Retención monetaria y ahorro (1/5)

Retención monetaria y ahorro son dos conceptos muy vinculados al anhelo de la prosperidad financiera.

En el pasado ciclo: Del micro-ahorro a la tranquilidad hablé del concepto de la retención monetaria y ahorro. Ahora añadiré otro. Ni más ni menos que su antagonista: el coeficiente de deriva. Al finalizar este post agregaré el enlace a la entrega del mencionado ciclo en el que presenté y de hecho, ejemplifiqué la retención. Hoy el objetivo es ofrecer la explicación de esta relación entre opuestos y cómo dominarla sólo nos puede conducir a la seguridad, a la confianza y por supuesto, a la prosperidad financiera.

Quedarás impresionado/a con el ejemplo que propongo in fine sobre un caso real.

Te recomiendo seguirlo y verás cómo muchos de nosotros/as podemos reorganizar nuestra economía de forma espectacular con cuatro sacrificios que además contribuyen a la mejora significativa en la calidad de vida.

La segunda parte de esta tripleta de post dedicados a planificar, registrar y evaluar los datos tratará el presupuesto y la compartimentación.

La tercera abordará al detalle una hoja de cálculo con el control de los valores X-Y-Z en la realización del ahorro y cómo realizar una proyección de deriva y un feedback de acotación de errores.

Vamos con unas sencillas ideas que animan a la siempre compleja posibilidad y habilidad de ahorrar.

1-El ahorro es la capacidad para graduar el consumo de forma inteligente. Esto es, la intendencia intencional y planificada que nos permite mantener recursos e ir creciendo cuando anteriormente sólo los veíamos pasar y marcharse.

2-El ahorro directo  e indirecto de dinero, por la conversión a liquidez gracias a una gestión eficiente de los recursos accesorios, aumentan nuestra cuota de libertad personal y financiera a cada paso en firme que damos en que se hace tangible la acumulación patrimonial.

3-Vimos que los recursos accesorios son aquellos bienes materiales, energía, tiempo y espacio cuya afinada organización y consumo inteligente nos permiten crear una diferencia a liquidez sobre un consumo que antes no valorábamos. Una serie de factores a controlar traen de vuelta y de hecho retienen, para ir acumulando, un dinero que antes se nos escapaba de las manos.

3-No se trata de ganar más dinero, sino de cuánto conseguimos retener resultado de una gestión bien regulada. En este punto nos vamos a entretener.

Hay personas con salarios elevados muy endeudadas y casos con una nómina estándar y un agudizado sentido de control económico-financiero que tienen en su haber un buen fondo y mayor libertad. El concepto de libertad personal, aparte del de libertad financiera es muy importante. Puedes medir cómo un sistema de cuentas bien ajustado  un momento dado te permite un cambio de rumbo laboral si las condiciones no te satisfacen, o si un cierto nivel de riesgo bien medido puede conducirte a una mejora.

Por tanto, la libertad personal es un concepto más profundo ya que está ligado a la determinación: la facultad de poder elegir.

Así que bien vale la pena renunciar a comer y cenar mucho fuera de casa y a suprimir hábitos cuyo valioso coste de oportunidad es la libertad personal, incluso la salud y la esperanza de vida, a consecuencia de un buen margen de libertad/autonomía financiera. En breve analizaremos la diferencia. De ahí que el ahorro confrontado a la tentación de asociar la consciencia existencial a base de asumir el gasto y el placer efímero como un pellizco constante que nos dice: “¡Estoy vivo/a!” es en sí una trampa mental, un fraude interno que asumimos como legítimo al calor del momento. Consumir para sentirse con vida es una actitud cíclica cortoplacista cuyo resultado es la carencia, la compulsividad y una tediosa lucha por la suficiencia. Lo verdaderamente importante es darse cuenta cuando aun no sea demasiado tarde.

Algo así como estar permanentemente en el cable.

La buena noticia es que cuando experimentamos la recuperación en apenas seis meses la sensación es prodigiosa. Y no cambia sólo el estado de cuentas, lo hacen la autoestima, el autoconcepto, la confianza, la seguridad en nosotros mismos/as y el amor propio. Es algo que se descubre, mejor tarde que nunca, cuando los excesos cuestan una buena oportunidad de negocio, ver como con ese dinero se habría podido reiniciar una carrera profesional, o llegar a la vejez en un equilibrio de haber vivido y a la vez con unas buenas expectativas de solvencia.

