3 elementos conforman el ahorro más allá de la intención cuando nos decidimos a ir con todo en nuestro sistema administrativo: El presupuesto, las correcciones y ahorro.
De repente, cansados de hacer las cosas mal, por los motivos que sea, decidimos que este momento ya estamos preparados para reordenar nuestra economía, sanearla y construir un patrimonio de supervivencia. Con esa idea y sobre los mismos principios, más la inversión como dedicación minuciosa, es factible dar un paso consiguiente hacia objetivos superiores. Estas bases son: presupuesto, correcciones y ahorro como resultado.
El ahorro no es mágico: Depende de:
-Un objetivo, la consciencia de que se han hecho cosas mal, o que es necesario mejorar la técnica para afrontar el bache económico COVID-19
–Una planificación detallada.
–Un análisis crítico de nuestras necesidades, así como la humildad necesaria para normalizar algunos sacrificios. No hay que morir en vida, pero se tiene que notar. Y si es necesario un mes a mínimos, si con ello se produce la transformación, mientras no peligre la salud, ¡avanti!
–La capacidad para valorar y aprovechar como estímulo de regeneración motivacional la grandeza de descubrir que algunas costumbres o hábitos no nos beneficiaban.
–Constancia y altas dosis de disciplina.
Ya sabes que en este ciclo trabajamos la oponibilidad de personas que se hallan en una situación de fragilidad financiera en el contexto a que nos ha abocado el COVID-19. Es el caso de personas en situación de ERTE, desempleo, cierre temporal o definitivo de un negocio que, para más inri, tenía potencial pero no superó la fase de consolidación inicial a nivel financiero.
Cositas que ayudan desde el momento 0:
Lo mejor de todo es que cuanto peor hacías las cosas más fácil es ahora cautivar a la motivación desde el factor moral.
Eso es así porque cada corrección que aplicas al caos que tenías por economía personal, supone un avance instantáneo que refuerza el click o giro mental necesario para alimentar una poderosa combustión a largo plazo. Capturas mentalmente el pequeño logro como un potente enclave de refuerzo en la continuidad. Un estímulo que a modo de semilla ultra-productiva multiplica sus efectos y genera dosis de motivación esenciales para sostener una disciplina rebasando el corto plazo.
La posibilidad de un presunto y cercano adiós.
No es puro storytelling. Ocurrió así. En 2006 tenía ahorrada una cantidad de dinero considerable. Tuve que hipotecarme para salvar a la familia. Además, por motivos de mejora laboral, tuve que trasladarme a Ibiza y la verdad: la isla y su magia me encantaron. Ahí un hachazo bien gastado porque allí conocí a gente maravillosa con la que aun conservo contacto. En 2007 un negocio salió mal en Mallorca. Ahí palmo más de un 50% de ese dinero. Para acabar de arreglarlo, ya había realizado un plan de choque con éxito y me estaba recuperando bien. Era la tercera semana de enero de 2017 cuando la posibilidad de un diagnóstico relativo apuntaba a una terrible enfermedad.
Así que me hago todo lo habido y por haber a crédito y lo reviento en dos tiempos: una parte pre-diagnóstico y la otra para celebrar que al final el diagnóstico definitivo anunciaba que no sufría la enfermedad.
La carita que me quedó cuando supe que lo iba a contar fue ambigua. Recuerdo el caso de la serie House de un paciente al que diagnosticaron cáncer. Se había gastado millones de dólares hasta quedarse seco y al final resultó ser un error de diagnóstico. En mi caso no fue un error, sino la larga espera.
¿De qué sirve el dinero cuando te han confirmado el diagnóstico fatal?
Así que aunque con dolor, gasté parte del dinero porque si te dan la mala noticia el dinero puede no tener significado y no disfrutarás igual ya que todo se hace con una relativa esperanza. Lo di por bien gastado. Había vida para recomponer la situación. Por un lado genial, porque se despejó el nubarrón que me tenía perdido en la vorágine esos largos cuatro meses y por otro, la calculadora se puso en marcha. No dejaba de pensar en lo que iba a tardar en salir del endeudamiento, de la locura y me colapsaba el número de lo que había llegado a tener. No veía el momento de arrancar.
La reacción fue adversa.
Me desmoralicé y así como entraban, salían. A eso añadimos la continuación el apoyo en el carpe díem como filosofía de emergencia excesivamente elongada. El consumo como forma de evitar el sufrimiento en espera de inspiración. Nada de cosas que perjudicaran a la salud. Sólo algún viaje y repetidas celebraciones. Al tener una vida social extensa, es fácil fundir el dinero. No son grandes cantidades, sino una fuga constante. Todas estas circunstancias no tan sólo no ayudan a encarrillar, sino que incrementan la profundidad del pozo financiero. A favor: no tengo hipoteca.
Total…
He de confesar que hasta septiembre del pasado año no me hice una propuesta real de conciliar el gran bagaje de conocimientos que poseía y de hecho había aplicado con éxito entre 2007 y 2016. Desde un plano de mayor madurez en que la experiencia cuenta, 46 años es aun un buen momento para hacer una proyección de al menos dos fases.
Se puede decir que experimenté un síndrome postraumático.
Como una especie de indolencia ante el hecho de haber superado la peor posibilidad, sólo veía vivir al día. La celebración indefinida. Al revisar números, el plan de restauración estándar era de cinco años para subsanar el estropicio. El punto cero de balance real. No obstante era un número cerrado al que se podía vencer.
El Poker cash no servía porque sin bankroll estás arruinado antes de empezar. Así que si un tiempo me sirvió, ahora no era el momento. Igual con las apuestas deportivas. El desorden actual causado en el ámbito de los deportes con motivo del COVID-19 y la preparación condicionada de los deportistas más los confinamientos y desestructuraciones de equipos y planificaciones. Todo a su vez ha convertido ese ámbito interesante y razonablemente previsible en algo que pasó de ciencia del largo plazo e interpretabilidad al puro azar. Sin contar el desgaste energético y emocional cuando rozas el premio y un gol en el límite rompe el cobro. Ocurre muchas veces. No siempre estamos en las mejores condiciones para reaccionar adecuadamente ante la tensión.
Si tienes amor propio, eres responsable y analizas datos, no hace falta un angelito que te diga Stop.
Calendario denso, lesiones de los jugadores…en fin. Un equipo colista se puede fundir al líder de la Liga solo porque este sale con canteranos por tener puesto el ojo en el siguiente partido de las ligas europeas. Ante ese panorama la conclusión se reduce a que no es el momento.
