Ahorro y 5 preguntas clave plantea en esta segunda entrega un mapa sobre el modo de estructurar el fenómeno ahorro en toda su extensión.
El ahorro como proceso. Todos los elementos de planteamiento, proceso y resultado están en plena comunicación. El artículo anterior explicaba cómo el capitalismo de ficción-Vicente Verdú- y el impacto de los estilos de vida artificiales en base al crédito de consumo han ido atrofiando el músculo gestor que habíamos forjado desde nuestra niñez. Aquella ciudadanía que vivió la hambruna de la posguerra, o más recientemente, la crisis de 2008 tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, o posteriormente, las preferentes está verdaderamente entrenada en poner el cuidado a la hora de seleccionar los criterios de gasto. Veremos que a partir de esos interrogantes se generan más. Los atenderemos. Unos se plantean como preguntas retóricas, otros se prestan más a legítimas ambigüedades.
Los jóvenes lo tienen bastante más difícil.
El sistema les desprovee de las herramientas críticas necesarias para crear sus propias pautas de consumo. Están inermes en la lucha contra la pulida mercadotecnia actual. ¡Ayudémosles! No necesitan la última tecnología ni mucho menos sufrir por no poder tenerla. Cuando eso ocurre hay un problema global de consumismo irreflexivo y tal vez de crisis de identidad. Cuando le pregunto al vanguardista de turno que tiene la última pantalla de 60 pulgadas, el último móvil y el portátil del presidente de la NASA:
¿Para qué tanto?
Su respuesta no es una evaluación honesta respecto de la razón de prestaciones que aprovecha en sus menesteres de esos dispositivos de todo lo que pueden ofrecer, sino una respuesta atacante a modo de defensa: Me dicen que soy conformista. ¡Ojo! que tener dinero para comprar un bien no informa de por sí un rol de consumidor o usuario inteligente.
Es una idea que a menudo se confunde. Los productos están en el mercado y es legítimo comprarlos. La cuestión es:
-Se desatienden otras obligaciones con el coste de su adquisición y mantenimiento.
-En el caso de no ser así, ¿Se ha apalancado su compra a crédito?
-Si no se trata de una compra a crédito: ¿Cuál es su coste de oportunidad?
-¿Es una compra necesaria o un sistema de llenar un vacío interno?
Ahora, con toda la voluntad de reforzar esa estructura y afinarla si es posible, estudiaremos el ahorro como resultado tangible del esfuerzo economizador. El fenómeno del ahorro se asienta sobre 5 preguntas clave:
¿Qué?
¿Para qué?
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Durante cuánto tiempo?
El ahorro en sí se afirmaría en el más profundo sentido común y sin embargo, sobre la práctica parece resultar muy difícil. Y esto es así porque si toda la ciudadanía que cotiza y dispone de recursos asentara su estilo de vida sobre un colchón financiero propio, no crediticio, las crisis no habrían sido tan profundas. Hablaremos más adelante de la diferencia entre dinero plano y dinero acotado. Por desgracia queda claro que la distorsión de prioridades a la que aludía en el artículo de presentación ha hecho mella en la mayoría de carteras y en estas estamos.
Como docente y comunicador, estudioso en el ámbito de las finanzas personales y la estrategia, os brindo estas herramientas.
8 de cada 10 personas que han heredado cantidades importantes de dinero, o han recibido un premio en juegos de lotería acaban igual o peor en diez años de lo que estaban antes de cobrar. Esta idea ratifica dos realidades:
-El dinero que no se ha trabajado con sacrificio y disciplina se gasta con más rapidez, alegría y diría irresponsabilidad.
-Los errores de criterio y la falta de estrategia que merma una economía personal discreta se transfieren, de manera que, independientemente de la cantidad de que se disponga, el margen de error se magnifica.
Es una mera cuestión de transferencia.
Muchos cursos de finanzas personales, igual que libros de autoayuda evitan palabras fuertes como disciplina y sacrificio porque rompen la fantasía que los hace versátiles en las librerías, mientras duran los efímeros efectos de su lectura.
Por este motivo causan en sus lectores un subidón inmediato y en pocos días, un paulatino bajón. Y es que sin una base de conocimiento, sin una referencia del quoi, una pauta exacta de lo que hay que hacer, las grandes palabras, quedan como algo vacío. Si algo garantiza resultados no dudéis que nunca os dirá lo que querráis oír y tampoco eludirá palabras como compromiso, concentración y seria aplicación.
Dulcificar la realidad puede mejorar tu estado de ánimo en lo inmediato, pero no te ayuda a mejorar a largo plazo, porque es un retroceso.
Aprovecho para recordar el matiz: economizar, como sinónimo de gestionar, ahorro como consecuencia.