La diferencia entre la libertad personal y la libertad-autonomía financiera en el punto en que ambas convergen como una realidad sostenible es que la primera te permite decidir en base al amor propio.

Razón de ello es que la infraestructura de cuentas, resultado de una primera fase de actitud en la construcción de caja, ha cimentado esa posibilidad. Nada menos. La libertad financiera por sí misma puede explicar algunos valores, pero jamás el amor propio, la vocación y la fuerza interior.

Veamos dos ejemplos de cada caso:

Leonela se ha recuperado de una ruina por habilidad. Ha aprendido valiosas lecciones tras su experiencia.

En ese proceso se han gestado evoluciones internas muy poderosas. La aplicación rigurosa de unas herramientas y actitudes propensas al éxito le han conformado una persona nueva, más libre y autónoma. Tal vez tenga que seguir trabajando, pero puede elegir qué está dispuesta a aceptar y desde luego sus nuevos patrones de gasto y multiplicación de ingresos están a años luz de aquella mala gestión inicial que le costó cerrar su anterior negocio. Una tienda que generaba buen dinero, pero se gastaba mucho y mal. Todos tenemos derecho a equivocarnos. Sin embargo, algún día, se hará urgente aprender y ese esfuerzo decidirá si viviremos o moriremos y en ambos casos, cómo lo haremos.

Fulgencio ha heredado cuatro áticos en la ciudad,  dos negocios y tres millones de euros en liquidez, amén de otros dos millones en acciones y fondos de inversión.

Fulgencio no es un administrador. Ni sabe de cuentas, estrategias financieras, ni siente la necesidad. Vivir al día, que es lo que nos llevaremos. No le queda otra. Tiene que confiar en su gestor. Fulgencio será libre y autónomo a nivel financiero el tiempo que ese patrimonio siga en su dominio. Hecho que dependerá de demasiadas cosas, para empezar, de la buena fe y competencia de sus administradores. Por tanto, valores como la confianza, la seguridad y el amor propio de momento no le son necesarios. Tal vez con suerte, algún día no tendrá la necesidad de aprender sobre finanzas. Tal como andan los tiempos, la suerte es escasa y la habilidad lo decide todo.

Leonela es joven, consciente, tiene fuerza, es pertinaz y  luchadora.

Tiene claro que su sueño no pudo realizarse en el primer asalto y que esta vez, por todo lo que se ha formado y reflexionado, lo va a lograr. Su contacto con el éxito, que ni de lejos no significa no trabajar, esté cercano a su llegada.

El pobre Fulgencio, tendrá suerte si aun le queda margen de reacción el día que todo el patrimonio haya volado bajo los auspicios del vivir al día.

La mala suerte y culpabilizar a sus administradores siempre serán con toda probabilidad su primera explicación.

Luego existen casos de personas que logran la libertad financiera y consolidan los valores de la libertad personal por ser buenas estrategas, competentes, competitivas e inconformistas.

La retención en el ahorro es el primer paso y es la continuidad.

Cuanto más competentes nos hace la concentración en el proceso de gestión de dinero y recursos accesorios, más retenemos y más rápido crecemos.

Nuestra primera prioridad tras una ruina o descalabro financiero es cuantificar una cifra de sostén.

Un monto básico, un fondo, que nos permitirá afrontar reveses sin tener que recurrir al crédito. Por ejemplo, 1.500 euros para empezar, con objetivo a 3.000. El momento en que esto se consiga habremos dado un paso. Y no siendo una fortuna, ya te digo que se hará duro. Aparecerá más de un revés por el camino, parecerá que vuelves al punto de inicio, pero piensa:

Gracias a la nueva actitud no he tenido que utilizar la tarjeta de crédito para pagar la secadora. Y ahí empieza todo:

El comportamiento con el dinero cambia cuando lo haces tú.

Y cuando eso ocurre, te garantizo que el dinero es agradecido. De repente miras tu haber y han pasado días sin un movimiento en el saldo. ¡Ostras! Merece la pena.

¿Tienes unos molestos créditos por ahí?

