Jóvenes valores y élite. Una gestión compleja con la que no se debe especular.

Este post trabaja de forma específica todos los condicionantes que afectan al joven deportista que apunta alto y por una decisión colegiada o aventurada, es propulsado de junior o amateur primer año a profesionales, a la élite.

Al final del mismo os ofrecemos un homenaje a Javier Mínguez, Director de equipos ciclistas profesionales desde mediados de los setenta y que llegó a ser Seleccionador nacional, Acompañando estratégicamente a Alejandro Valverde en Innsbruck en el logro de la Medalla de oro en 2018.

Un binomio fuertemente condicionado.

La gran duda a día de hoy es si el binomio jóvenes valores y élite representa la trascendencia de la promesa a campeón sólido a largo plazo, una casi certeza, o por contra, una súbita explosión y a medio-largo plazo, cansancio por falta de maduración. Lo que entendemos por ganar demasiado rápido y desmotivarse, o no soportar la frustración de no poder igualar la fuerte irrupción inicial, bloquearse y abandonar. Voy a abordar este tema desde el ángulo interdisciplinar y el sentido común, que si bien es el menos común de los sentidos, en el tema que nos ocupa, aporta su grano.

También la tardanza en madurar puede agotar al que con impaciencia sufre la larga espera porque el éxito no llega con la celeridad deseada.

No todos los deportistas serán Miguel Induráin, Alejandro Valverde o Alberto Contador. Sin embargo y con las debidas cauciones y sacrificios, se puede forjar una bonita carrera.

Lo importante es ser congruente con la propia naturaleza, tomar conciencia de los límites y centrar el trabajo en lo que es factible.

Esto es básicamente así porque si la vida pasa en un suspiro, no hablemos ya, de la duración de ese fugaz lapso de tiempo que es una carrera profesional como deportista.

¿Tendrán las jóvenes promesas que ya se están pronunciando, las que ya han hecho cosas importantes y las que están diciendo ya estamos aquí una carrera larga y prolífica?

Se está debatiendo constantemente sobre este tema. Expertos de diversas áreas del deporte son renuentes a cerrar una sentencia sobre si es posible, o si por el contrario se está trabajando únicamente la precocidad con el riesgo manifiesto de que no se gestionen debidamente en edades tempranas el éxito y el fracaso. Las posiciones son encontradas y tal vez quepa una lectura intermedia. Cabe valorar cual puede ser el coste de despertar a la bestia de estos jóvenes talentos con demasiada prontitud.

Tal golpe de disrupción temprana puede suponer que den el todo de forma prematura y en cierto modo, entrar en zona de riesgo, limitando por precipitación el alcance de su potencial total.

Tiempo atrás, cuando la pedagogía y la psicología educativa como ramas científicas no estaban tan avanzadas, solía confundirse el linde entre la precocidad y las altas capacidades, el talento o la superdotación. Así era que en ciertos casos se adelantaba un curso a ese alumnado. Aunque la medida tenía sus adeptos y sus detractores, al final la precocidad se estabilizaba y las altas capacidades, debido a ese misterio que es la mente, no siempre cristalizaban. Incluso a día de hoy tenemos claro, que altas capacidades y superdotación no tienen por qué ser garantía consustancial con el éxito escolar. Los indicadores de fracaso son alarmantes.

Un currículum que se empobrece y en contrapartida, la mayor confluencia de profesionales que en el marco de la orientación y la Pedagogía terapéutica y la Atención a la Diversidad  trabajan a pulso en las escuelas de nuestro país.

Y con tal panorama de incremento de RRHH no estamos mejor que hace quince o veinte años. Incluso alumnos de perfil estándar han llegado con constancia, sin atención individualizada y compromiso más apoyo familiar han llegado mucho más lejos. Paradójicamente, parte de los supuestos elegidos se debate en el conflicto existencial, la frustración por las expectativas no cumplidas y la agonía de no poder unir el salto causal entre su potencial y lo que dista su vida actual ya en la edad adulta, de sus expectativas iniciales. Muchos señalados yacen en el pozo del olvido. Otros que no lo han soportado ya no están entre nosotros.

Valga la analogía: ¿Podemos vivir un fenómeno similar en el deporte a medio-largo plazo con los talentos emergentes?

Ahora todo es dulce. Como las setas a finales de octubre, parece que no hay día que no surja una nueva promesa.

¿Qué repercusiones acarreará la gestión no personalizada de esos deportistas que sin elegirlo, tendrán un no cuando de inicio todo era si, o de plano, desaparecerán del escenario deportivo?

¿Le importará a alguien el futuro de los que apuntando a los mayores pronunciamientos no florecieron porque no había cancha para desarrollar al máximo tanta oferta de talento?

¿Está ocurriendo algo parecido en el mundo del ciclismo y del deporte en general, tan fiel a la cultura del vivero?

Si condensamos en exceso las palabras potencial y futuro, podemos entrar en una dinámica de ansiedad que combinada con elementos inflamables de contexto como urgencia financiera, presencia en medios y fuerza de marca acabe por precipitar el proceso. La incógnita que sólo resuelve el tiempo es:

¿Precocidad o capacidad? A riesgo del colapso.

El instrumental disponible y los recursos en general de los equipos son cada vez mayores, complejos y de alta precisión. Los ciclistas y deportistas en general ya están muy versados en su manejo e interpretación. Potenciómetros, lectura y comprensión de analíticas, dormir en una habitación que reproduce las condiciones atmosféricas propias de estar en lo alto de una montaña a 3.000 metros de altura, cámaras hiperbáricas -en discusión- y a lo sencillo, chalecos de frío para acelerar la recuperación muscular del ciclista nada más pasar por línea de meta.