El ahorro como mera idea o plan es insuficiente sin mediar la ejecución meticulosa de un plan que descansa sobre las estrategias que garantizan la respuesta a estas 5 preguntas.
En ahorro y 5 preguntas clave desglosaremos el ámbito de cada una de esas cuestiones guía y desde aquí, iremos listando los artículos de forma específica, perfilando esta acción tan vinculada a grandes y significativos condicionantes.
1-¿Qué?
Dinero, tiempo, energía, espacio, recursos sustitutivos. Cualquier actitud bien gestionada en esos valores acaba redundando en dinero ahorrado convertido.
Son los conceptos de dinero directo y dinero indirecto.
En los casos en que no realizamos un pago, o lo atenuamos en su cantidad, hay una serie de rutinas y maniobras desde la estrategia relacionadas con el cómo que acaban derivando en un haber de dinero, un ahorro en tu cartera.
2-¿Para qué?
El ahorro como fin. La motivación para ahorrar, cualquier principio activador de la voluntad para hacerlo posible parte de una meta. La magnitud del objetivo definirá a priori, no incondicionalmente, la intensidad del esfuerzo en la constancia que se realizará para llegar a su consecución. Se madura desde la preparación para un objetivo a corto plazo y se va aumentando la percepción conforme se va mejorando la competencia gestora. La constancia en el entrenamiento del hábito y la consciencia lo son todo.
Cuanto más lejano es el objetivo más madurez y método se requiere.
Cualquiera ahorra para pagar el billete de un viaje. El plazo es relativamente corto. La certeza de su cantidad y el plazo hacen más fácil motivarse.
Lo difícil es ahorrar con la simple finalidad de proveer caja y afrontar temporales. Lo que es cierto es que algo ocurrirá y que tendremos que responder. La pregunta es: ¿Estamos preparados?
El largo plazo, o la incertidumbre cuando no hay urgencia para aplicar esos efectivos que estamos ahorrando hacen más difícil la motivación para ser constantes. Es la respuesta al segundo sub-tiempo de la quinta pregunta, cuya respuesta es siempre. En este supuesto de prever para proveer sin un objetivo concreto y no vinculado especialmente al ocio, se exige un grado de madurez mayor.
–Ahorramos para sobrevivir.
El ahorro paliativo. La infraestructura. Bienes de primera necesidad. No podemos fallar en los criterios que guían un plan de supervivencia estudiado. Nuestro futuro depende de una leal ejecución. Cuando no queda más remedio. Nada nos salvará del juicio o auto-reproche cuando hemos tenido bastante o mucho y de repente nos hallamos en una situación comprometida. Cuando el banco dice: esta puede ser la última oportunidad y de pronto no queda otra que apañarte con lo que tienes: sobrevivir o por contra, entrar en bancarrota. Ahí es donde se ve quien se aplica y quien desaparece en los inframundos de los ficheros de morosidad. Se puede salir. ¿Pero mientras qué?
–Ahorro para obtener un bien al que ahora no podemos acceder…
o que con paciencia y disciplina, con un esfuerzo económico podremos obtener. Bienes accesorios, sino intrínsecamente vinculados a la propia supervivencia, si indicativos de calidad de vida. O no,. Su valor es subjetivo y en lo objetivo escapa a la categoría anterior. La diferencia es que cometer un error cuando no tienes fondos implica mucho más riesgo y responsabilidad que cuando tienes una mayor defensa. Si gestionar mal te conduce al crédito vuelves a entrar en la espiral y quedar expuesto a eso te deja en una situación que se perpetúa y mina paulatinamente tu moral.
El crédito supone:
-El dinero que acabas de gastar.
-Los intereses que abonarás en tus cuotas. El perfil de riesgo del cliente determina el tamaño de los intereses que pagarás. Una conducta financiera responsable acarrea intereses más bajos.
-El dinero que habrías guardado de no haber tenido que recurrir a ese mecanismo.
No apalanques dinero para ocio.
Y si lo haces para un negocio estúdialo a fondo. Recuerda. No vivimos para siempre y nuestras capacidades obran en sentido inversamente proporcional a la suma de tiempo. Las consecuencias de una mala gestión se agravan conforme la horquilla de tiempo se va cerrando.
–Ahorrar en búsqueda de la eficiencia gestora.
La seguridad que confiere adquirir y mejorar la inteligencia financiera. Es el paso que nos convertirá de un gestor pésimo a un inversor potencial.
–El Ahorro fruto de la actitud propia de una vida austera-ascética.
Renunciar a placeres de la vida por la convicción o el miedo apocalíptico. La racanería.
–El ahorro como prevención.