La especulación o los mercados inciertos en un marco tan complejo como el actual son complicados.
Ante la duda y antes de pensar en ingresos en actividades que requieren el 100% de todas las prestaciones, céntrate en cualquier gasto directo o hábito suprimible, pago que puedas aplazar o suavizar, así como en las pequeñas maniobras que suponen un descuento menos perceptible pero cuya conversión acaba siendo un hecho.
Si esperas que te toque la lotería, por hablar de un clásico, toma por ejemplo la Primitiva:
Divide 1/(49, elévado a 6) x 10. Son las probabilidades que como individuo te coincidan los seis números y el reintegro en un mismo suceso.
¿No te parece mejor idea pensar en el dinero cierto?
Vale, puedes hacer un numerito, pero lo que no se puede nunca, ni especialmente ahora, es alejarnos de ese encantador y retador terreno de juego que es:
-DEPENDE DE TI redirigir los recursos disponibles a lo tangible.
Entrena la disciplina y más adelante ya se verá.
Las fisuras en las condiciones emocionales y de actitud que requieren las disciplinas de inversión complejas, se reflejan en el estado de cuentas. Así me lo propuse y de este modo estoy funcionando ahora. Estoy más tiempo en casa, disfruto de la gastronomía ligera, utilizo mucho menos el coche y el tiempo que leo y entreno, mejorando la salud y afianzando el equilibrio interno, no lo estoy palmando celebrando cada día como su fuera el último.
En lugar de en una cena, prefiero invertir diez o veinte euros en un libro que me aporte conocimientos nuevos sobre materias concretas.
El aumento de competencias es también dinero indirecto. Lo que vale la pena no es siempre rápido en la manifestación de sus benevolencias.
Aquí impera el coste de oportunidad y el potencial conversor a medio-largo plazo. Depende del tiempo requerido para aplicar las habilidades adquiridas y rentabilizarlas.
La conclusión en este punto es que ciertas actividades rentables en momentos de estabilidad económica no son de ayuda ahora. Igual ocurre con la bolsa.
Los mercados son perversos, la información circula rápidamente. La velocidad a la que compran y venden los agentes que manejan una banda ancha potente están fuera de nuestro alcance. ¿Aerolíneas?¿Empresas vinculadas a servicios relacionados con el turismo?…Lo estamos vigilando.
No hay un beneficio tipo, pero si está claro que estirar los ciclos de crecida en una cotización puede ser nefasto si se es excesivamente optimista.
Cada cual conoce sus prioridades. Se puede hacer una provisión inicial, e incrementar la cartera mes a mes de forma controlada si la cotización se mantiene estable. Ir comprando cantidades constantes de títulos. Con un x2 me largo volando. Más adelante y con una economía más potente puede valer la pena esperar. Aunque nunca hasta el final.
El músculo financiero se hipertrofia con rapidez pero se agota aun con mayor celeridad.
La tecnología, la circulación de la información acelerada y la banda ancha propician que los ciclos económicos sean cada vez más cortos. Los mercados se expanden y se contraen con mayor celeridad.
Hay una antigua dicha que reza: En bolsa, el último duro que se lo lleve otro.
El negocio que planificabas hace un año puede ser ahora tu ruina.
Lo que es cierto es que si tienes un fondito con el que depender tu resistencia personal todo se afronta mejor. La SL la puedes cerrar, y dolerá en el alma, pero tú, como ciudadano/a, deberías poder disponer de una caja de resistencia para responder si los enseres domésticos y tu logística pueda seguir funcionando en espera de tiempos mejores. Si te mueves bien en el tablero puedes tener una segunda oportunidad.
¿Productividad marginal negativa o buscar más ingresos sin tapar fugas en primer lugar?
¿Doblar trabajo para ingresar más y acelerar, engordando a Hacienda y desfondando las reservas energéticas y físicas exponiéndome a un reventón?
¿O valorar el alcance de los logros día a día con arreglo a la aplicación en las correcciones?
Y me planteé que de acelerar estamos a tiempo y que quería disfrutar el alcance de los logros, esto es, de ver como la permutación de los hábitos potenciaba el alcance del dinero indirecto y por supuesto, el dinero directo. Localizar y tapar fugas primero. Luego, una vez reflotado el barco, contemplar vías posibles de inversión.
Me propuse olvidar lo que había tenido y me planteé un plan que era realizable:
Establecer un objetivo en primera fase: 3.000 euros. Era la cantidad que estipulé como óptima para arrancar y con ella dar de lado a los créditos que se iban pagando y a no tener que continuar utilizándolos como recurso de emergencia, que es lo que ocurre cuando estás seco.
Sabes que ha llegado el momento de hacer las cosas bien, porque sientes como una brisa fresca interna que dice que las baterías energéticas están llenas y la mente de nuevo operativo. El plexo solar se ensancha. Sencillamente hay donde antes no había. Las heridas se han curado.
¡De repente todo se ordena!
No hay interferencias emocionales y las facultades que creías perdidas no tan sólo han regresado, sino que eres más audaz. Afinas más. Negocias las dimensiones del tiempo con mayor serenidad. Concilias la teoría con todas las estrategias en la realidad, lo cual inspira aún más.
Por decirlo gráficamente, levanté el pie del embrague y el coche dejó de hacer ruido para empezar a andar.
Esa cantidad permitía a la vez afrontar gastos sobrevenidos de primera necesidad: electrodomésticos y anticipo de matrículas universitarias.
Para otras personas y en función de su estado de cuentas, puede ser más o menos. En mi caso personal, se trataba de una cantidad que en base a una cuota con cargo a salario, reportaba una rápida recuperación. Y sin renunciar paralelamente a una marcha de incremento de fondo, aunque fuera simbólica.
Lo importante para nuestra mente es la certeza de ir sumando.
Realizar un presupuesto realista de ahorro, aplicar correcciones en cuanto al dinero indirecto y directo que podía retener como prioridad a generar más ingresos mientras no hubiera visto el alcance del ritmo de los progresos logrados en base al cumplimiento leal de un plan ya muy mejorado, respecto al 2007-2016, que era bueno pero no tanto.
El presupuesto.
Es la constancia del dinero disponible a partir del momento considerado de inicio del proceso a partir del cual se gestará una administración minuciosa con los correspondientes controles de calidad y correcciones.
En el presupuesto se realiza una distribución detallada de todas las partidas.
Gastos, ingresos si los hay, procedencias, depósitos, partidas de ahorro regulares y ahorros recurrentes fruto de pequeñas operaciones que se reflejan a dinero tras su conversión.
