“Confinada”.
Después de una larga vida llena de inseguridades, de miedos, de complejos. Una vida donde es más morboso hablar sin saber que juzgar sin sentirse culpable, donde hacer daño es gratuito. He comprendido que sólo hay dos caminos: hundirte o salir. A veces salir puede tardar tanto que tengas la necesidad de tirar la toalla, y más cuando piensas que no perteneces a este mundo y que nadie te vé. Pero al final descubrí que para que te quieran te tienes que querer a ti mismo.
En mi caso tardé 52 años. Sólo entonces pude descubrir mis valores. Esos valores me dieron seguridad y fuerza para demostrarle a mucha gente que yo existía .
Creo que esta sociedad necesitaría educarse, autocriticarse, porque de alguna manera siempre piensa en negativo. A la persona guapa la llaman creída , a la menos guapa la llaman fea, a la gordita, obesa, a la delgada ¿estará enferma? A la persona que viste bien: ¿De dónde sacará el dinero?, a la que viste mal, ¿no le dará vergüenza salir así ?.
Vivimos en un mundo materialista, donde es más fácil presumir de que se han comprado un móvil de última generación y que se han gastado más de mil euros, que presumir de que han ayudado a alguien económicamente porque lo necesitaba.
Ahora yo me sensibilizo, y quiero ayudar para sentirme útil.
Mucha gente necesita que le digan los valores que tiene, lo importantes que son. Necesitan una inyección de autoestima. Necesitan saber que no están solos como yo lo pensé durante años. Sólo sé que el ayer ya no existe, que el futuro no existe, que sólo existe el presente. ¡Vivamos el presente como si fuera el último día de nuestras vidas! Eduquemos a nuestros hijos para que un gracias, un por favor, un te quiero , sea más valioso que un euro. A pensar antes de hablar, a no juzgar y a echar una mano a quien lo necesite. Sólo así respetarán y no rechazarán a la persona por ser diferente: raza, religiones, sexos.
Luchemos por ayudar a esas personas que se hallan en un pozo y hacerles ver que de todo se sale.
Sé lo que es estar aislada con mucho tiempo para pensar. ¿Pensar en qué? Si estás de buen humor puedes pensar en positivo. Pero si estás angustiada: ¿Qué puedes pensar?.
Ser libre es uno de los mayores deseos de los seres humanos. Uno de los peores castigos es la privación de la libertad. Mirar al cielo y sentir envidia del vuelo de los pájaros, porque parecen tan libres ¿verdad? Sólo me queda cerrar los ojos y dejar volar mi imaginación. Leer un libro, escribir un diario, tu propio diario. Limpiar tu casa a fondo y sacar cosas de hace varios años que ya no usas, donarlas o reciclarlas… resulta verdaderamente liberador. Pararte a reflexionar, coger un papel y escribir cuáles son para ti los tres valores indiscutibles a los que no quieres renunciar en tu vida. Para mí serían: libertad, coayuda y lealtad. Por lo tanto, si tengo que tomar una decisión o elegir, elegiría aquella que me haría más libre.
Durante el confinamiento ha nacido en mi familia un bebé, pero desgraciadamente también ha fallecido. Sufrí un ataque de ansiedad al no poder hacer nada, pero la final pienso:
¿Qué consigo con lamentaciones?, ¿me va a ayudar a conseguir algo?. Cuando dejas de perseguir las cosas negativas ,le das la oportunidad a las cosas positivas, a veces un pequeño cambio de actitud lo cambia todo.
Quiero dedicar estas palabras a la Asociación LGTB Bén amics que tanto me ha ayudado.
Ivonne Moll Siles.
Ciudadana y Agente Social.
