Si se pertenece a las generaciones previas a la impronta tecnológica, el cortometraje que lleva por título Una luz en Nochebuena, del director Óscar Parra de Carrizosa -DEHON Cinema International- trae de vuelta con solidez y con una excelente ambientación del contexto, el hecho de que el Espíritu Navideño se revalida. Y eso es así a pesar de ciertas resistencias. El tiempo deja en el olvido algunas cosas y persiste en mantener vivas otras. La Navidad es una de ellas. En una encrucijada que la favorece, prostituible para unos, auténtica para otros, ese equilibrio nos la trae cada año, para quién la sepa disfrutar vibrando.

Esta propuesta cinematográfica entre la entrañable experiencia costumbrista y la narrativa simbólica, activa importantes resortes.

Desde su penetrante música al posado y credibilidad de sus intérpretes, su guion y el forjado de su idea original. Contexto, actuación e idoneidad musical forjan la fusión alquímica.

Entre el genio de una chispa de la Dimensión Desconocida, Manuel de Pedrolo -El archivo- y sus inteligentes exposiciones Sci-Fi, junto a la paradoja del determinismo inverso de Sam Harris.

Y es que no es lo mismo pensar: oye, si volviera al pasado con todo lo que sé haría tal cosa, a que sea una brecha en el tiempo, el elemento que súbitamente nos sitúe en un escenario concreto. Ahí estamos, perdidos en un bosque segoviano, tensos porque vemos que no llegamos a la cena de Nochebuena a tiempo…y bajo la nieve, hallamos un acogedor hogar, una familia humilde que nos abre sus puertas.

La tensión aumenta sin preaviso.

Con imposibilidad de comunicarnos con el exterior porque por mor de la tormenta de nieve no hay señal, se establece un desafío. Con todo nuestro ser y sin saber exactamente dónde estamos con el reto de obrar con lo que se tiene y sin segundas oportunidades vamos a tener que afrontar una situación crítica. Y a todo esto, no se percibe nada anormal. Chances de la vida cuando te pierdes. En esas están los dos protagonistas. Con sus acuciantes preocupaciones una situación inesperada les asalta ¿Y si el destino tiene sus propios planes?

Una luz en Nochebuena evoca con oficio e inspiración sentida la memoria de la sencilla y especial forma de vivir la Navidad.

¡Y lo que es más, se revivifican sensaciones y emociones! Inocencia, que no ingenuidad. Autenticidad, valores profundos y creencia verdadera en el Espíritu Navideño. Bien saben el Director de esta deliciosa producción y el bien entrenado Staff actoral, con bases fuertes en el teatro, que el año que plantea la historia se halla en un momento en que nuestra sociedad, tal como la habíamos vivido en una dinámica de crecimiento lineal, iba a despeñarse en una caída libre llamada, permítanme que lo dude, evolución.

Hay una máxima por la que me he regido para hacer posible crecer paulatinamente esta iniciativa y es:

La imaginación reemplaza a la inversión.

Se pueden hacer monstruosidades con una millonada. En los dos sentidos. O joyas desde la presentación de una historia bien contada con personajes creíbles. La cotidianidad está infravalorada. Su público son personas fuertes, con valores y una alta sensibilidad, no existiendo el mínimo asomo de fragilidad en esos atributos. He visto películas comerciales que en dos semanas olvido y regalos como Una luz en Nochebuena que siempre dejará un fondo genuino en mi interior.

Los buenos actores saben ralentizar los momentos y capturar esencias emocionales en una intensa integrada de la entonación, la impostura y los gestos.

Su velocidad de lectura global es más rápida. Son habilidades selectivas y diría extraordinarias. Hay premio cuando el público se conmueve. No es suficiente querer, hay que saber hacerlo ¡Bravo!

¡Os invito gustosamente a compartir Una Luz en Nochebuena!

Reminiscencia cercana. Por qué Una luz en Nochebuena consolida la creencia de que hay que transmitir el Espíritu Navideño.

Desde mi infancia percibida, a partir de 1977, la Navidad era sencilla, siempre en la memoria el camino hacia casa de los abuelos. La ilusión y el escalofrío que recorría mi cuerpo iba in crescendo a cada paso de aproximación. Cómo gradualmente iba llegando el aroma de leña en combustión que dimanaba de la chimenea de una casa pagesa de Mallorca. Luego, saludar a la familia. Acto seguido, preparar las gambas, el discurso de SM El Rey, la cena, turrones, manjares varios…

¡Y el momento más tenso! subirnos a una silla y cantar para todos los villancicos aprendidos en la escuela.

A continuación, mis primos marchaban hacia la Misa del Gallo y recuerdo que me quedaba con la abuela viendo la tele. Conocía todas les Rondalles Mallorquines d’en Jordi des racó y nos agasajaba con bonitas y simbólicas historias…súbitamente abrías los ojos y era día 25: el dia de Nadal, como decimos por aquí. El otro Nadal llegó después y también nos hizo regalos, ja ja ja. En 1980 nacía mi hermana y las Navidades adquirirían un sentido aún más especial.

¿ Y sabéis qué?

Sigo sintiendo exactamente lo mismo, aún a costa de parecer imbécil en el concurrir por esta sociedad estresada y dopamínica tan dífícil de autorrealizar, que tiene a mal condenar la sensibilidad.

Intentan diluir el significado de la Navidad en el marco de una sociedad cada vez más globalizada, pese al vano esfuerzo, algo tendrá que se sigue hablando de ella.