Lo que hay que intentar en cualquier caso, es cuidar a ambos.

Al que despuntó pronto y se estanca, es preciso ayudarle a encontrar su lugar y alejarle del siempre complejo y peligroso espectro de la frustración. Al deportista que finalmente apunta a esa progresión, mimarle igualmente y respetar su tempo mental. Sin forzar. Las escuelas alemana y soviética preparaban a sus corredores bajo una disciplina espartana de tal suerte que cuando estos deportistas pisaban terreno democrático, en poco tiempo se aburguesaban y se alejaban de su máxima proyección. El deportista enfocado desde un punto de vista de estandarte nacional por encima de si mismo, su salud y su seguridad. Las cosas van cambiando. No en vano, la palabra disciplina, más armonizada y cuidadosa, más superviviente, nunca se toma vacaciones y sigue ligada de forma inescindible a tres conceptos: propósito, ganar y durar.

Los nuevos sistemas de entrenamiento y parámetros de estudio del deportista han llevado la eficiencia en el rendimiento a un nivel científico muy avanzado.

Todas las variables se controlan. Cuando terminamos con el ámbito del deportista, nos sumergimos en la ergonomía y en la composición de los materiales. Al menos en el día a día. La gran cantidad de ramas interdisciplinares que forman parte del staff de los equipos contribuyen en avalar una solvencia metodológica desde un espectro prácticamente holístico. Las especificidades técnicas están ligadas al funcionamiento del deportista como máquina, como organismo y como psique. Hasta ahora se trabajaban de forma lineal como descubrimientos sucesivos que se iban integrando. Ahora tenemos los tres en dinámica entrelazada.  El tercer elemento es muy importante y lo valoraremos en breve:

El potencial, en el caso que exista una prestación fáctica más allá, no es ni mucho menos el todo.

Algunos medios de comunicación sensacionalista acostumbran a forzar. Apenas Nadal sigue en la brecha, ya cargaron la presión a Carlos Alcaraz y al poco, Rafa, que sólo estaba entrenando ese día que perdió para no forzar, ganaría su decimocuarta  edición de su torneo insignia: Roland Garrós. Se marcó un segundo set 6-1, para quien lo supiera ver.  Apareció el dolor, a su pesar aflojó y tuvo que ceder. El Gran objetivo estaba a la vista. Cumplió.

En esto no se ha evolucionado y han pasado años.

La fábrica de la ilusión continua furiosa y en auge. A todos nos gusta ver que hay sucesiones y nuevos campeones. Hay que evaluar la consistencia de la información y preguntarnos si en aquel momento nos mueve la pasión o un dato objetivamente trascendente. Hay que convivir con ello. El sensacionalismo tiene su lado bueno y su lado malo. Cómo lo procesa la joven promesa es en parte una sustancial labor de su entorno: protegerle y mantenerle un tanto al margen.

Quizá, a fin de cuentas el lado positivo es que bien, regular o mal, se hable de uno.

De hecho, no se sabe si por esa necesidad imperiosa de competir por un titular, o por que ya no importa nada, lo cierto es que Abraham Olano ya lo sufrió cuando todos teníamos claro y salvando las distancias con el encomiable palmarés del de Anoeta, que Miguel sólo habrá uno. El agravio era la comparativa.

¿Sólo motor? ¿Y la centralita?

El punto de inflexión en que tener un motor enorme y las cualidades físicas necesarias no tiene por qué significar necesariamente que ese corredor/a vea su zona de máximo rendimiento y realización disputando clasificaciones generales en grandes vueltas. Como apuntaba el Psicólogo Thorndike en 1970:

El ser humano no piensa lógica, sino psicológicamente.

Las escuadras luchan a brazo partido para anticiparse en la detección de valores, optimizan los activos que están en crecimiento y alargan por decirlo así, la vida de los que están en final de carrera. Para muestra: El Bala, Alejandro Valverde. Así es que surgen unas cuestiones importantes:

¿La vorágine de ganar lo puede todo?

Desde la óptica de los equipos que invierten importantes sumas de capital en I+D+E, se está produciendo un fenómeno muy similar, en términos comparativos a la Carrera del Espacio a finales de los años 60.

Súbitamente vemos día a día en las noticias que raro es que un equipo no ofrezca un nombre nuevo a la lista de promesas. Incluso en el fútbol con los ahora ya estrellas: Pedri, Gavi o los que se están rodando: Íker Bravo, entre otros.

La dicotomía reside en si las distintas formaciones, independientemente de cuál sea la disciplina deportiva, son proclives a catapultar juniors a profesionales y lo apuestan todo al triunfo, o si los ponen en el trabajo de campo en modo beta y luego adoptan un interés real en dosificarlos para gestionar adecuadamente su crecimiento.

Una opción de urgencia sería estirar la goma de sus valores al máximo por una mera cuestión de supervivencia financiera e imperativo de continuidad en la categoría.

La otra posibilidad es que hay una certeza de que se está cuidando al corredor y se vela por una larga durabilidad en su carrera, regulando su crecimiento en los dos sillares esenciales: maduración física y mental.

Existiría una tercera posibilidad: los equipos de formación de cantera ya en el profesionalismo.