Negocia con tu oficina crediticia una cuota que te permita, junto con las cuatro regulaciones de recorte de gasto diario más fáciles, ir forjando ese fondo inicial, ese primer paso en el que muchas fuerzas internas en tu persona van a ir creciendo. Ya tendrás tiempo de crear una estrategia de snowball para ir cancelando los créditos. Todo a su tiempo. Es un poco el vísteme despacio que tengo prisa. Ser leal al plan y confiar. Cada logro es un premio moral que te recicla para seguir mejorando.

Ahora, lo que te ayudará para crear esa línea de defensa, son esos diferenciales.

Imagina que con un buen ajuste dejas de pagar 300 euros mensuales de cuotas varias. Muy bien, es verdad que durante un año la amortización se congela, pero también y fundamentalmente es cierto que en un año entre esos 300 mensuales y las mejoras en consumo, hábitos y gestión de recursos accesorios puede ponerte en 5.000 o 6.000 euros arriba. Y en ese momento en que la retención ha supuesto el éxito de la supervivencia financiera, ya te puedes plantear hacer una línea progresiva de amortización. Te prometo que hay más. Lo tenemos al lado, pero queremos todo, lo queremos ahora y nos cuesta asimilar lo que puede reportar un tiempo de moderación y sacrificio. Lo verás en breve en el ejemplo de Manuel.

Lo importante es que durante ese año olvides la deuda que se cubre.

Ya tendremos tiempo de hacer un plan de ataque a la deuda. Muchas personas se ceban en cancelar, quedan en la cuerda floja en cuanto a solvencia, se les encadena una multa, la correa de distribución del automóvil, la vuelta al cole y revienta la lavadora. De pronto una vez más en el barro…entonces se ven obligadas a recurrir al crédito nuevamente. La calma aquí lo es todo.

La retención monetaria y ahorro en nuestro día a día.

Cambiar gimnasio por hacer deporte en bosques, paseos y parques.

Compras: cambio a modo saludable.

Coche: puede estar en la calle. No es una persona, es una cosa. El apego a los bienes materiales puede costarnos mucho dinero. Por este motivo, muchos nuevos ricos cuyo éxito de su negocio depende del tiempo que el mercado tarde en clonar su modelo, se arruinan por no saber renunciar a esos bienes a tiempo. El problema es que se anclan de tal manera a una identidad artificial que cuesta desapegarse.

Tiempo: hacer compra en bloque evita tener que ir cada día al supermercado con los gastos anejos que comporta ir a comprar un producto y volver con el carro lleno de golosinas.

Energía: Led, ducha en lugar de baño, luz únicamente en las estancias ocupadas, placas solares, desplazarte a pie por la ciudad o en bici en lugar de con un vehículo a motor. ¿Transporte público? Depende de cada ciudad.

-Espacio: gestionar bien tus espacios de acción mejora la eficiencia y te concede tiempo que antes gastabas sin rédito ni coste de oportunidad. Rediseñar una ruta que supone un ahorro de combustible y de tiempo. Por pequeño que sea, se notará a largo plazo. Optimizar el peso de tus archivos informáticos mejorará el rendimiento de tu almacenamiento en la nube. Clasificar bien los archivos te hará ganar tiempo si defines cada espacio o carpeta por temas, fechas y conceptos.

La segunda fase de la retención ya depende de tus objetivos.

Si quieres invertir en un proyecto empresarial, vas a tener que fraccionar tus retenciones en el ahorro en al menos dos direcciones:

1-Dotación para la futura empresa.

2-Incrementar tu fondo de contingencia para tener cada vez más libertad personal y financiera.

3-Inversión en planes de pensiones. Lo dejo en interrogante. Provisión de fondos para la compra de un inmueble. Más recomendable. Al menos cuando te jubiles, si hay pensión, no la tendrás que palmar toda  en un alquiler con la incertidumbre que reporta depender de…

Esta segunda fase de la retención el ahorro depende de la fidelidad a los principios que te funcionaron en la primera fase de la construcción del fondo.

Gracias a esa disciplina ahora has podido ramificar. No confiarse en este período es esencial, tanto si quieres montar un negocio, como si deseas vivir sencillamente con mayor tranquilidad.

Para saber si haces las cosas bien, calcula en el tramo del año siguiente cómo ha crecido tu dotación y tendrás una proporción. Debería ser al menos igual. Si la desviación es significativa, tenemos un problema que hay que enmendar lo antes posible.

