Tuve el placer de conocer a Helle Espensen, autora de la novela Calima -Editorial Caligrama- en Linkedin. Helle es una escritora de origen danés, con un nivel muy alto tanto en recursos de estilo, como en conocimiento de la historia, metafísica y mecánica cuántica, Calima, la obra que nos anima a disfrutar de esta entrevista aproximativa de dos que vamos a realizar, es un viaje completo.
Se asocian dos protagonistas humanas: Elena y Catalina, cada una procedente de un tiempo histórico distinto. Siglo XV y actualidad. Dos mujeres, dos épocas, un destino.
Un escenario emblemático, la Alhambra y un fenómeno meteorológico-físico envuelto de un halo mágico: la calima, que otorga con mayúscula en su inicial, un carismático y curioso título para la que podemos calificar como una novela histórica sofisticada y muy enriquecida. Le preguntaremos a Helle Espensen sobre sus motivaciones inspiradoras, algunos fundamentos particulares de la estructura de fondo de la obra, así como sobre su vivencia en las jornadas del Dia del Libro, Sant Jordi, que participó, que curiosamente coincidió con su aniversario, motivo por el cual, aprovechamos desde viviraltiempo.com para felicitarla doblemente.
VAT- ¡Hola, Helle! Vives en España desde 1989. Me gustaría conocer si la pasión por escribir surgió previamente a tu llegada y en qué aspecto, el entorno de nuestro paisaje, idiosincrasia y tu conexión con él, ha influido en tu estilo.
H.E- Soy cuentacuentos desde que era una niña muy pequeña con una gran imaginación. En lugar de cazar mariposas con mi red, capturaba momentos que me iba desarrollando y con los que entretenía a mi público. Los oyentes solían ser mis animales, los árboles del bosque o las flores del campo.
Cuando aprendí a escribir, llené de historias todo el papel que encontré.
Observaba, escuchaba, soñaba, preguntaba y escribía. Más tarde, me hice periodista y tuve un público amplio que empezó a exigir más de mis palabras. Fue educativo, pero es ahora cuando puedo volver a basar mis historias en mis sueños y mi imaginación; Cuando soy 100% auténtica con la narradora en mi corazón.
Mientras escribía Calima, mi primera novela, pensaba en cómo la habría escrito si viviera en mi Dinamarca natal. Habría sido un libro muy diferente. Como soy danesa en España, miro a mi país de adopción con gafas bifocales. Lo veo de cerca porque vivo mi vida aquí, y de lejos porque vengo de otro país.
A la inversa, veo Dinamarca de lejos, pero la llevo en la sangre.
Mi campo morfogenético abarca ambos países. A las importantes influencias de la infancia en Dinamarca se ha unido todo lo que este increíble país ha supuesto para mi desarrollo como adulta. En un momento dado, me planteé cambiar a la nacionalidad española. Estaba muy avanzada en el proceso cuando de repente me di cuenta de que siempre seré una danesa viviendo en España.
España es un país magnífico lleno de historias que te hacen maravillarte cada día.
Es ese asombro el que alimenta mi insaciable curiosidad. Me encanta cuestionar lo que me parece curioso, y honro las voces que hablan dándoles espacio en mi vida y compartiéndolas a través de mis narraciones.
En Dinamarca me faltaba espacio. El hecho de que sea un país pequeño se siente a todos los niveles. España es un país enorme y complejo, con una naturaleza asombrosa y un sinfín de oportunidades, hay techos altos – hablando en sentido figurado, dinamismo y espacio para grandes gestos.
Todos mis sentidos se alimentan cada día, incluso los más sutiles.
El olor de los churros por la mañana temprano, el ruido del bar de la esquina, el sabor de los langostinos con un toque de ajo y guindilla, la vista de las enormes montañas que se cobijan detrás de mi casa y el mar que ruge delante… Todo esto me hace sentir que pertenezco a este lugar y me inspira a escribir.
Lo mejor es caminar por el campo una mañana temprana de pleno verano. Aunque el suelo está muy seco y duro, siguen apareciendo pequeños brotes. ¡Qué fuerza vital! El aroma está lleno de romero, tomillo, lavanda y salvia. El aire zumba de insectos atareados y el canto de las cigarras es como un muro de sonido constante. El aire vibra con la energía de la tierra y del universo. Mis perros corren felices delante de mí. Una pequeña serpiente se desliza rápidamente por el sendero. Los gallos cantan, los burros rebuznan y en el río croan las ranas.
Miro hacia el mar y la ciudad debajo de mí. Detrás de mí, las enormes montañas me protegen.
Los cálidos rayos del sol golpean mi piel como una caricia. Este es mi hogar. Es una sensación insuperable y no creo que pudiera escribir sin ella.