Formaciones continentales que, desde un equipo profesional humilde, pueden representar el estamento o fase intermedia entre el ciclismo base y la élite confirmada. Mercado dinamizado sobre la tutorización y seguimiento sobre corredores de estos equipos más modestos cuya supervivencia y crecimiento paulatino se basan a nivel financiero en obtener el retorno por el negociado de las fichas de esos jóvenes valores en el momento que apuntan maneras a fin de reciclar sus recursos. Esos valores son traspasados a equipos con estructura estable  y recursos necesarios para llevarlos a su máximo desarrollo. Un trabajo llevado a término por parte de ojeadores de grandes conjuntos con presupuesto holgado cuyo fin es mirar al futuro en el siempre complejo equilibrio entre necesito un campeón o tengo delante a uno/a.

En Francia, por ejemplo, el AG2R ha desarrollado toda la línea, de manera que puede garantizar el ciclo completo de carrera inicio-retirada de sus jóvenes valores.

En España se les preguntó a los directores de equipos como Khen Pharma, Caja Rural, Burgos o Euskadi si cumplen esa consigna de estado intermedio, o si por contra, se basan en una declaración intencional de retención y desarrollo del valor. Respondieron que en principio y en la medida de lo posible no se consideran equipos lanzadera, o meros viveros de corredores. Su proyecto es crecer como bloque a largo plazo.

Menos volumen y más calidad en la preparación. Pesos más ajustados e integración cuerpo-máquina.

Se trabaja a los jóvenes valores del ciclismo y del deporte en general que están destacando de forma tan precoz desde el punto de vista de la calidad sobre el volumen. A esos niveles de disciplina y a una edad tan temprana, el hecho de que todo se mida de una forma tan escrupulosa puede suponer una carga de estrés sobrehumana. Ahora y más que nunca y que un 0,5 por ciento marca la diferencia de un escalón en el pódium o en una línea de meta. Juan Ayuso lo soporta ahora. Alejandro, con 42 primaveras, lo habrá logrado hasta el último instante. La cuestión es: 

¿Cuánto tiempo puede resistirse ese cóctel explosivo del estrés constante que generan la propia competición, la presencia mediática y la sobrecarga de expectativas a tan temprana edad? Esto hay que considerarlo en unas condiciones ceteris paribus con el perfil del ciudadano medio en la sociedad de la inmediatez, que ya no tiene que sufrir como antes para acceder a la comodidad y al disfrute de bienes y servicios antes impensables.

La respuesta podría ser, que quienes lo logran por principio de selección natural son aquellos que copan los más altos escalafones en ranking de victorias y/o posiciones destacadas. Sin embargo, la capacidad para gestionar esos límites y la sostenibilidad de un segundo nivel, mirando más a largo plazo, podría asociarse a una suerte de flexibilización del tiempo, de forma acorde a la estructuración mental del deportista desde su personalidad.

¿Cómo asimila la joven promesa la diferencia entre su estilo de vida que debe llevar para estar al máximo rendimiento posible con la sociedad, valga el término, de a pie, que tan fácil tiene perdonarse los pequeños pecados?

¿Qué mentalidad hay que tener en los períodos en que la/el deportista de élite descansa en casa y se relaciona con los suyos?

No encaja en prácticamente nada. Pautas de descanso alteradas, comer más de la cuenta y otros deslices- que a su vez son catalizadores necesarios para que la sociedad, tal como la vivimos, no estalle. ¿Cómo se puede sobrevivir a eso cuando la naturaleza y el cuerpo tienden a ello sin perder el equilibrio? Ese es el punto crítico. El 1% que llega a profesionales y el 1 por mil que gana una gran vuelta.

Siendo esto así, podríamos decir que Enric Mas tuvo un momento inicial muy bueno. Solo que progresa como se hacía antes: a ritmo natural.

El artanenc tuvo que aceptar que su proceso era más lento tras una entrada fuerte y actualmente, tras vencer su miedo a los descensos y romper con los complejos que le hacían tan tight, ha pasado de un excesivo conservadurismo a atacar y desafiar a los patrones de las grandes vueltas. Todo en base a un fortalecimiento interno que apunta a una mentalidad ya cimentada, que le hará más resistente y ganador.

Tiene que ser duro para el deportista luchar por un top ten en el Tour, porque así lo tasa la dirección del equipo en ese momento de primera entrada y que a nivel mediático se le exija el pódium solo para mover prensa.

Para un/a  joven cuyas hormonas fluyen a velocidad de vértigo, más con la euforia de un triunfo o una buena actuación, esa presión es muy difícil de gestionar y diría de soportar.

El momento en que de forma interna, el segundo ámbito es más vinculante que el primero en la conciencia del deportista, se produce el conflicto que explica por qué se truncan tantas carreras que prometían.

¿Cómo asimila el deportista en quien se delegó todo, de la noche a la mañana, que cualquier cosa que haga y esté bien se minusvalore o que sin preaviso, mañana mismo ni se hable de él?

Creo sinceramente que la mayor batalla por librar por parte de los coach y terapeutas en el área de Psicología y Actitud en los clubs/equipos, radica en la urgencia de una protección. Aislar y blindar en lo posible a sus corredores, delegando en los Community Manager, Representantes y Departamentos de Prensa, el filtrado de qué se puede decir y que no, estipulando los términos exactos y denunciando ciertas actuaciones sensacionalistas cuando la información se ha sesgado con fines meramente mercantilistas. Porque para esos medios, el titular es una new, un rodillo de noticias que se suceden sin más corazón que el ansia de marcar la diferencia, ingeniadas para competir, pero en la sensibilidad del deportista que se está haciendo, causa un perjuicio.

