autonomía financiera.

El próximo artículo científico analizará en profundidad la utilidad práctica de los libros contables, como relacionarlos y qué indicadores positivos nos ofrecerán un diagnóstico positivo de nuestras actuaciones y no tan sólo a nivel numérico.

Un sistema de pistas de evaluación cuantitativa y cualitativa de actitud y de resultados.

Ni más ni menos que el reflejo tangible de que se aplican los principios y la animación a proseguir en esa línea. De igual modo valorar como salir al paso de inconstancias y cómo partir ya con un presupuesto básico de disponible diario realista y bien depurado. Conseguiremos así una posibilidad de ahorro de salida, un fijo y un variable por estrategia. Hablé de este tema en el anterior ciclo largo sobre ahorro y en la segunda entrega de este, pero en virtud del currículum en espiral, a mayor complitud y con ánimo de profundizar le daremos una vuelta más a esta cuestión capital.

Muchas gracias.

Para cualquier consulta en organización de estrategia estoy a tu disposición.

Tony.

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Enlaces de interés:

Retención monetaria y ahorro. (1/5) Un paso más específico.

Ahorro, presupuesto y compartimentación. (2/5)

Ahorro y variables itinerantes. (3/5). Ciclo práctico de ahorro.

(Fuente imagen: Emma Li_Pexels)

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