Intento sacar lo mejor de la combinación de mis dos países. No miro a ninguno de los dos de forma acrítica, pero me he vuelto más redondeada con los años. No soy ni pesimista ni optimista, sino posibilista, por lo que puede resultar duro ver cómo un país con tanto potencial como España desperdicia tantas oportunidades evidentes, quizá por falta de orientación hacia las soluciones. Esa es probablemente la parte de la idiosincrasia española que más me cuesta respetar. También es la parte que más me gusta. Porque me ha enseñado a no preocuparme tanto.
Aunque tengo la impresión de que las iglesias españolas no están precisamente abarrotadas en las misas de estos días, sigo sintiendo que existe una conexión con la creencia en algo más grande.
Espero que los españoles nunca pierdan esa fe, pero que no se vuelvan tan complacientes que no se tomen en serio el sistema educativo, para que los niños en edad escolar aprendan a orientarse más hacia las soluciones. Al fin y al cabo, son ellos quienes dirigirán el país en el futuro.
España y todos sus seres sensibles han influido mucho en mi vida y, por tanto, también en mi forma de escribir prosa.
Aquí hay una infinidad de temas en los que inspirarse y sobre los que escribir. Mucha diversidad, colorido y salvajismo que despiertan mi imaginación.
El sueño de convertirme en escritora a tiempo completo siempre ha estado presente en mí, y a medida que pasan los años, me conecto cada vez más con la sinceridad que el sueño despertó en mí. Estar aquí en mi montaña y escribir rodeada de la poderosa energía de esta tierra es una auténtica maravilla. He amado todo lo que he hecho: el cole, la agricultura, la industria de transporte marítimo, mudarme a España, dirigir mi empresa, los estudios de teoría cuántica y comunicación no verbal, especialmente el trabajo con los animales. Ahora, parece que puedo unirlo todo en mis novelas.
VAT- Una experiencia integradora, sin duda. ¿Qué elemento inspira la creación de tu completa y compleja obra Calima? La riqueza de recursos que abarca habla de mucha fuerza interna. ¿Qué pilares sustentan su constructo?
H.E- El fenómeno meteorológico calima fue la primera inspiración, y a medida que avanzaba la escritura, se convirtió en una especie de protagonista de la novela.
La calima azota a menudo el sur de España, donde vivo, y cuando fue especialmente intensa, en la primavera de 2022, dio vida a la novela.
El cielo naranja era una experiencia casi apocalíptica. Las paredes blancas de las casas se tiñeron de rojizo; había barro rojo por todas partes y la gente trabajó con hidrolimpiadoras durante semanas. Personalmente, saboreé cada momento. Dejé que el barro y el polvo se quedaran, los toqué, los olí, los saboreé y oí sus historias. La magia del fenómeno meteorológico se desplegó en la escritura mientras profundizaba en sus presagios, en los grandes cambios que aventuran y en los milagros.
Seis meses después de que mi madre muriera en 2005, me dio mi primera experiencia de existencia paralela.
De repente se puso a mi lado como una niña india de 14 años en el día de su boda. Como joven a punto de casarse, era claramente tímida y, vestida con hermosas túnicas de colores, joyas doradas y una marca de casta en la frente, estaba allí pisándose sus propios pies.
Pero yo sabía que era mi madre, igual que ella sabía que yo era su hija.
Soñé con esta hermosa experiencia aquella mañana de la primavera de 2022, cuando la calima azotó de verdad nuestra región. Tuve la visión de Elena y Catalina encontrándose en la Alhambra a pesar de los 500 años que las separaban. Fue mágico. Cuando me desperté, escribí inmediatamente los dos primeros capítulos.
El pilar de la novela es mi confianza inquebrantable en los mensajes que recibo.
Miles de sesiones no verbales con humanos y animales me han enseñado a confiar en las visiones, imágenes, sonidos, olores y sentimientos que recibo. Nunca los interpreto. Porque si lo hago, mi intelecto interferirá y los distorsionará. Recibo sin asumir ni esperar nada. Observo y traduzco los mensajes al español escrito.
La mayoría de los mensajes se reciben en sueños, pero algunos también vienen a mí cuando estoy despierta, pero en la mente alfa – el estado de soñar despierto. Aquí todos los canales están abiertos sin interferencias del cerebro limitante. Las voces de los animales son especialmente claras y nítidas en sus comunicados.
Mi burro, Lauritz, ha sido una gran inspiración en la creación del burro Sancho en Calima.
Le estoy eternamente agradecida por todo lo que me ha enseñado.
VAT-¿Qué aspectos de la mecánica cuántica están presentes en Calima?