Al final no se trata de criminalizar, ni demonizar a la prensa, sino de como hemos comentado anteriormente, recibir de buen grado los dones y luchar por seguir siendo protagonistas, o si esa presión constituye un problema, decidir si eso es lo que realmente se quiere y tomar un camino.

Como siempre digo, en cualquier ámbito, cabe todo el mundo si su cometido tiene sentido. La prensa y un determinado modo de trabajar funcionan si los fundamentos se basan al menos en la veracidad. En el espacio del ciclismo y de los deportes en general de amplia repercusión, todas las piezas deben encajar y el glamour nunca ha estado de más. Lo importante es que dentro de los límites éticos exista un equilibrio entre la noticia, el rumor y sus repercusiones.

Por eso me gusta leer las crónicas de los expertos y escuchar sus tertulias.

Dice el corolario de Weinberger acerca de los expertos que:

Son personas que evitan los errores pequeños mientras sigue su avance inexorable hacia la gran falacia.

Al par del periodismo de titulares, existe otro periodismo: El debate de culto. Más analítico.

Puede haber puntos de divergencia en sus posiciones, pero en los fundamentos, todos están de acuerdo. Y en boca de todos siempre estarán dos consignas presentes: respeto y cautela. Es difícil especular cuando la base es tan fuerte. Lejos del sensacionalismo, la prensa que merece la pena leer está en las columnas de los expertos. El resto es entretenimiento y este es legítimo. Hay quien condena al Chiringuito de Jugones. Personalmente considero muy acertada su fórmula porque aporta a todos los públicos que gusten del futbol y las variedades, divierte y te pone al día. Todos los deportes deberían tener un programa continuo similar. Es la tendencia. En ciclismo, en un registro distinto, ameno y a buen ritmo crece La Montonera.

Ahí está la duda. Estableciendo una metáfora con el ámbito mecánico: ¿Motor de baja cilindrada, turboalimentado y construido con materiales ligeros? ¿O maquinaria sólida de acero forjado con gran cubicaje y buen par?

La concepción de solidez y durabilidad que hemos adoptado por la experiencia como espectadores es que los ciclistas que han medrado con una base o un horizonte temporal más alargado, ha sido en base a una ganancia de fondo y experiencia muy en paralelo con su maduración interna a nivel psicológico. Conceptos como:

El respeto a la experiencia. El diablo sabe más viejo que por diablo. Quien te guía ya ha pasado por mil y una situaciones.

La paciencia: con trabajo y convicción todo llega.

Saber ganar y saber perder, llegado el momento, pero siendo honestos. Ganar de forma reiterada en sentido estricto no tiene por que significar que tengamos propiamente ante nosotros a un campeón. Los valores definen la diferencia. Como ejemplo claro, Miguel Induráin, sin desmerecer a otros.

Agradecer una oportunidad cuando se presenta y ser consecuentes en la valoración de lo ocurrido en el feedback con sus mentores.

La siempre necesaria humildad del corredor que se curte trabajando como gregario con lealtad a líderes que posiblemente no sean tan fuertes como podrían llegar a ser ellos.

Perseverar con convicción y sin dudas. Persistir acogiendo esa experiencia como una parte fundamental de su crecimiento general.

Maduración de la capacidad para leer la carrera desde un ángulo divergente.

Mayor autoconocimiento en la gestión de la energía y los esfuerzos, más allá de los datos de un potenciómetro. Ayuso, Rodríguez, Iván Romeo, García Pierna, etc…Y los que ya han estallado pero empiezan a flanear en alguna ocasión, como la victoria y posterior agobio de Vingegaard o los extraños vaivenes de Tadej Pogačar disputando carreras a tutti plen y olvidando los fundamentos que le hicieron ganar dos Tour. Ambos sucesos en 2022. Podemos recordar a jóvenes que se quedaron en el camino de no culminar su potencial en el ámbito internacional como Francesco Casagrande, Damiano Cúnego, Evgenij Berzin, Ivan Basso, Paolo Savoldelli, Ryder Hesjedal, Thibaut Pinot, Warren Barguil, Romain Bardet. Conste que Pogi ha hecho una temporada espectacular. La próxima habrá centrado todo ese saber y administrará la energía de otra manera.

Al final, salvo que se confirme lo contrario, el ejemplo de éxito se basa en forjar motores con mayor cilindrada, par, menos velocidad, pero mayor potencia de fondo y resistencia a los estragos y averías debido a la diligencia de haber respetado el rodaje. En definitiva, deportistas que integren aspecto mental, físico y mecánico

En los setenta, ochenta y noventa los ciclistas competían sin seleccionar excesivamente los objetivos.

Perico Delgado fue de los primeros en priorizar el Tour sobre ciertas ediciones de la vuelta y creaba polémica. Igualmente Miguel Induráin. Aún así y por la exigencia de los desarrollos y volúmenes de kilómetros que se hacían cada temporada, los 34 0 35 años ya marcaban el imperativo de un retiro para los primeros espadas. Así las cosas, se explotaba a los 26-28 años y a los 32-34 se había dado todo. Distinto era el caso de Rominger cuya entrada en profesionales fue más tardía. La juventud de Perico y su fuerza, tuvieron el día clave a un abogado del diablo que organizó la estrategia para que el ciclismo romántico de antaño escribiera una Vuelta Ciclista a España en honor del Pueblo Segoviano Porque ese contexto lo organizó Javier Mínguez. Por este motivo, el talento necesita ir de la mano del lazarillo que le marca el camino.