Trazamos un plan sostenible que nos permitirá ir construyendo una armadura financiera. La idea es hacer frente a los incidentes que se van produciendo.
Vamos con un ejemplo práctico:
Tenemos 3.000 euros ahorrados y es hora de tirar la lavadora. Nos costará 500 euros. Ok. Es el momento de orientar nuestra estrategia ahorradora a la regeneración y ampliación de nuestro capital para salvar las consecuencias que ha provocado la nueva situación. Hay muchas posibilidades, pero aplica una con firmeza. Podemos guardar 50 euros al mes durante 10 meses y ya está.
Sin embargo podemos reforzar la mente creando un concepto como Provisión de crecimiento.
Así las cosas, que 35 euros vayan a amortizar la lavadora y 15 a Provisión de crecimiento. Si la lavadora funciona al menos cinco años, la habrás pagado en 14,28 cuotas, pero de 15 en 15 depositados en el concepto nuevo: Provisión de crecimiento te aportará 900 euros netos, aparte de la amortización del electrodoméstico.
Veremos más adelante y desde este ejemplo que trabajaremos conceptos más que conversiones reales, sin embargo lo importante es el efecto que para nuestra mente obra ser fieles en su aplicación. Con el tiempo lo validaremos.
Es un caudal continuo aunque puede ser flexible en los ritmos de aportación. Cuando surge un incidente, una avería de la que podemos responder, se traza un plan de regeneración de ese importe por cuotas para una vez realizada la compensación pensar en crecer un poco más.
Nuestras prioridades en este ciclo son el primer objetivo y el último, es decir: el ahorro paliativo y el ahorro preventivo constructivo.
El ahorro paliativo nos pilla con lo que tenemos. Por ejemplo:
Los gobiernos autonómicos están reaccionando a las reivindicaciones sociales debido a los estragos que genera en las empresas hosteleras las medidas restrictivas con motivo del COVID-19. Para ello ofrecen ayudas de 1.500 euros al mes. Pues bien, en este caso, el ahorro paliativo se ciñe al dinero neto que queda tras cubrir gastos, si es que queda algo y a cómo dosificar los recursos paralelos, respondiendo a la pregunta qué, con las respuestas del cómo.
A algunas empresas de nueva creación que estaban creciendo, la situación actual les ayudará algo en mantenerse si la vacuna se administra más rápido de lo que se hace ahora.
Empresas que facturaban grandes cantidades pero esperaron demasiado a ajustar los ERTE’s, o que no pensaban en las vacas flacas, se verán obligadas, si salen del atolladero, a reformular su filosofía de gestión, adaptándola a una nueva realidad marcada por ciclos económicos cortos y la obsolescencia de los materiales.
3- ¿Cómo?
-La salud, desde una mínima calidad de vida, como marco de posibilidad. El Equilibrio interno.
-La estrategia:
-La administración de los recursos existentes.
-Las habilidades al servicio de la conversión.
-Rutinas sustitutorias positivas.
-El control del proceso y la constancia. El día a día.
-La ejecución efectiva del plan trazado a modelo de proyección.
-La cultura, la educación, el desaprendizaje y el reaprendizaje.
La salud, de partida, es el punto más importante sobre el que se asienta el resto.
Cómo el estado de salud en el momento que se plantea el reto o la necesidad, nos condiciona y capacita de forma categórica para adoptar la mejor decisión.
La conciencia y la consciencia desde el punto de vista ontológico del hecho de ser existente con capacidad racional de aprender y de obrar.
–La medida en que influye nuestra predisposición anímica, nuestro momento orgánico, hormonal y emocional en el proceso de percepción-decisión-ejecución.
Veremos qué ciencias intervienen en la modulación y mejora intencional de nuestra salud y qué profesionales pueden asistirnos en el camino.
Estudiaremos esos condicionantes, soluciones, así como las ciencias que los explican.
4- ¿Cuándo?
–¿Renunciar, organizar o comprar? La importancia de saber que los grises existen y que hay momentos en que no hacer nada o hacer poco pueden ser la mejor opción para sobrevivir.
Haremos un repaso del concepto de la economía: Productividad marginal negativa: cuando hacer más se convierte en menos.
–Es el reflejo en la realidad de la fidelidad que mostramos en la contrastación entre lo planificado y lo logrado llegado el momento de la verdad.
-Los momentos de proceso, o micro-registros:
Me encuentro ante una tentación o gasto superficial al que orgánicamente me cuesta resistirme: dar el primer paso y renunciar, anotando un paso moral y unos céntimos en nuestro haber o continuar igual. ¿Hemos progresado o resulta que nuestro plan tan sólo es una bonita declaración de intenciones sobre un papel?