Un presupuesto puede partir de un monto que se administra en un plazo relativamente largo como es el caso de los presupuestos del Estado, o la aplicación del patrimonio liquidable de una herencia a una serie de compromisos y proyectos.
Imagina que obtienes tres pisos de herencia, 100.000 euros en dinero líquido y una cartera de acciones que ahora mismo cotiza 250.000 euros. Tu presupuesto real o neto compuesto por:
–El neto de ese patrimonio abonadas lectura de testamento, aceptación de herencia, plusvalías, Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, IRPF, el IVA que como tesorería declararás sobre la renta.
–La provisión de fondos para cubrir derramas de esas propiedades y como no, el neto de las rentas obtenidas a modo de frutos que aplicas a incrementar tu patrimonio líquido, o consiguientemente a inversión de cualquier tipo que genere valor presente o futuro.
-El neto de los dividendos. No es mala idea reinvertirlos en ampliación de cartera, o parte en ahorro personal y parte en títulos a largo plazo-Si eres joven-. Ahora mismo estamos capturando cualquier dinero que entre a fin de reforzar el monto que nos defienda de incidencias. Luego ya aplicaremos intendencia financiera real.
Las deducciones que puedes aplicar a tu declaración repercuten una devolución una vez al año.
Atención en el caso de planes de pensiones, fondos que deducen y valores bursátiles: Es buena idea reinvertir el 15% por deducción de vivienda nueva o el 18% en esos planes de pensiones y de ahorro o en la recompra de acciones de la misma u otras compañías. Cuando los liquides llegado el plazo amortiguarán el efecto de la última imposición ya que al devolver ese dinero anualmente en reinversión, el impacto no será sobre tu dinero real, sino de la provisión de tesorería que has ido realizando año tras año. El dinero neto y lo que se queda Hacienda. Si se consumen las devoluciones en otros fines no lucrativos susceptibles de producir frutos compensatorios, la cantidad que sufrirá un importante minuendo será tu dinero.
María recibe 1.000 euros anuales en concepto de deducciones en su declaración del IRPF. Los gasta íntegramente en unas vacaciones en Formentera.
Tiene en su plan de pensiones 20.000 más los 1.000 anuales que obtiene. Que se acaban de ir. Supongamos que el neto de sus aportaciones es 45.000 al liquidar el plan. Al no haber reinvertido, los 35.000 que ha gastado anualmente se le aplicarán en seco cuando se ejecute el plan. Sólo hay que restar. Su plan se quedará en 10.000. Esperemos que las vacaciones se hayan disfrutado.
Considero que cuando uno no sabe mover su dinero confía en que los bancos ejerzan en virtud de los planes de ahorro y jubilación una, por decirlo así, función paternal. En el peor de los casos una tele de 60 pulgadas o un teléfono última generación lo solucionan.
Si no sabe que hacer con su dinero, alguien dispondrá por usted.
En cambio, invertir en una segunda residencia y acabar de pagarla en un plazo de tiempo razonable, amortizándola con su arrendamiento, dedicando parte a cancelación y parte a derramas y reparación de desperfectos, es una forma inteligente de obtener un doble valor a largo plazo.
Fabiola sabe que el dinero que le devuelve hacienda en concepto de deducciones hay que reinvertirlo porque sabe tiene claro que no es suyo.
Así que se olvida y lo deposita como una aportación extraordinario cada año. Tiene 45.000 netos y un total de 80.000 como María. Cuando el fisco le dé el hachazo al liquidar el plan, Fabiola tendrá en su cuenta personal, 45.000 euros.
¡Idea para crecer rápido!
Si estás en dique seco, o formando un fondo de contingencia, puede ayudar junto con las pagas extras y las correcciones que están funcionando en tu plan de reestructuración, destinar esas devoluciones uno o dos años a reforzar tu posición personal. Más adelante compensarás, pero de forma armonizada.
Y del dinero en efectivo, la parte que en función del tipo aplicado por Hacienda, quedará neta más el estado de ese dinero:
Inerte si no se invierte, luego va en minuendo paulatino de estacionarse en una cuenta pasto de las comisiones de mantenimiento y la no actualización del IPC, que además viene restada por una manifiesta inflación. Obviamente, 160.000 pesetas cundían más que 1.000 euros.
–Consumido si se disfruta y no crece.
–Invertido: ¿Y si encontramos un apartamento interesante y con los 70.000 supervivientes damos una super-entrada y creamos una renta más? Además, si lo haces de inmediato, podrás deducir el ITP al compensarlo con el siguiente movimiento de compra.
En la economía doméstica y por lo general, el presupuesto se regenera y se declara mensualmente a partir de nuestro salario, beneficios aplicados a sueldo si eres empresario/a y de ahí vamos desglosando al detalle para establecer un neto real. De ir todo bien, la partida de gastos y obligaciones se modera y la de ahorro se incrementa. A ser posibles, igualmente la de ingresos.
Para definir un presupuesto viable hay que distinguir entre dinero plano y dinero acotado.
El dinero plano es el bruto o ingresos percibidos, ya sea en forma líquida u otros bienes cuyo valor de mercado es al menos vigente y objetivo. Un saber hacer, una actividad empresarial que te aporta un sobresueldo también se presupuestan: actividades artesanas, actividades docentes, producción artística, servicios técnicos de cualquier clase, etc antes de procesarse en los pertinentes cobros y destinos. Hablando en plata: todo el dinero que entra.
Conocemos por dinero acotado es la asignación formal de cada una de esas partidas conformando la organización de esa contabilidad. El dinero plano es lo que tenemos y el dinero acotado es lo que hacemos con él a nivel organizativo.
El dinero plano es lo que entra y el dinero acotado es lo que haces con él.
El presupuesto marca las dimensiones del escenario en el que nos podemos mover y que de hacer las cosas bien, podemos expandir. El presupuesto es una realidad dinámica. Depende de quien conduce.
El presupuesto informa una historia de actitud financiera y tiene tres dimensiones:
Lo que tienes. Presente. que invoca al pasado como consecuencia.
Lo que podrías tener ahora. Condicional a partir del verbo pasado. Análisis retrospectivo
A partir de ahí te motivas y te preparas para lo que puedes llegar a tener. Visualización prospectiva de posibilidades a partir del nuevo plan de acción.
La cantidad que a unos no les basta, a otros les es suficiente incluso hasta para multiplicarla.
El presupuesto, al igual que un marco, es una realidad reveladora y a la vez una posibilidad igualmente abierta al crecimiento, a la neutralización y a la regeneración mejorada.