La opción era clara: retirarse siendo competitivos, o por contra, arrastrarse por las carreteras buscando cazar alguna etapa de prestigio, o ayudar a un líder con gran dignidad.

Recuerdo a Eduardo Chozas en 1993 luchar por una etapa en el Giro día si y día también. Supo elegir el momento. Igualmente Le avalaban gestas inolvidables en las tres grandes. También fue un joven precoz que estuvo en las mejores listas durante toda su carrera. Desde el Zor, a los diecinueve añitos hasta el Artiach a los treinta y tres. Igualmente Pedro Delgado, retirándose nada menos que con un Pódium en la Vuelta del 94. Y el propio Miguel Induráin, con oro en la CRI de las Olimpíadas de Atlanta 96. Arrastrarse por las carreteras no era una opción con su palmarés. ¡Que bonito era aquella frase que aseveraban y cumplían ciclistas y los propios directores de equipos españoles cuando estábamos en el Giro y en el Tour!:

Llegado el momento, no dudaremos en ofrecer rueda a Miguel.

Roberto Heras rápidamente vio que la Vuelta era su fuerte y en ello se centró tras pasar del US Postal como gregario de Armstrong a Jefe de filas en el Liberty Seguros dirigido por Manuel Sáiz.

No era difícil atisbar una quinta vuelta. El infortunio y una gestión oficial negligente por unos cargos de los que sería liberado coartaron su carrera en el momento en que fuerza y experiencia le hacían acreedor de como mínimo, otra oportunidad.

Óscar Freire.

Tres mundiales y victorias de prestigio en clásicas. Retirarse a nivel competitivo no era un inconveniente.

Alberto Contador se puso un reto: a por todas, o etapa.

Y cerró con broche de oro, el Anglirú es testigo, sacrificando sus opciones a pódium teniendo presencia pero buscando oportunidades por doquier. El día siguiente está en la retina de la afición como nombraba a su sucesor, delegando en Enric Mas. Con  palabras más o menos exactas:

Aquí está el futuro del ciclismo español.

 Joaquim Rodríguez.

Era competitivo, sólido y desafiante. Llegado el momento, consciente de que lo había dado todo y aún con ofertas, optó por la retirada. Estos deportistas fueron honestos consigo mismos y con la afición. Ahora tienen su estrella en nuestro Salón de la Fama privado.

El caso de Alejandro es excepcional.

A los 42 giros y medio al sol, reconoce tener fuelle para una temporada más, aunque considera que es el momento de cerrar a lo grande, siendo plenamente competitivo. Así las cosas, de ordinario el ciclista que mejor elegía sus objetivos y planificaba su temporada, mejor rendía en los compromisos clave. Alejandro rendía todo el año.

Jóvenes pero sólidos hasta el final.

Corredores orientados a ganar, capaces de obtener triunfos en clásicas y hacer buenas generales en Grandes Vueltas  Incluso Podiums: Fernando Escartín, Alejandro Valverde, el recién mencionado Joaquim Purito Rodríguez, amén de legendarios batalladores como Álvaro Pino, Anselmo Fuerte, Pello Ruíz Cabestany, Eduardo Chozas o Marino Lejarreta, que arrancaron jóvenes, entrenaban como bestias, clasificaban muy bien en Grandes Vueltas (Podían correr más de 25 a lo largo de su trayectoria corriendo las tres grandes en una temporada varios años). ¿Qué diremos de Laudelino Cubino? ¡Qué duro el de Béjar y que bonitas sus victorias! 

Cubrían carreras sólidas de catorce o quince años y más de veinte grandes vueltas con etapas en Giro, Tour y Vuelta.

Comían lo que les venía en gana si con un desmelene conseguían el plus de motivación que la postre les hacía ganar y se mantenían dando guerra en todas sus participaciones día si y día también. Eduardo Chozas llegó a completar 27 grandes vueltas a lo largo de su carrera profesional.

Por añadidura hay que contar el tema de los desarrollos.

Movían platos pequeños de 40-42 y piñones de 21-23 puntas, lo cual a día de hoy suena a una bestialidad, habida cuenta las generosas relaciones que se mueven. ¿Podrían demarrar los jóvenes valores en la actualidad arrastrando semejante traca como lo hacían ellos? Me viene a la mente Wout Van Aert.

Hablando del aspecto mental y la gestión de la presión.

Independientemente de las facultades físicas y capacidad de liderazgo en el marco: jóvenes valores y élite, cabe matizar en qué ámbito entra dicha capacidad para ponerse por montera la responsabilidad de un equipo sin que le tiemble el pulso, o gestionando la situación con cierta tensión pero sin que ello le reste rendimiento ni le acarree consecuencias emocionales traumáticas. Como apunte, el ejemplo de constancia y resiliencia de Enric Mas en 2022 y cómo un corredor que parecía haber tocado techo, ahora ya no ve tan lejana la posibilidad de hacer pódium en el Tour, o ganar un Giro y/o La Vuelta.

Hoy en día la vida del deportista profesional es más compleja.