H.E- En 2010, conocí a un físico cuántico en un camino de burros en Mallorca y, para mi sorpresa, me excitó muchísimo. No pensé que sería capaz de entender la física cuántica. Pero lo hice, y durante los años siguientes estudié y me formé en medicina, anatomía, fisiología, etc., todo basado en la teoría cuántica.
Me comunico con quarks, fotones y electrones: es un festín de energía infinita.
La energía del campo de torsión realmente hace que las cosas se muevan. Y eso es lo que uso cuando escribo.
El tiempo y el espacio son construcciones, y cuando te elevas por encima de ellas, sólo hay energía. Puedes experimentar el efecto antes que la causa, lo que abre un potencial infinito.
Esto me permite fundirme con los protagonistas de Calima y ver a través de sus ojos. Sin interrupción, los escucho, observo sus acciones y escribo lo que experimentan.
VAT-Vivimos en una sociedad que contempla la vida de forma dual: es corta si las cosas van bien y se hace interminable si vienen mal dadas ¿ Por qué cuesta tanto admitir abiertamente y asimilar que las personas funcionan a base de pactos para llegar a la verdad. Es como un tabú.
H.E- Nos educan para creer que nada existe sin una contrapartida. Si no hay día, no habrá noche. Todo es blanco o negro. Por eso la mayoría de los humanos vive dentro del triángulo dramático en el que o es el agresor o es el salvador – o la pobre víctima, que en sí mismo es a la vez el agresor y el salvador. Los tres se construyen sobre el ego.
La gente aparta la culpa y señala al culpable sin darse cuenta de que cuando señalan con el dedo se señala a sí mismo con tres dedos.
El perdón está muy glorificado y a menudo parece ser una decisión intelectual más que un sentimiento del corazón.
Si puedes perdonarte a ti mismo y a los demás, te elevas a un pedestal desde el que hay una visión clara de la «verdad», y así tu verdad también se convierte en una construcción en un pacto con nadie más que contigo mismo. Y sí, es un tabú, porque es difícil reconocerlo cuando te sientas muy por encima de la pobre alma a la que has perdonado.
Considero que la culpa y el perdón están relacionados, como todo en los sistemas dinámicos. No existen el uno sin el otro.
La culpa y el perdón no forman parte de mi crianza. Fui educada en la conciencia y la responsabilidad, y estoy muy agradecida a mis padres por ello. Me ayuda a entender que no hay una verdad definitiva, sino que tengo que observar sin expectativas y sentir lo que se siente en mi interior.
Con la edad y mi trabajo con animales en particular, he aprendido a vivir mejor fuera del triángulo dramático. Porque ahí dentro, los tres elementos son la misma cosa: ¡El ego! Es enormemente limitante.
La conciencia es una energía y la única que podemos utilizar para relacionarnos con nuestra vida y nuestro entorno.
Es, por supuesto, una creencia. Creer que no tienes creencias es una creencia en sí misma.
VAT-¿Qué esconde la cada vez más intencional disolución de los currículums oficiales de los contenidos sobre historia en escuelas, institutos y universidades? Aseveras que en esa relación de búsqueda que sostienen Elena y Catalina se revelan partes de la Historia que no se han contado ¿Se está en proceso de escribir una historia corregida con la abolición de las grandes mentiras que nos contaron, o de hecho, suprimir paulatinamente la necesidad de conocer que la historia hace al ser humano convenientemente instrumentalizable, más aún, felizmente consciente de una libertad ficticia?
H.E- La disolución de los currículums oficiales se está produciendo porque existen dudas justificadas sobre lo que se enseña en las clases de historia.
Creo que necesitamos una confrontación con el manejo descuidado de la historia que hemos experimentado durante muchos años, quizás para siempre.
La gente está harta de mentiras, gaslighting, falsificación, etc.
Me temo que los jóvenes se están rindiendo y están adoptando un enfoque más perezoso de la historia, recurriendo a Wikipedia y a la IA para encontrar información.
Mientras, escribía Calima, recibí la visita de Cristóbal Colón, quien, en una conversación que duró toda una noche, me contó y mostró aspectos de sí mismo y de sus experiencias de los que no había oído hablar antes.
Al día siguiente me puse en contacto con un historiador español que ha dedicado toda su carrera a Colón.
Varias de las revelaciones de Colón le sorprendieron mucho, pero me animó a ser fiel a lo que Colón me había contado. Básicamente, nadie conoce hoy la verdad definitiva sobre los orígenes de Colón, su personalidad o sus viajes. Sólo podemos basarnos en relatos transmitidos de boca en boca, escritos e interpretados por cada historiador y en documentos cuya autenticidad es dudosa.