Las personas que tienen formación pueden salvar ruinas y reconstruir un presupuesto o patrimonio tras haber destruido la riqueza que poseía. Sencillamente porque han estudiado y conocen herramientas que permiten volver atrás, pero siempre desde un punto más alto. Analizan mientras otros duermen. Aprenden cuando otros agrandan el agujero del error.
En un plano discreto, pero atractivo, he recuperado tres ruinas y considero que es lo mejor que me ha podido suceder.
Creo que no podría referir estos conceptos y sus reflexiones si no mediara la experiencia vital. Hay muchos artículos y bibliografía sobre finanzas personales. Al final todas se parecen y a la vez son distintas.
¿Qué es el dinero indirecto?
Es el dinero que antes no llegabas a ver y ahora conviertes a real cuando mejoras en tu planificación logística y en tus hábitos:
–Compartir coche o ir al trabajo a pie, en bici, moto, patín o transporte público-Siempre que funcione mejor que en algunas comunidades- De no ser así sale afectado el valor tiempo y no mejora la gestión del estrés, afectando a la recuperación física al tener que madrugar en exceso.
-¿Pagar por un parking?. Si hay que andar paciencia. Haremos salud. 100€ o más al mes son 1200 al año.
–Un coche/moto de segunda mano puede no ser necesariamente más barato. Los clásicos no son fáciles de mantener y los utilitarios viejos conllevan continuas visitas al taller.
–Elabora la lista de la compra antes de ir al supermercado. No improvises. Si tienes la posibilidad, compra online todo cuanto producto esencial te evite tener que perder tiempo en colas, excesivas visitas al súper y exposición a compras indebidas. Utiliza tarjeta de débito a menos que controles que podrás liquidar el cargo antes de finalizar el período del mes que genera intereses.
–Una oferta, si es de un producto que no necesitas, no es una oferta.
–El auto-engaño legítimo sobre la apariencia de la abundancia. Si cambiar 50 euros en monedas de 1 euro te crea una sensación psicológica de abundancia y esa sencilla estrategia es la chispa que enciende una reacción que redunde en una mejor administración de tus recursos, del aire habremos creado la garantía de dinero real en el futuro.
–Cuidado con el 2×1 y el 3×2.
-¿Pagar un seguro para el móvil?
–Cuidar el vehículo y no escatimar en las revisiones.
–¿Prescindir de un vehículo? Tiene unos beneficios indirectos pero entra de lleno en el dinero directo. La cuestión es si has estudiado bien esa renuncia. Si vives en la ciudad y lo tienes todo a mano, al menos hasta salir del pozo, no tener coche puede ayudar. Si sois una pareja y es posible, os quedáis con uno, o sencillamente, dejáis de utilizarlo para recortar dinero directo e indirecto.
–Controlar el acelerador y en autovía, velocidad de crucero el par de motor a 2500 RPM.
–Utilizar el freno motor controlando las revoluciones y no pisando el freno en exceso.
–Compartir gastos en el hogar. También es un concepto de dinero directo.
–Una ruta más larga pero que ahorra combustible y tiempo por haber menos paradas.
–Una cuota por gestión de nube vs la compra masiva de dispositivos físicos de almacenamiento.
–Comprime tus archivos antes de contratar espacio de pago. Aprovecha todos los gigas que puedas acumular gratis en diferentes plataformas como Microsoft, Drive, Dropbos, Asus Storage y Amazon, entre otras.
–Busca aplicaciones cuya agilidad y sencillez conviertan tiempo en dinero, descanso o la oportunidad de generar nuevos frentes de actividad.
–El cooperativismo mediante bancos de tiempo en servicios generales. Le doy clases de repaso al hijo de mi mecánico.
–El tiempo también es un recurso muy valioso en tanto que limitado. A riesgo de caer en obviedad, porque te permite permutar la disponibilidad de un tiempo que gestionabas mal o no apreciabas, a la posibilidad para sembrar nuevas oportunidades. Por ejemplo: aprender sobre inversiones, ampliar estudios en un mercado de futuro o en una mejora laboral.
–Aprendes que no ir tanto al supermercado te expones menos a compras innecesarias y poco convenientes. De pronto, al ver el futuro y animarte, planificas un menú saludable y con ir una vez a la semana cubres. Ahorras en desplazamientos también.
–¿Prescindir del seguro médico? No lo aconsejo si se puede cerrar el grifo desde otro ángulo.
–Leer. Aparte de sus beneficios, hay personas con pronunciados hábitos consumistas a quienes reconciliarse con la lectura le puede salir a cuenta en muchos aspectos.
-¿Y seguros de vida, pólizas, sepelio, etc?
Igual. Si se puede negociar alguna carencia o reajustar la aportación, mejor, antes de resolverlo si has estado pagando mucho tiempo. Normalmente pecamos de optimismo. Cuando entras en el banco por un propósito y te leen la cartilla de ofertas del momento. Si consigues salir sin que te endosen nada (la vajilla, la pantalla plana, la tablet, mejora en el seguro del coche, un plan de pensiones, etc, has avanzado. Algunas cosas pueden interesar. Pero tú decides el momento. Automáticamente tendemos a pensar que todo seguirá igual y algo parecido a que vivimos eternamente. Y no saber decir no, o esto no me conviene tiene un coste a largo plazo.
–Programa tu menú saludable y haz que cunda. Cocina para más días. Ser previsor y tener establecido un menú saludable te permite en poco tiempo disponer de raciones programadas, lo que optimiza tiempo y ahorro en consumo de suministros (gas, corriente) por no hablar de dinero y lavavajillas.
–Renunciar a ciertas marcas si un genérico cumple la función.
–Compartimenta tus gastos fijos y las previsiones, creando una cuota a un año vistas de cara a impuestos, pago de seguros o algún compromiso programado cuyo impacto es menor porque tu saldo se mantiene regular y cuando te aplican ese cobro seco ese dinero ya está preparado en tu cuenta para que todo quede igual y tu supervivencia ante esos cobros en bloque no sufra menoscabo.
¡Ojo! No estoy diciendo que fracciones el pago, porque siempre hay un coste en ello a largo plazo.