EL COEFICIENTE DE DERIVA. EL OTRO MOTIVADOR.

El primer año ahorraste 12.000 euros producto de hacer las cosas muy bien. Te convertiste en una máquina de convertir dinero que antes se te escapaba de las manos en un fondo de confianza. No obstante, el segundo año sólo has ahorrado 3.000. Si esa desviación no se debe a un desastre justificable como un cúmulo de pagos y desgracias sobrevenidas, es muy posible que te hayas confiado. Porque los datos dicen que sólo has conseguido ahorrar el 25%, es decir, tienes 15000/24000 euros posibles.

Analicemos las posibles causas, cuando no son esos gastos accidentales e inevitables:

1-La más probable es que hayamos dejado de registrar los datos en la hoja de control. ¡Puedo hacerlo! Nos decimos. Y la variante del 10% de ahorro automático, Z como variable de habilidad diaria y el Presupuesto empiezan a flaquear hasta que aparecen en rojo. El punto dos nos aboca de forma trágica al siguiente.

2-Nos descontrolamos. Progresivamente, y hastiados de ser calculadoras humanas, hemos vuelto a los viejos hábitos. No hemos venido a la vida para sufrir. La excusa recurrente para no torturarnos. Y luego el salto al vacío. Cuando viene el autoengaño y la excepción se convierte de nuevo en norma. Es cierto, pero hacían falta otros dos años siguiendo el patrón para entrar en una fase más relajada, que no de locura. Esto se trata de aprender y consolidar. El éxito en cualquier propuesta depende de la concentración. A veces pequeños errores son subsanables. En ocasiones un error puede ser la diferencia.

¿Por qué estropear lo bien hecho cuando sabemos cómo y lo que es más, que funciona?

Definamos el Coeficiente de deriva.

Hay dos sistemas, o al menos así lo hago:

1-Proyección:. Comer cada día fuera cuesta 10€. ¿Cuánto dinero representa en cinco años? ¡Si colega! Más de 15.000 euros.

¿Te parece inspirador como para parar y pensar? ¡Aún hay más!

2-Revisión: El coeficiente de deriva al final de un tramo es como El Hombre del Mazo de Pedro Delgado. Cuando ves las animaladas que has hecho los últimos años bajo una errónea consigna de comodidad es cuando te entran escalofríos de ver lo que tendrías. Todo lo que has sufrido, lo que te has podido endeudar sin necesidad. Cuando has gastado un pastizal en un período de compensación anímica y viene un pago que te lo rompe todo. A lo que has renunciado, las oportunidades que has perdido. Así, en seco, es doloroso, pero hay que tener el alma muy fría como para no hacer un acto de contricción y ponerse las pilas.

¡Merece la pena trazar un plan!

El coeficiente de deriva es el feedback. Da igual como se mida. Dinero directo, porcentajes, fracciones. Del modo que mejor te sirva para reaccionar. Es tu hermano mayor. Cuando es proyección de tendencia te está avisando. Cuando los números no cuadran es el: “Te lo dije“.

La diferencia entre el coeficiente de deriva y la retención es meramente una cuestión de traducción de teoría a práctica.

Cuando se trata de una proyección de la prolongación de un gasto, tenemos la visual magnificada del error a largo plazo, y a la vez, una imagen de lo que tendremos si somos disciplinados. Y ese condicionante lo es todo, porque si tras eliminar el gasto lo suplantamos por otro, la retención futura sólo será una proyección en el plano hipotético.

La diferencia es sustancial.

Por principio de prudencia, prefiero tratar el coeficiente de deriva positivo como un incentivo moral o iniciático, nunca como una retención porque aún no se ha cumplido.

No recomiendo permanecer demasiado en la tragedia del desastre porque pesa más lo que podemos hacer desde este preciso instante. Así que mira por lo que tendrás y rétate para realizarlo. Pero no celebres por anticipado.

La retención en el ahorro es un valor de motivación positivo. Representa, la previsualización del éxito y la certeza del camino que hay que recorrer para lograrlo. El coeficiente de deriva obra como un motivador corrector.