Es fácil que la asimilación del descanso, los hábitos y la desconexión de la tensión de la competición, pilares fundamentales de la recuperación del deportista y de su continuidad a corto, medio y largo plazo se vean condicionados por los requerimientos tecnológicos emergentes. Los medios de comunicación y la presencia en redes sociales son un imperativo para rentabilizar las marcas en el continuo.

La genialidad del Chaba -En Paz Descanse-

Ver atacar a El del Barraco nos la trae de vuelta el carácter igualmente indomable de Marc Soler y en el ámbito internacional, de Wout van Aert. Corredores que tienen el triunfo más a mano y lo dan todo en el momento clave si se sienten liberados de los amarres disciplinarios y los niveles de presión de un liderato.

La dimensión o concepto de producto del deportista mientras es un valor percibido por el aficionado y por la sociedad en general que entiende su actividad se ha incrementado.

Es fácil comprender que del mismo modo, la presión, la ansiedad por obtener-mantener resultados y el desgaste interno de tener que adoptar un rol determinado porque funciona como imagen es rentable tanto para sí mismo a nivel de medios, como para la marca oficial que le patrocina. Por ejemplo:

Stefanos Tsitsipás en el mundo del tenis ATP.

El heleno ha reconocido en algunas ocasiones que la saturación provocada por una excesiva dedicación a las redes sociales y el modo en que le afectaban las valoraciones de la afición y de otros colegas de la profesión le desgastaban emocionalmente. Mantener hilos y estar pendiente de la información, la euforia y la irritación, la alegría y la tristeza llegaron a mediatizar su rendimiento, la capacidad de concentración en los partidos y la paz interna que es necesaria para ser feliz con lo que uno hace.

Coadyuvan en promocionar a los jóvenes, los valores-leyenda que extienden la representación desde posiciones acreditadas en calidad de barones.

Embajadores de marca y expertos comentaristas, ex-ciclistas profesionales que ponen en el mapa a esos valores y obran como refuerzo de la enseña: en su labor mediática anticipan eventos, los narran, los interpretan y nos dan luz sobre los acontecimientos que van sucediendo en el día a día de los equipos, más allá de los momentos específicos de la competición: sucesos, anécdotas, declaraciones. Las palabras clave son: continuidad y presencia. Pero acentuando la prioridad: hay un proceso…vamos a ver cómo crece. Así hablan los veteranos que templan la balanza para equilibrarla.

Ahondando en lo apuntado anteriormente. En todos los deportes los equipos tienen en plantilla a un Community Manager que gestiona la sección de presencia en redes y posicionamiento de noticias, creación de contenido, así como valores de marca.

No significa que un momento dado un deportista no pueda twittear. Sin embargo la gestión de redes sociales es compleja e implica aspectos corporativos, sociales y políticos que de la manera más inocente pueden crear un conflicto que afecte a la imagen de la marca y genere el efecto contrario. Haters, noticias, presión. Y en el plano de lo práctico y sencillo, todo el tiempo que el deportista se mantiene ajeno a ese mundo especulativo y en ocasiones sensacionalista, no se desgasta y descansa como es debido.

Mantener la concentración lo es todo.

Pedro Delgado en sus retransmisiones como comentarista ha reconocido que él no leía los periódicos y que se mantenía alejado del ruido. Le apasionaba tirar de novela en sus espacios de descanso. Contribuía a que se mantuviera más centrado en lo esencial: La carrera.

Este compendio de piezas que de forma armónica e integrada implementa con el buen hacer de todo un equipo humano, el proceso de maduración, conferirá las bases necesarias para dar el todo cuando llegue el momento natural.

Llega un instante en que se confirma la certeza de que la maduración se ha cumplido y el campeón ya se siente como tal. Para Perico Delgado ese momento pudo llegar en 1985 con la primera Vuelta Ciclista a España y con mayor intensidad en 1987. Miguel Induráin en 1990 cuando dejó de rueda con dos pedaladas secas a Greg Lemond en Luz Ardiden. En ese instante vimos en nuestra mente de amarillo a Miguel. No se haría esperar. 

Carlos Sastre era un corredor muy constante y con fuste en la escalada, valeroso e inconformista. Otro joven bien cuidado que fue a más y no se descalabró ni al final.

Ganó un Tour, 3 etapas en el Tour, 2 en el Giro, Pódium en las tres grandes. Se iba validando in crescendo. Hasta que 2008 fue determinante cuando otros dudaron, o de facto no podían, como fue el caso de Cadel Evans cuya oportunidad tendría que esperar tres años más y ahí se llevó La Grande Boucle.

El Zenit de Carlos fue aconteció en plena madurez.

Fue la constatación de que un deportista persistente es capaz de reventar las barreras de resistencia de sus rivales y rematar al final. De ser el más entero moral y psicológicamente que el resto, aislando el factor suerte de las caídas. Y eso es bueno porque hay tiempo para grandes dominadores, de vez en cuando para grandes decepciones y afortunadamente, de otro tipo de gloria que no es ni mejor ni peor, sólo es distinta y por tanto, necesaria: Sastre nos acercó a lo Posible.

Si la persona que hay detrás del potencial ganador, jóvenes valores y élite realmente importa a los conjuntos que forjan sus inversiones, el modo de llevar a buen término a cualquier campeón es a fuego lento. 

Es fundamental respetar sus estadios de maduración y desarrollo, dosificando su ámbito de competición y trabajando como prioridad la dimensión interna. Con independencia del tema económico financiero, los presupuestos y la complicada supervivencia de las formaciones pueden forzar las prioridades de los conjuntos que necesitan resultados con emergencia. En unos tiempos en que los patrocinadores, salvo cuatro firmas, son muy volátiles, comprometerse con un valor o activo de futuro es una misión de alto riesgo y cómo no de responsabilidad, ya que la prioridad real puede conculcarse por la necesidad.