Me refiero a que con anticipación y de forma constante seas tú quien diga: Con 200 euros al mes estableciendo cada cuota programada a un año desde la primera liquidación cubro todos los pagos sin afectar a la estabilidad de mi supervivencia mensual. Al empezar con este método el tamaño de esa cuota será algo más abultado. Pero cuando empiezas a contar el año desde el cobro de cada una de ellas, al repartir entre 14 pagas, la distribución ofrece una cuota más sostenible y te deja una liquidez mensual más asequible, no pagas intereses porque vas con ventaja. Lo único que requiere este sistema es ser riguroso en la calendarización de cada cuota por concepto.
–Te haces con enseres para la práctica del ejercicio que amortizas rápido y borras de la cuenta de gastos la mensualidad en el gimnasio. Con las cuentas reordenadas y estables, el gimnasio se puede incluir de nuevo, si se aprovecha. Muchas veces la pereza acaba saliendo cara. Y si a la cuota del gimnasio le añades un estrés porque dispones de poco tiempo para ir y la logística acaba suponiendo un sobrecoste…acabas regalando la cuota porque vas dos veces al mes o ni eso.
–¿Renting o propiedad de un vehículo? Dada la obsolescencia de los materiales, la vida útil de un vehículo y la cuota que vas a pagar, puede compensar un coche a todo riesgo y a los cinco o seis años coche nuevo con cobertura de reparaciones sin franquicia. ¿En qué ayuda?
–Si planificas una previsión de los kilómetros que cubrirás en el plazo de duración del contrato ajustar la cuota a esa previsión te saldrá más a cuenta en el impacto a tus números que un recargo de 1000 euros por haberte pasado. Además evitas sustos como gastos secos de taller de 500 euros por neumáticos, 300 de la revisión, los nervios de la ITV o los 1000 del embrague o la correa de distribución. Saber que la cantidad que pagas mensualmente es regular te permite ser constante en los savings o partidas constantes del presupuesto que puedes confiar en ahorrar sin verse afectadas por sorpresas ni el sesgo del optimismo.
–Dejar de fumar y limitar el consumo de bebidas alcohólicas y bollería industrial. Dependiendo de la medida, puede ser indirecto, o directo. Dejar de fumar es dejar de gastar un consumo medio de 4 euros al día son 120 al mes, 1340 al año. Unas buenas zapatillas y algo de equipamiento te costarán el 20% del consumo anual en tabaco y te harán bien. La relación de 10 a 2 será muy provechosa a largo plazo por lo saludable que te encontrarás y por cómo habrás levantado tu caja. Igual con los dulces y las cañitas. Todo puede moderarse y la conversión a dinero se nota de rápido a muy rápido.
–No comprar el periódico cada día cuando puedes leer las noticias online.
–Contratar canales de televisión si con ello gastas menos fuera. La diferencia puede compensar. Depende. Si estás en situación de desempleo, una suscripción a Netflix o HBO por 10 eurillos te puede ahorrar lo que gastabas cuando estabas más tiempo en la calle en lo que llamamos gastos aparentemente inofensivos, pero que rutinizamos y acaban sumando un importe mensual significativo a fin de año y no hablemos al cabo de 5 o 10 años.
–Muchas entidades colocadoras atacarán a la estructura prefrontal de nuestro cerebro buscando una reacción a partir de un enganche como: obtén tal producto o servicio por 5 euros al día. La cuestión, para no picar, es hacer el cálculo inmediato y trasladarlo al mes, al año y a la duración del contrato. Verás que únicamente es una estrategia neuro-científica directa y muy estudiada. Salvo que puedas llenar tu cuenta corriente de agujeritos diarios de 5 euros por aquí y otros tantos por allá, El efecto acaba siendo un agujero en tus números del tamaño de un cráter.
–Comer un paquete de donuts al día, por decir algo, te puede costar 2€. Al mes son 60. Este concepto nos aboca de lleno al:
Dinero directo.
Por definición, cualquier ingreso por actividad principal o secundaria, inversión, renta, donación, herencia o premio. Incluye algunas conversiones cuya transición al dinero es más rápida que en el dinero indirecto.
Si no puedes pagar algo en efectivo o con tarjeta de débito, o tarjeta de crédito liquidando antes del cargo, déjate de cuotas y págalo íntegramente. A menos que te vaya la vida en ello. Por lo general y en una economía sana, todo lo que tenga que fraccionarse con un coste de intereses por sistema dice que que no es conveniente comprarlo.
–Identifica bien un supuesto ingreso pasivo tras revisar bien los costes de producción, el tiempo y los riesgos. Igualmente con los activos. Siempre estudiando el largo plazo.
-Las rentas obtenidas en concepto de alquiler de un bien inmueble, actividad, servicios, maquinaria, dividendos o regalías.
–¡¡¡Controla al banco y a las compañías telefónicas!!! Continuamente. 2/10 reclaman. Cuesta un cabreo cada cierto tiempo, pero lo tuyo será tuyo.
Son dinero directo los sacrificios, o cambios de operativa cuyo impacto en tus cuentas es perceptible en forma de retención de dinero, conversión o incluso, aumento de ingresos. Por ejemplo, Pedro ha cambiado el menú del día por el tupper, el gimnasio por la compra de unas mancuernas y el parque y la cena de los jueves con los quintos por un encuentro al mes.
–Tu casa como office. Hemos aprendido con el teletrabajo.
–La oficina de Co-working en lugar de un local para ti sólo/a. Los gastos se comparten.
-El cooperativismo en la misma empresa entre agentes meramente inversores. Claudia, Pedro, Laura, Israel y Francisca cubren mensualmente los costes de mantenimiento de los enseres que Pedro Necesita para desarrollar su actividad con la máxima calidad técnica. La rentabilidad por su carisma personal y esmero en el trabajo es muy notable, por lo que permite a todos ganar. W2W.
¿Unas vacaciones más discretas tal vez? ¿Qué tal si ahorramos el pasaje, el combustible de un largo trayecto y el hotel/apartamento?
Pedro realiza guías fotográficas y pósters y las vende bien en internet. Guillermo, que es profesional en el mundo de la impresión digital imprime los Álbums para tiendas físicas cobrando sobre ventas.
El resto de personas cubren los gastos de Pedro en su desempeño: ordenador, cámara, costes de plataforma y coinvierten en publicidad. Tal vez Pedro podría hacerlo solo, pero produciría menos y más lentamente. Con lo cual, esa coinversión-cooperación les compensa a todos.
La tarjeta de crédito es un lujo. No se trata de no tener una, sino de saber utilizarla.
El uso de una tarjeta de crédito, cuando no es apropiado está muy vinculado al terreno de lo emocional, cómo percibimos la noción del tiempo y cuán poco entrenada tenemos la visión a largo plazo, o por las circunstancias acuciantes que podamos vivir, lo poco que nos puede importar en ese momento.