Espero que, a partir de ahora, la historia se publique en la cadena de bloques, donde no se puede cambiar, y que cada lector interprete libremente las palabras y profundice en las zonas grises.
La cadena de bloques es la única herramienta que se me ocurre para crear una mayor certeza de que podemos creer la historia que se cuenta, y que la supresión de la necesidad de buscar conocimiento se sustituya por el deseo de buscar información libremente.
VAT-¿Cuál es el punto positivo y el punto negativo que has podido percibir desde la crítica sobre Calima?
H.E- Sólo han pasado dos meses desde la publicación de Calima y hasta ahora las críticas han sido muy positivas. Calima ha tenido muy buena acogida y, como autora debutante y extranjera que escribe en dos épocas separadas por 500 años, me siento feliz, orgullosa y humilde por las amables palabras que recibo, no sólo sobre la historia, sino también sobre mi manejo de las sutilezas del lenguaje.
Todas las críticas están justificadas y recibo tanto los elogios como las quejas con gran respeto por el hecho de que la gente se tome el tiempo de decirme lo que piensa de mi trabajo.
Aprendo de todo ello y estoy muy agradecida.
Es un acto de equilibrio escribir con detalle sin aburrir y sin dejar al lector ningún tipo de libertad para crear sus propias imágenes de la historia. Parece que he conseguido ese equilibrio, porque palabras como: «No he leído una descripción del amanecer tan exacta», «Un libro largo, paciente, escrito por una maestra del lenguaje», «Con giros inesperados y un ritmo envidiable, es una obra que te deja reflexionando mucho después de haber cerrado el libro», «El desarrollo de los personajes principales está muy bien descrito» – me dan aún más ganas de lanzarme a escribir mi próxima novela, escuchar a los protagonistas y dejar que me muestren su camino a través de otra parte de la historia española.
VAT- El entorno del Día del libro, Sant Jordi, vino acompañado de la celebración de tu cumpleaños. ¿Podrías compartir con nosotros como fue todo el proceso promocional de Calima, su acogida humana y esa fiesta social que es su presentación?
H.E- De hecho, mi cumpleaños coincidió con la Feria del Libro de Granada, que fue mi primera feria como autora. Fue el mejor regalo de cumpleaños estar en la caseta de El Corte Inglés y firmar libros a los muchos lectores interesados. Fue absolutamente abrumador.
Escribir Calima fue un puro placer. Nunca me bloqueo y escribo sin dificultad. La comercialización, en cambio, es una tarea ingente. Afortunadamente, he tenido y dirigido una empresa de marketing durante 28 años, así que tengo algo de experiencia, pero sigue siendo un proceso que requiere mucho tiempo para un debutante en un mercado del libro tan grande como el español.
Hago todo lo que puedo mientras tengo que dedicar tiempo a escribir mi próxima novela.
Asisto a ferias, como las de Sant Jordi y Madrid, pero prefiero las ferias más pequeñas, donde hay un contacto más estrecho con los lectores y tiempo para conversaciones más profundas. Hago presentaciones y asisto a eventos relevantes.
Es un viaje maravilloso hacia lo desconocido. Todo lo que hago con Calima es una primicia. Afortunadamente, hay un poco de Pippi Calzaslargas en mí, así que cuando me enfrento a algo completamente nuevo, me digo: Nunca he hecho esto antes, así que probablemente pueda hacerlo.
Vamos a ver. Roma no se construyó en un día. Creo en mi obra; Calima tiene un atractivo muy amplio y llegará a muchos lectores.
Helle Espensen
Escritora, author, forfatter.
VAT ¡Muchas gracias por tu tiempo, Helle! Un honor compartir esta simbiosis de fundamento inspirador, percepción y experiencia como escritora frente a esta primera novela, Calima y con muchas ganas de hacer inmersión en su lectura, ahora que de forma solidaria con nuestra querida audiencia, estamos en igual ventaja para disfrutarla y comprenderla mediante esas valiosísimas pistas que nos has aportado.
A nuestra querida audiencia le transmito animosamente que en agosto y novela leída, tendré preparada una nueva batería de preguntas a corriente de cuestiones que naturalmente surgirán durante su lectura. Ciertamente, siento la premura de acometer el primer capítulo. Si bien puede parecer un circunloquio, es curioso que esta entrevista, como indicaba al principio, nos abre a Calima, es la propia obra la que nos conducirá a una nueva cita de ampliación.
¡Nos vemos pronto, Helle!
SECCIÓN DE EXTRAS.
¿No pudiste ver la reseña que nos dedicó Helle Espensen sobre Calima? Dos mujeres, dos épocas, un destino.
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