Luego, fíjate si el concepto de retención monetaria y ahorro es valioso como evaluación de ganancias, que en el momento en que la comida fuera se reduce a los domingos y el día a día en el tupper, ya sabemos que por lo pronto, los próximos cinco años, con algo tan sencillo retendremos unos 6.000 euros. ¡Ahí es nada! Acabas de tomar una decisión firme y ya sabes lo que tendrás. ¡Es estimulante! Imagina con una competencia mínima en cuatro detalles de economía doméstica, prevención y gestión energética…

No esperes demasiado a revisar tus números. La concentración y la lealtad al plan lo son todo.

¡Emprende tu plan de activación económica hoy mismo!

De repente sentirás un escalofrío emocionante. El miedo se desvanece, desaparece la tensión y aparecen la confianza, la seguridad y te percibes de otra manera, en definitiva:

¿Para que vivir mal, si es fácil lo que hay que hacer para vivir bien?

No hace falta ser millonario para vivir bien. Porque el hastío del gasto por el gasto te trae de vuelta sensaciones como la importancia de los demás, la naturaleza, la bondad y el goce de momentos especiales que cuestan poco dinero, o nada.

Veamos un ejemplo práctico.

Manuel tenía las cuentas hechas un colador, un auténtico saco roto. Tenía un salario, pero no tan sólo no conseguía ahorrar, sino que recurría al crédito para no sufrir con la disciplina. Hasta que un día analizó su coeficiente de deriva acumulado y se puso las manos a la cabeza. Sin embargo, se motivó al ver la representación de lo que sería su recuperación, e hizo lo siguiente:

-Dejó de fumar: 4,20 x 365

-Hizo deporte en la calle: 50×12.

-Empezó a comer de tupper y a salir fuera sólo un día a la semana. Por la diferencia: 30×52.

-Utilizó menos el coche y pasó de un consumo de 200 euros al mes a la mitad. 100×12

-Reorganizó sus deudas pasando de una cuota de 600 al mes a 300 por un período de un año. Y además guardó la mitad de sus dos pagas extra. 500×2

-Mejoró en sus compras diarias pasando de 150 euros semanales a 95 con un menú saludable: 55×52. Se acabaron las porquerías y la bollería industrial.

Vamos a ver lo que le cundió la mentalización y estricta y rigurosa puesta en práctica durante un año.

-Ahorro en tabaco: 1.553€.

-Deporte en el bosque: 600 €.

-Comer y cenar más en casa: 1.552€

-Ahorro de combustible a cambio de caminar: 1.200€.

-Ajuste de cuotas provisional para crear el fondo de emergencia: 3.600€.

-Reserva de 50% de pagas extra: 1.000€.

-Mejoras en los patrones de compra saludable: 2.860€.

¡Wow!

Esto pinta muy bien…

11.865 euros retenidos. O lo que es igual, una deriva de -11.865 malgastados por falta de disciplina financiera.

Si la renta de Manuel son 25.000 al año tenía una deriva de -47,46%. Tras un año de consolidación, ese dinero que antes escapaba, ahora está en sus cuentas. Eso es la retención. Hemos apuntado la renta en color azul porque no es una ganancia. Es un triunfo y muy importante, pero no ingreso extraordinario, ya que la renta anual de Manuel, es la misma. Anotaríamos en verde el producto agregado de realizar actividades extraordinarias como un segundo trabajo, royalties por el producto del rendimiento de una patente o propiedad intelectual.

Tampoco contabilizaríamos en verde la venta de un inmueble, aunque no sea una primera residencia, porque podría alquilarse y obtener un ingreso pasivo.

No obstante si la casa donde vive Manuel sobrepasa las dimensiones estándar para una sola persona, pasar de una vivienda de 250 metros cuadrados a una de entre 50 y 100 ya supondría un ajuste funcional que implicaría un ahorro en mantenimiento, tasas e impuestos municipales, amén del tiempo necesario para mantener un espacio más grande y su conversión alternativa en utilidad. Así las cosas, esas diferencias, tanto de los beneficios de la venta, como el ahorro en consumos, tasas, impuestos, y recursos accesorios como espacio y tiempo sí se apuntan en verde.

Un año más de mantener esa pauta y al tercero, Manuel, y quizá tú, hayáis fundido vuestras deudas y en cinco pensando en invertir en un valor sólido.