No vale cualquier tarjeta. Acepta únicamente tarjetas que te proporcione tu entidad financiera. Las derivadas cobran intereses abusivos. Por la cuenta que te tiene, aprende a evaluar las condiciones y a modular el saldo disponible. Compra aquello que sepas que puedes cubrir sin intereses antes del siguiente ciclo de cargo. Lo he comentado con anterioridad. Me permito insistir.
¿Para qué utilizarla entonces?
Si tienes que alquilar un vehículo o reservar habitación en un hotel te pedirán consignarla. Para el resto de compras: lo necesario y evitando intereses.
La tarjeta de crédito es dinero directo y futuro. El cargo que pagas en concepto de cuota y la representación del dinero que no tendrás durante mucho tiempo, porque lo palmas en intereses.
Por ejemplo:
la liberación del pago de una cuota de una deuda por haberla cancelado o reducido con una aportación extraordinaria. Lo que dejas de pagar de un día para otro y lo puedes ver reflejado al instante. La supresión de gastos superficiales, más allá de las migas que apunta a nuestro favor la ventaja de la mejora logística y los centimillos que ponen la puntilla al incremento del dinero directo. La renuncia a un viaje porque no conviene. Optar por un coche práctico vs un vehículo de prestaciones más agresivas. Es fácil convencerse: desde el domingo tendremos que ir a 80kms/h como máximo en la vía cintura, y en autopista, en poco tiempo a 110. Por la ciudad, la mayoría de calles quedarán reducidas a 30kms/h.
Igualmente en tecnología y suscripciones: adquirir dispositivos cuyas prestaciones se adaptan a nuestras necesidades y no contratar canales de televisión ni servicios que no vas a poder aprovechar.
–¿Qué ocurre si la persona con la que convives no lleva el cuidado que tú tienes con la disciplina del ahorro? Ahora viene una interesante cuestión:
¿Es mejor estrategia ir a muerte a por la cancelación de una deuda, o capitalizarnos al máximo y mantener la deuda a la cuota mínima al máximo plazo posible?
-Depende de la circunstancia.
-Si te encuentras en una fase de capitalización desde cero para forjar una caja de respuesta, deja que se vayan cubriendo y al estar a salvo plantea un sistema snowball atacando primero las deudas que generan más intereses y de forma acumulativa, las deudas a mayor plazo que tienen menor carga de intereses. Este sistema es conocido también como Método Harvard. Consiste en aplicar las cantidades de cancelación de forma acumulativa, abonando una cuota de mayor impacto en los créditos subsiguientes que por lo pronto, se van pagando.
–Laura debe 10.000 en un crédito personal, 5.000 en la tarjeta de crédito de su entidad y 6.800 en tarjetas de crédito al consumo de alto interés más 3.000 por un Máster en el que acaba de matricularse.
Es lo que ocurre cuando corremos demasiado y queremos celebrar la primera nómina y divertirnos un poco después del encierro de los últimos exámenes de carrera.
No sabemos como, somos presa de las deudas. En EEUU esta realidad es exagerada ya que los estudios universitarios son una primera hipoteca si los estudiantes se arraigan demasiado en la universidad privada de prestigio.
El caso es que Laura podría atacar primero la tarjeta que más interés repercute, no necesariamente la de mayor deuda nominal.
Si paga por ejemplo:
-200 euros de cancelación extra al mes de las tarjetas de consumo por las que pagaba una cuota de 200 de cuota básica.
-Cuando finalice, esos 200 quedan libres. Luego, aplicará los 400 ( 200 iniciales + los 200 que ha liberado de la primera tarjeta, a la tarjeta de su entidad, por la que abonaba 150 euros al mes.
-En una tercera fase, atacar con 550 euros el crédito del Máster, que libera 100 euros más al mes para finalmente aplicar esos 650 mensuales lo que queda al préstamo personal de mayor cuantía, por el que pagaba 200 euros al mes, pero menos interés con una cuota potente.
-Al terminar la pesadilla Laura dispondrá de 850 euros a punto de caramelo para pasar a la fase 2 de creación de un fondo para invertir.
Las cuentas de Laura no se resienten.
Los 200 extra de cancelación iniciales a la tarjeta más agresiva van creciendo a medida que va cerrando las siguientes obligaciones, incorporando a esa cuota de eliminación las cuotas que van quedando liberadas. Sin embargo, en la cuenta de Laura, aquellos 200 mensuales que puede soportar para seguir viviendo de aquella manera siguen regulares.
El acelerador lo pone el método.
La idea es no confiarse al haber cancelado el primer crédito y convertir el potencial cancelador de la cantidad aplicable al siguiente crédito en gastos de ocio o consumo. Porque es un sistema liberador que garantiza que en 4 años, Laura dispondrá de 850 euros propios.
-Si te encuentras fuerte de caja, un crédito en buenas condiciones es una forma de acometer una inversión bien estudiada manteniendo a salvo el fondo personal.
La financiación en sí misma no es mala, es el destino que le otorgamos al dinero. Lo importante es que la locura dure lo justo.
Es una práctica generalizada en grandes compañías asegurar el modo de pagarse primero aceptando una deuda longeva contra un fortalecimiento de caja.
-Se acepta que el pasivo sea grande porque permite girar stock y el activo es solvente, aunque sea menor, a largo plazo irán al par y con el tiempo el activo superará al pasivo.
En el supuesto que nos ocupa, el de forjar una caja de supervivencia y con ello reformular hábitos y una nueva filosofía financiera rectificada, inteligencia y duradera, sugiero al menos en los primeros compases, aceptar las cuotas que se pagan y hacernos con cash en efectivo para generar el fondo que nos aleje de tener que contraer deuda nueva a poco que surja un imprevisto. Esta idea se repetirá. Es primordial insistir en ella.
Las tarjetas son letales y los créditos personales al consumo tienen intereses elevados si el banco te califica como cliente de riesgo.
Esto puede cambiar si tu balance cambia. La entidad crediticia sólo tiene que filtrar el lineal de tus movimientos, el stat de tu patrimonio y constatar que se ha producido un cambio de tendencia cuando el comportamiento es maduro, positivo y valida un cambio de actitud que se puede medir en tiempo y dinero.
La diferencia entre el dinero indirecto y el directo estriba en el estudio, análisis y reflexión que es necesario realizar para saber verlo exige a partes iguales seriedad, perspicacia y sentido común.