Samuel Sánchez, Medalla de oro en Pekín, es remiso a la idea de acelerar procesos en el ciclismo base y especialmente en ese momento crítico que es el salto de junior al profesionalismo.

El estratega y carismático Joxean Fernández Matxín, el Pep Guardiola del ciclismo, valga con cariño la unión de dos personas tan inteligentes en este desenfadado símil, evaluando los resultados de la presente temporada ya ha declarado que en el UAE retrasarán la participación de Juan Ayuso en el Tour de Francia hasta 2024. Para Matxín, los parámetros, siendo importantes, no son tan vitales como la personalidad y la actitud que tiene ante sí cuando valora a un ciclista en su conjunto. Desde su percepción, ni siquiera las victorias son un ítem de valoración definitivo a la hora de proponer a un corredor para fines especiales.

Jóvenes valores y élite ya no es una terminología que se acuñe exclusivamente al ámbito del deporte masculino.

La impronta que marca el ciclismo femenino abre el abanico de género en la consideración jóvenes valores y élite.

En el ciclismo femenino, realidad que ya va tomando la relevancia que merecía desde hace años, contamos en España con la veteranía forjada a fuego lento de la mallorquina Mavi García.

En los tiempos y no tan lejos, en que se disputaban pruebas ciclistas pero no se les concedia una proyección como se está haciendo actualmente, estaba Joane Somarriba, con sus dos Giros, dos Tours, amén de medalla de oro y plata en contrarreloj y bronce en ruta.

Una realidad inclusiva en una vía más cierta de desarrollo.

Las progresivas inversiones que van realizando los equipos en el ciclismo femenino, así como en deportes como el fútbol, el voley, el baloncesto, etc en colaboración con los medios de comunicación que les dan presencia en las carreras retransmitidas otorgan a la realidad del deporte en general un valor de inclusividad más coherente. La equiparación salarial es la asignatura pendiente. Sabemos como funciona el deporte y el vínculo fáctico de los recursos generados con la audiencia.

Conclusiones.

Las/los deportistas que pueden explotar su potencial siempre lo harán mejor y al máximo de sus posibilidades, respetando de facto su proceso de maduración.

Una evolución que requiere no tan sólo el desarrollo de la estructura física del/la deportista, sino también la maduración mental y la conformación del proceso de construcción de la persona a partir de la acumulación y aprovechamiento positivo de la experiencia. Ya se llamen Juan Ayuso, Raúl García-Pierna, Carlos Rodríguez, Iván Romeo, Elósegui o Roger Adrià y la larga lista de nombres que empieza a brotar, la lección de la paciencia puede aportar una valiosa continuidad si se aplican dos palabras clave a su proceso: contención relativa y sostenibilidad, término éste último, muy en boga.

Es cierto que la Ciencia y los cuidados han permitido una aceleración en el proceso de evolución del deportista, avanzando años de trabajo respecto al pasado, es el efecto experiencia, pero también lo es que a la fruta hay que dejarla que madure.

Los parámetros permiten acortar tiempo en el proceso de desarrollo técnico…pero…

El misterio es consustancial al concepto de la magia. Y aunque hoy en día, en un tiempo que todo se mide, poco escapa a la explicación científica…

¿Qué puede ocurrir en la mente del/la  deportista, que con las mejores expectativas del mundo, ofertas y la garantía apriorística de que tiene la vida resuelta, esa trayectoria se corta?

Hacemos un pronóstico sobre indicadores, pero con el tiempo, aquel corredor que arrasó uno o dos años, de repente se estanca en una meseta, o de hecho baja su rendimiento, incluso se retira de forma prematura. Me viene al recuerdo la frase del Doctor Emelius Browne-David Tomlinson-, el Mago en La Bruja Novata con Angela Lansbury:

Las cosas no son lo que parecen, sino que parecen lo que son.

El peso de las expectativas, la presión, la fatiga mental. Un mal movimiento y todo se desvanece sin remisión. Cualquier detalle juega en el proceso de formación del deportista que tiene la posibilidad de llegar a su máximo desarrollo, un principio implícito que quizá debería ser el punto de partida y no pensar en si ganará uno o más tours. Los creadores de la figura del célebre detective Columbo, Richard Levinson & William Link basaron la efectividad y la popularidad del personaje bajo la constante:

El carácter definitivo de los pequeños detalles.

Se ha sintetizado tiempo en la irrupción y finura en la preparación, pero las estructuras mentales, al margen de la información disponible, necesitan su tiempo.

Dedico este artículo a Javier Mínguez.

Me he inspirado en los principios del entrenamiento en la preparación deportiva y especialmente este post, en la figura de Don Javier Mínguez. Don Javier, no puedo llamarle de otra manera, como lo hago con Don Eduardo Chozas, es un Maestro del ciclismo por varios motivos. En primer lugar porque la Leyenda Viva debe ser consciente de que su figura y sus aportaciones se tienen en memoria de forma permanente. Ambos caballeros me han pedido en su momento que les tutee aunque me resulta complicado. Por su conocimiento, acción y capacidad de influencia, qué menos.

En honor a su sabiduría, fruto de una fortaleza interna y una picardía innata.