Cuando la renta es menor tal vez el objetivo 3.000 pueda ser una cantidad grande en un año, pero puede ser en dos o en tres. La cuestión es ir afrontando las incidencias de caja propia y no a crédito.

Ya ves que no es un imposible ni mucho menos. ¿Merece la pena? Te aseguro que tu salud y tu seguridad lo agradecerán.

No hemos contado aquí la venta de objetos que no utilizamos y podemos liquidar en Wallapop, Vinted, o Segundamano. Quizá por ahí rasquemos los 15.000 a final de año. Tal vez más si suprime la fe ciega en que le toque la lotería y reduce 20 de gasto semanal a la mitad, supliéndola con la garantía aplastante de un método perseverante. Por ejemplo, la realización de una segunda actividad cuya declaración a dos pagadores sea rentable a final del año fiscal.

Si te anima lo siguiente, te diré que Manuel es alrededor del 40% de la población activa a nivel nacional en hábitos estándar. Lo que significa que al menos un 70% podría guardar alrededor de 5.000 a 6.000 anuales y un 75% unos 3.000 al año, que es nuestro objetivo de caja de supervivencia fundamental. Cuanto más ajustada sea la renta, más habrá que afinar el control y la habilidad y acotar el margen de error.

Imagina en un solo año si ha valido la pena el sacrificio. No sabemos cómo, nos vamos cargando de cosas. Micro-pagos que en suma y a lo largo de los meses pueden sorprendernos. Todos podemos hacerlo. Es una mera cuestión de concienciación. Cuando hablemos de presupuestado y compartimentación, así como de la estrategia concomitante de control de gasto diario que hace posible estos números vas a alucinar colorines :). Cuanto más restringido es el disponible más hay que profundizar en los pequeños grandes factores de conversión e incidir en aspectos tan sencillos como pequeñas suscripciones online. Porque cuando hay poco dinero, diez euros al mes son una deriva de 120 al año. O suprimir el croissant con el café, otros 365 al año.

Depende de nosotros y de tomar conciencia de que el tiempo no es infinito y que cuanto más transcurre este, su valor se va imponiendo al del dinero.

No hagas como esos que viven siempre pensando en qué harán cuando se jubilen porque se pierde mucho del presente en tan incierta creencia.

Y ahora es todo lo que tenemos.

El dinero viene y se va. ¿Y si aprendemos a retenerlo en nuestro poder? La buena noticia es que se puede y sabemos cómo se hace.

Cuando se trata de una familia, lo importante es la actitud, por encima de la siempre complicada tarea de ahorrar una cantidad significativa. El tiempo para lograr el objetivo se prolonga y los detalles en los que hay que incidir no son tan fáciles de ver. El sistema de vida en estos casos de precariedad laboral exige la moral de un espartano. El objetivo merece la pena.

Por este motivo habrá una cuarta entrega adaptada a los modelos familiares a partir de la síntesis compacta de todos los conceptos procedimentales presentados como caso práctico. Son situaciones en que lo único que se tiene son las ayudas estatales en el extremo y en el caso normal, o dos nóminas en el mejor panorama, o una única que tira de todo el sistema. Lo analizaremos todo y ofreceré una solución viable.

En el caso de una persona en situación de desempleo, ERTE o una nómina muy restringida, el modelo se reduce aún más.

Centraremos el supuesto pero veremos que hay que ser puntillosos y se puede ahorrar, sólo que afinando al máximo el tema de los recursos accesorios. A esta situación dedicaremos la quinta entrega.

Cuando cambias el modo de vivirlo, sustituyendo la sensación de vivir en base al consumo, por otros valores más trascendentes, inicias un bagaje de riqueza muy interesante. ¡Eso sí es una promesa!

Este ciclo está dedicado a todas las personas que creen que arruinarse es el final. He sufrido tres.

Una por joven, otra por un cambio legislativo drástico y una tercera por motivo de salud: cuando crees que vas a morir, el dinero pierde su valor, es como un paliativo. Al final no me asusta que volviera a ocurrir. Lo verdaderamente importante es que ya he descubierto las herramientas y las actitudes que hacen posible la recuperación. Las comparto contigo.

Reflexiones sobre la retención en el ahorro en aras de construir un fondo de supervivencia financiera.

 

(Fuente imagen: pexels-dziana-hasanbekava)

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Por Tony Socias

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