Muchas personas gestionan tan mal sus hábitos que sólo ven el dinero directo y olvidan el alcance que puede tener el dinero indirecto, que se basa en la retención y en la conversión. Comprender el significado del dinero indirecto y el enorme juego que da, requiere una mayor evaluación de datos, un juicio crítico muy honesto respecto a la conveniencia de hábitos y estilo de vida. No es realizar dos o tres trabajos, sino plantearse qué es lo que está fallando y si existen modos más respetuosos con la salud, la longevidad y la disponibilidad de tiempo personal, como es la inversión, que multiplican los efectos positivos para nuestra economía.
Los empresarios más hábiles saben jugar con los plazos de liquidación de impuestos y tributos, aprovechando esa tesorería para invertir a corto-muy corto plazo.
El objetivo es lograr que ese dinero de tesorería cubra las obligaciones financieras no teniendo que hacer el desembolso íntegro o parte de él de su bolsillo. En el caso de los trabajadores por cuenta ajena esa opción no existe porque en la nómina ya se le aplica la retención.
No hay que atribuir automáticamente el concepto de empresario habilidoso y rentable a grandes empresas.
Muchas empresas fuertes sobreviven porque generan márgenes muy potentes, pueden ejercer presión en la guerra de costes frente a sus proveedores, pero podrían afinar más sus estrategias. En cambio, pequeños empresarios que dominan fiscalidad, Seguridad social y negociación, versados en finanzas pueden considerarse relativamente ricos porque gestionan con mucha eficacia y eficiencia. Más que algunas grandes corporaciones. Calidad vs volumen
No son pocos los casos de personas que ingresan cantidades ingentes de dinero a costa de trabajar hasta deslomarse para fallecer de agotamiento llegado el momento de la esperada jubilación.
Es mucho más saludable y rentable, reeducar la educación para el consumo y la inteligencia financiera. El estrés, el tabaco, el alcohol, los azúcares rápidos, las drogas en general y una mala higiene postural, descansar poco y mal se convierten en factores van erosionando las reservas de salud sin piedad y muchas veces sin preaviso. Un poco de perspectiva puede ayudar ahora que aun estamos a tiempo.
Los espacios vitales que crea una buena ingeniería financiera garantizan una interesante calidad de vida.
Los espacios vitales se componen del tiempo que dispones para estar con tus seres queridos, practicar deporte, relajarte y descansar bien y ampliar tus conocimientos. No sólo es trabajar. El dinero puede trabajar para nosotros. Ahora mismo nos urge poner la primera piedra. Afianzar las competencias que exige el micro-ahorro nos da las claves de transferencia de actitud hacia el futuro. El trabajo es el mismo pero el rendimiento es exponencial.
Retener también es sumar.
A ver, todo debe explicarse. Está claro que en el largo plazo, postergar la deuda acarreará un pago mayor en concepto de intereses. Sin embargo, a corto-medio plazo, la retención es un concepto neutro y a priori incluso podría parecer contraproducente, pero que en el caso que nos ocupa nos arma rápidamente de capital. Nos hace solventes para empezar a plantearnos objetivos mayores, a la vez que revisar prioridades.
No acabo de ver la retención cuando se trata de congelar el pago de facturas relativas a suministros.
No lo aconsejo. Luego vienen los embargos. Creo que la retención es una estrategia legítima que al menos los particulares, particulares-oficinas de crédito pueden practicar mediante un acuerdo en un marco de relaciones basada en la lealtad, el respeto, la seriedad y la equidad. De igual a igual está claro. Si defraudas a alguien te cargas el importante vínculo de la confianza. Si acuerdas un arreglo con tu oficina bancaria regulando una carencia con inteligencia, o una cuota baja a corto plazo, tu posición es de ventaja si regulas los tiempos adecuadamente y una carga si te acabas gastando en festivales la diferencia que deberías destinar a crear el fondo de supervivencia.
Una vez tenía una tarjeta cuyos intereses eran brutales. La utilicé, amplié y la reventé. Un día, al no ser la tarjeta de un banco con unas condiciones legales, sino una de esas con las que pagas por los que no pagan, me apunté al bando de los segundos.
Así que decidí cortar el pago. Le dije a la persona con la que vivía: si te llaman ya no vivo aquí y cambié el número de teléfono. De esta suerte anduve un año. Aprovisionando hasta que me capitalicé bien y aconsejado por un abogado concursal, llegado el momento, yo mismo contacté con el despacho de cobro de deudas que a su vez había comprado dicha deuda a la entidad originaria. Opté sin duda por el agente que había sido más comprensivo y acepté la mejor oferta de reducción. Sólo tuve que abonar 1/3 de la deuda total. Salí de ficheros en 24 horas. De las pocas veces que David vence a Goliath.
Un supuesto:
Jonás debe 5.000. No tiene un euro de ahorro y algunos de sus enseres domésticos básicos están a punto del KO. Tiene un salario que le permite pagar 500 al mes, sin embargo, decide negociar el plazo máximo, de manera que al reducir la cuota como estrategia los primeros dos años de los 48 meses que pagará a un nivel de cancelación prácticamente cero, se habrá hecho con un capital de contingencia d 6.000 euros. Luego establecerá una cuota mayor a fin de cancelar en un plazo razonable y un pago de intereses aceptable, pero estará a salvo de sustos.
Esa es la idea clave de la retención. No es un ingreso mayor, incluso reporta un balance negativo al principio, pero supone la disponibilidad de un dinero que le aleja de la zona de riesgo financiero. Es un falso positivo.
Como asevera Xavi un amigo que es un excelente contable:
¿Qué es la contabilidad? Si bien no una gran mentira, algo que puede inventarse según convenga sin que la vida de la empresa se vea afectada, incluso certificando que esta se encuentra en un buen estado de salud. La empresa ha generado cinco millones de euros pero debe 50 a largo plazo. Entendemos el balance positivo en la parte que las obligaciones contraídas se van cumpliendo en los términos y condiciones pactadas ejercicio a ejercicio.
La retención es un recurso infravalorado.
Igual que las grandes corporaciones lo hacen con las relaciones crediticias, visto en el ejemplo anterior, lo hacen muchas empresas proveedoras con las empresas que las proveen curiosamente en lo esencial para que aquellas funcionen: pagar de a 90 o 180 días. Algunas hasta un año y cuidadín que la factura no tenga errores de forma. Primera en cobrar, última en pagar. Lo tomas o lo dejas. Si no lo quieres habrá otro que pueda resistir esa retención de pago y se llevará el negocio.