Sobre la base de una consistencia en el carácter, la mentalidad de gestión humana y por considerar personalmente, que tan importante es que convivan en la realidad del pelotón internacional los directores y asesores de corte científico que suponen la vanguardia en lo actual, como los Barones intelectuales-actantes del ciclismo, tan necesarios en la realidad de cualquier equipo.

Una personalidad que ha estado en pleno terreno de batalla en conjugación con la gestión estratégica de las situaciones en momentos en que decidir era algo que, a diferencia de hoy, se hacía en unidades de tiempo muy exiguas.

Javier, parece que ahora lo he conseguido, llamarle simple y llanamente así, ha sido y en espíritu es, un Director de carrera que durante largos años ha devenido determinante en la Movida Española, el despertar de nuestro ciclismo. Ha sabido integrar durante su trayectoria en los roles sucesivos que ha adoptado, aquello que es fundamental en este deporte a lo largo de los años, sin renunciar a lo novedoso, siempre impresionante y sofisticado. Su sabiduría, la forma de interpretar la estrategia en competición e influir en ella, así como el modo de empoderar a sus corredores y conocer la globalidad del entorno, le acreditan como una de las personas que es capaz de resumir en una frase cualquier aspecto que acontezca. Javier representa la tridimensionalidad temporal dinamizada con un carácter afable y una claridad categórica en lo que siempre debe ser sencillo.

Vivimos un ciclismo nuevo, en definitiva que está bien, pero que no debe olvidarse de reciclar sus fundamentos en ese tesauro que son las  enseñanzas de todo tiempo que nunca fallan.

Javier Mínguez Bellosta, conocido en el entorno como el Sabio de Valdearcos de la Vega, localidad de la que es natural, provincia de Valladolid, ha sido, es y será, una pieza clave en la concepción integral del ciclismo.

Es inevitable que invoque cuando le vemos, una cierta similitud con el solista Andy Williams –Yesterday when i was young– y cuando le escuchamos, a una simbiosis del Doctor Abraham Van Helsing y en mensaje a la voz propia de aquellos/as docentes cuyas enseñanzas nos marcaron para siempre. En el plano del ciclismo, como analista y asesor, abandera un enfoque y un prisma del que muy pocos pueden presumir. Sigue tan vivo como siempre. Porque el torrente informativo en base a su extensa lista de contactos hace que se mantenga a la última. La evolución no se detiene. El repertorio aumenta y se organiza en la mente del estratega.

Compartió con gran orgullo el oro como seleccionador con Alejandro Valverde.

El murciano fue agradecido. Por la talla de persona que va por delante. No obstante, el preciado metal, uno y otro lo tenían sobradamente ganado en carisma desde hacía tiempo. Javier, muy en la línea de de esos/as profesores/as que por su rigor, sabiduría y seriedad nos marcaron. Como docente los/las referentes que me han quedado siempre y me conferían fuerzas desde su ejemplo como estudiante, antes y siempre, tienen ese perfil: íntegros y rectos…al pan, pan y al vino, vino, pero con la mano izquierda para hacerte disfrutar de sus enseñanzas.

Claros y a veces crípticos, serios y risueños ante las paradojas de la vida, Por eso me alegro de verlos y saludarlos.

Tiempo ha que esos preceptores en valores auténticos se han jubilado, es cierto. Sin embargo la imagen imperturbable de aquellas clases permanece viva en la memoria y sus mensajes clave que despertarían más tarde, siempre serán un faro, una guía fundamental en la comprensión de lo que ahora acontece en la madurez, en el sentido de la vida y en el valor de lo sencillo. Eso es y será siempre para los que están y los que no están.

No es difícil imaginar, en clave de humor, claro está, que si Javier Mínguez y el mensajero Fidípides hubieran coincidido en el tiempo, Javier  hubiera aparecido a medio camino para advertir ante su obstinada carrera al mensajero que se dirigía hacia la localidad de Maratón, donde perecería a la postre, tan pronto cumplió su cometido:

¿A dónde vas tan rápido? ¡Escucha chico! Dosifica el ritmo y tómatelo con calma, que esto va a ser largo de narices. Ahí lo dejo.

Próxima entrevista a Javier Mínguez en viviraltiempo.com sección Perfiles y Espíritu ciclista, dentro de la categoría #VATSports.

En un período de tiempo no muy lejano, os anticiparé la fecha exacta, tendremos la magnífica oportunidad de leer una entrevista seria con Javier Mínguez.  Estoy elaborando el guion. Como en las grandes ocasiones, el rigor y el cuidado en el trabajo lo son todo.

Muchas gracias y hasta pronto.

Tony.

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Dos vídeos que merece la pena ver.

Para quienes gozamos del ciclismo y de la sabiduría de Javier Mínguez, me ha parecido idóneo importar una vídeo-conferencia que le dedicó Javier Ares en la sección online El Pinganillo entrega #15. Dos titanes, cada cual a lo suyo y con el humanismo como eje, en una charla distendida que merece la pena escuchar y guardar.

 

Un vídeo familiar y entrañable de carácter biográfico.

 

Notas:

Agradezco encarecidamente a Maese Eduardo haber hecho posible el encuentro con el homenajeado. Sempre in cuore.

Derechos de imagen:

La fuente de la imagen que encabeza este artículo ha sido autorizada expresamente por la persona fotografiada, Javier Mínguez y la fuente web a efectos documentales, espacio que os recomiendo leer, es la revista digital www.esciclismo.com.

 

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