Compro ese pastel, o aguanto una semana superando ese debate viendo como a final de mes cada vez cuesta menos o nada decidir y tenemos en la cartera 30 euros más.
Todo se anota y se revisa. Sólo así se puede analizar la honestidad, la lealtad al plan.
– El momento final:
Ha llegado el plazo y entonces qué… Es hora de revisar en qué medida los números cuadran. Todo se reduce a revisar el diario. Una suma de pequeños momentos y decisiones nos da la diferencia entre el éxito y el fracaso.
¿Hemos sido honestos?¿Era un plan realista?¿Qué salió bien?¿Qué falló -medición estricta-?¿Qué aspecto podríamos haber mejorado?
5- ¿Durante cuánto tiempo?
Con esta se completan las 5 preguntas clave del ahorro. Las respuestas son dos:
–Los sub-tiempos de ahorro comprenden las fases que pueden medirse durante el proceso por sus incidencias/logros significativos. Excel nos ayuda maravillosa y gratuitamente a controlar nuestros comportamientos.
El tiempo efectivo, específico o de progreso real.
La expresión en porcentaje del tiempo invertido respecto del tiempo planificado en el logro del objetivo. Y el tiempo real como base crítica. Cuántos días de cada 10 hemos cumplido el plan? Y no tan sólo eso: hay que atender a las cantidades ahorradas/gastadas cuando un gasto es excepcional.
Ejemplo:
Ahorramos dos euros al día pero el domingo nos gastamos doce. El balance es cero y sobre la teoría empatamos. Sin embargo nos hemos defraudado porque el tiempo no es infinito y la entereza moral de la auto-traición debe traer como feedback tomar la memoria de esa situación desagradable y aplicarla a nivel cognitivo con la consciencia de que perseverar en una línea científica y fuel, en un año tendremos cientos de euros más. El conductismo habla de refuerzos. El cognitivismo de proyecciones cuyo poder motivador es la garantía de lo que nos espera.
El eje central en ambas teorías de la Psicología es la conducta.
No obstante, el Cognitivismo va más allá revistiendo a la conducta con una mayor intendencia estratégica orientada no tan sólo hacia la recompensa relativa a la propia conducta-disyuntivas y evaluación de sus consecuencias, sino en la consciencia del proceso que ha implicado lograrla cuyos efectos son sin duda más estimulantes, duraderos y transferibles al estar revestidos precisamente de voluntad e inteligencia.
Si el ahorro se centrara únicamente en una evaluación plana de elaboración de un plan y mera ejecución = recompensa garantizada jamás existirían los problemas financieros.
La realidad que aborda el cognitivismo desde sus ciencias asociadas es por qué aun sabiendo que algo funciona y si de seguirlo literalmente como se indica hay recompensa, hay personas que no ahorran, no adelgazan, no estudian o no mejoran sus vidas en algunos aspectos. Es donde entra en estudio de circunstancias la Educación Emocional. Poner orden en las emociones ayuda a centrar las ideas. Sin un orden emocional es complejo asumir la creación de un plan, de lo que sea, con visus de lograr éxito en la práctica. Por este motivo:
La Salud en todas sus acepciones es el presupuesto real fundamental para poder hablar de expectativas, de objetivos realizables.
Todos conocemos nuestra historia personal, el curso de nuestros pensamientos y nuestros mejores momentos: ¿Es este uno de ellos? Cuando emprender un plan es una acción ineludible ligada a la supervivencia un buen coach te puede asistir en ese proceso de activación básica.
-Siempre.
Tanto en el momento que obliga a afrontar una necesidad inmediata, como cuando hemos salido del bache y hay bonanza es importante recordar lo que hemos tenido que hacer para lograr mantenernos/salir a flote. Por este motivo la historia, la memoria, por más que algunos quieran relativizar su peso, son siempre la garantía de que en las malas vivencias, recordar es una forma de no repetir. Del mismo modo que mantener la memoria latente, la consciencia y conciencia de lo bien hecho, nos guardan un camino a reeditar y mejorar. A esto último se le llama Bagaje, cuando hemos recibido y aplicado estos principios y legado, cuando estamos tan experimentados en ellos que la calidad de vida que disfrutamos es el reflejo de la solidez en dicha aplicación.
Desde Ahorro y 5 preguntas clave queda abierto el mapa organizativo para abordar las próximas entregas. El siguiente post entraremos con las respuestas efectivas a la pregunta ¿qué?, respecto de los elementos con que podemos hacer estrategia para mejorar nuestra situación. el dinero, el tiempo, la energía, el espacio y otros recursos.
Lee el primer capítulo del ciclo:
Del micro-ahorro a la tranquilidad. Presentación y contexto.
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