Las entidades que saben proveerse tienen claro que se tienen que capitalizar primero y luego ya, sobre lo que se tiene, pagar y si es posible despacio.
De no hacerse de una forma negociada y a mala fe, es una práctica poco ética pero que se ha generalizado en el seno del libre mercado y el juego sucio a nivel dominante en el pulso de la oferta y demanda en virtud del cual se destruyen bienes de primera necesidad con la intención de mantener una demanda elevada.
Esa conducta no funcionaría en el código de honor entre particulares.
Si ayudas a alguien a solucionar un problema, quien presta el dinero lo hace porque confía que la devolución se dará en unos términos razonables, no abusivos.
Por ejemplo y en una medida asequible para el pequeño ahorrador:
negociar la cancelación de una deuda al máximo plazo posible a cambio, al principio de poder disponer de mayor liquidez en virtud de una cuota más reducida que nos permite hacer caja personal. Ya tendremos tiempo más adelante de hacer aportaciones compensadas, claro está, pero fuera de peligro financiero.
La relación con las deudas debe ser serena, equilibrada y ventajosa.
Si te descapitalizas para cancelar una deuda de 1.000 y te deshaces de los 1.000 que tenías, el primer vendaval te llevará delante del director de tu oficina o lo que es peor, a expensas de una tarjeta.
El ahorro nunca es un resultado casual.
La elaboración de un presupuesto realista, basado en la corrección constante de hábitos y en la gestión inteligente de los conceptos de dinero directo, indirecto, como valores de conversión positiva y del hábil manejo de la retención, aporta como resultado, junto con un sacrificio sostenible y una disciplina militar, el ahorro y la salvación financiera. En lo que a tranquilidad personal se refiere.
Nos alejamos así del dinero como obsesión se refiere.
Entramos en una dimensión cuya clave reside en conservar y potenciar los pasos que nos han conducido a dicha tranquilidad, para aplicarlos al crecimiento en base a como hemos mencionado anteriormente, objetivos superiores como la inversión. Unas competencias que son perfectamente transferibles, porque se han entrenado y mejorado en base a la moral de ver como hay una relación directa entre aplicación y resultado.
Presupuesto, correcciones y ahorro, en definitiva, son las claves que te ponen en la pista de la seguridad financiera y fundamentalmente, en la conciencia de disciplina administrativa como resultado de convertirse en administradores expertos en el juicio de oportunidad.
¿Qué conviene y qué no?
¿Cuándo más es menos y menos es más?
¿Cuándo sufrir más tiempo es rentable y el corto plazo nos beneficia?
¿En qué momento apalancar es ganar?
¿Cuándo paralizar un proyecto o desecharlo es ganar y cuando perseverar es morir a nivel financiero?
¿Cuándo cancelar una deuda con rapidez es inteligente y cuando mantenerla controlada es ingenioso?
¿La obstinación y el conocimiento como virtud o como lastre?
¿En qué momento ser persistente y saber mucho de algo puede ser una actitud técnicamente suicida y saber demasiado bloquear la iniciativa?
Ahorrar no te hará rico, pero es una fase obligatoria para aprobar en micro-economía y te predispone, evidentemente.
El aumento de capital meritado no debe tener como reflejo un proceso de retorno al error, aumentando en la misma proporción la cuenta de gastos al nuevo disponible, porque habrá merma y o dejaremos de crecer.
El tema de ingresos pasivos y de inversiones pertenece a un estudio posterior y muy pormenorizado.
¿Compensa generar un descubierto o un impago prolongado como sistema de retención?
Pues depende. Primero de que no sea una práctica generalizada. Debe calcularse muy bien el beneficio real. Aquí lo relativo no cabe ya que es un caso más fuerte que afecta a tu posición como cliente de la entidad. Lo veo más como un recurso aislado y muy justificado que como una práctica habitual.
En cuanto al impago de las cuotas, es más conveniente negociar la mejor carencia posible.
Ahorrar no es desvivir por sistema, ni para siempre.
No se resiste. Ahorrar con un buen sistema de presupuestado y vigilar, aplicando las correcciones, es una actitud que anima porque cada día que transcurre dominando todos los ámbitos de la gestión lo vas notando. De repente estar más sano, emocionalmente equilibrado, optimista y con expectativas más amplias es compatible con ser más solvente. Cuando reducir es sumar. Cuando sumar es reducir. Para llegar a reducir y a sumar para multiplicar. El tercer paso.
Una vez se ha habilitado ese fondo de contingencia y se han entrenado y consolidado los hábitos de ahorro por compra inteligente, el consumo saludable y el control de cuentas, podemos abrir un poco el rango de compra.
Sin embargo, es preciso continuar trabajando aspectos como la regeneración de los importes de ciertas incidencias que has tenido que cubrir y no descuidar lo interesante de la siguiente fase cuando hay tiempo vital para ello y es factible: la inversión.
Cuando has logrado el par de adrizamiento en tus cuentas y tienes el control de pago inmediato y el beneficio de la previsión, la forma de abordar la amortización de la deuda cambia.
Al haberte capitalizado y tener fondo, ya puedes atacar esas deudas que te quitan el sueño de forma más agresiva porque mediante el Método Harvard, acabas antes con las deudas que te generan más intereses, dejando las que son a largo plazo para cancelar al final. Los bancos ahora no te permiten jugar con la cuota porque tienen comprobado que 8/10 personas acaban gastando el dinero cuando lo tienen entre manos, lo cual favorece estirar al máximo su expectativa de cobro de intereses.
Lo difícil es hacer una provisión de un dinero que tienes para un fin y saber tenerlo sin tocarlo porque sabes que no es su momento.
Lo que puedes hacer es una cuota estándar, por una cancelación a la misma cantidad. Ampliar la visión, madurar el concepto del dinero y motivarse con la idea cierta de que al quedar limpios de deudas, ese dinero será tuyo para incrementar el fondo y/o invertir. El dinero es un indicador emocional. Hablaremos de ello.
Al final de este ciclo hablaremos del diagrama de calor de los conceptos clave en el ahorro, una gráfica de dispersión y la intensidad en la aplicación de los conceptos del presupuesto, el ahorro automático porcentual y el ahorro por habilidad. Todos lo son, sólo que cada uno tiene su momento y su nivel de intensidad.
Te puede interesar:
Del micro-ahorro a la tranquilidad (I)
Ahorro y 5 preguntas clave (II).
Los 7 vectores del ahorro (III).
Actitud y ahorro. Salud, motivación y cultura financiera. (IV).
(Fuente imagen: Kuncheek-pexels)