El peso de la realidad y la concurrencia de avances tecnológicos, junto al proceso de infantilización/reducción/individualización de la sociedad, ataca de facto a las posibilidades de llegada del Espíritu Navideño, conculcándolo por el lado del consumismo exacerbado y ese crossroad cultural que cada vez importa más costumbres externas y hace más complejo alejar a los más jóvenes de la pantallita, hacerles sentir. Son más de 3.000 inputs diarios. Si a nosotros nos cuesta gestionarlos, ¡imaginad a los más jóvenes!

Quienes no trabajan en el ámbito de las relaciones humanas a nivel de profesión quizá no conozcan lo que cuesta hoy en día competir por la atención.

Y más cuando partes con desventaja, como ocurre día a día en el ámbito de la enseñanza, donde todas aquellas acometidas que no motivan porque requieren esfuerzo tienen la mecha corta. Las teorías deprivacionistas nos hacen perder el tiempo. Quienes sabemos que el reto para intentar, y digo en el sentido de tratar, de igualar fuerzas con el ritmo vertiginoso de la sociedad actual, nos pasamos día tras día buscando el modo de encadenar estímulos explosivos para transferir a instancias, propuestas de continuidad en el trabajo.

Ocho segundos para captar la atención. Éxito vs fracaso. Ahí reside el arrojo de la actuación que genera inercia atencional.

Desde la fuerza para transmitir, por parte de quienes conservamos aquellas vivencias, desde las escuelas y los nobles medios, como hacen Óscar Parra y su Equipo con este exquisito ejercicio: Una luz en Nochebuena. Captan la atención por el encanto. Una propuesta sencilla, dulce y eficiente.

Era complejo establecer un marco demasiado lejano para explicar la historia. Se halló la distancia justa. El punto en el eje cronológico en que nuestra sociedad y el mundo en general iniciaron un imparable proceso de aceleración.

El enclave temporal de Una luz en Nochebuena constituye el eje de transición en el modo de vivir y comprender la realidad. Una rampa de velocidad global que lo aceleraría todo. 1992, para empezar, fue año Olímpico. A partir de ahí, todo será de otra manera. Y así lo percibí personalmente en su momento. Y posteriormente, durante el visionado. Por este motivo tengo fácil validar ese planteamiento.

Más allá de la inminencia de la llegada de los Reyes Magos de Oriente, o el legendario Olentzero en Euskadi, Papa Noël llegó muy poco después y lo hizo para quedarse, igual que el Black Friday, como antesala de la voragine de gasto que hoy en día empalma con la Navidad, se fue desdibujando para las nuevas generaciones, el sentido clásico de los valores profundos que atesoran estas fiestas.

Hay un esfuerzo incipiente de desvirtuar, por qué no decir, atacar la Navidad, pero todo el mundo habla de ella.

Joan Miquel MJ en el programa La reunión secreta refirió en una de las perlitas del programa que Europa sugiere decir «Felices Fiestas» en lugar de un enérgico y contagioso «Feliz Navidad». Personalmente lo hago en todas partes. ¡Feliz Navidad! pero ya te contestan Felices Fiestas, o te miran con cara de: ¡Vaya primo!. No obstante me da igual, porque esa expresión, a modo de terapia, me mantiene vinculado a la impronta particular de la Nochebuena y por extensión y en grado elevado de intensidad, a todo el recorrido mágico de la Navidad…una sensación entrañable y acogedora que te dejaba desolado la víspera de regresar al cole día siete de enero. Las estaciones se sucedían y de nuevo en unos meses, tumbabas octubre y nuevamente la veías cerca. Quizá noviembre fuera el mes más largo, aunque considero, vivo, que el reverdecer del espíritu navideño se inicia ese mes, mucho antes que el Adviento, día 1 de diciembre.

La magia que inspira Una luz en Nochebuena.

Cuando un Equipo creativo consigue emocionar, conmover, activar, hacer reflexionar, con una estructura sencilla y una narrativa natural, consigue con éxito su fin. De forma simbólica se produce la magia en el film. Cuando sientes escalofrío y este te induce a abrir canales internos y emocionarte sin complejos, acontece la génesis de una transformación.

Y cualquier noble propósito que pongamos en el horizonte podrá cumplirse.

Porque cuando se siente y se expresa, se produce un desbloqueo sanador que nos hace más aptos para afrontar la vida con optimismo. La forma de proyectar la energía hacia el futuro depende al par, del foco, y de los valores y sentimientos asépticos que accionan las palancas de la ilusión movilizadora.

Fundamento inspirador

En primer lugar felicito al Equipo creativo del cortometraje de Una luz en Nochebuena. Me ha hecho sentir acompañado, porque incluso en el entorno cercano, en la vida cotidiana se perciben explicitamente tres síntomas muy preocupantes en estas fechas: desazón, tristeza e inercia.?

El Grinch mola más.

Está de moda. Salvando las distancias con excepciones personales de pérdidas de seres queridos en estas fechas y en especial, del Día de Nochebuena, en general son personas que vivieron de igual modo el núcleo fuerte de la Navidad, pero que transitan con dolor el proceso de rememorar. Se experimenta una suerte de pánico a la nostalgia que las deja en una situación intermedia que hace vivir las fiestas con un poso agrio y desangelado. Y es lógico. Incluso para que la Navidad perdure, una de las claves de ese conglomerado de factores equilibrantes a los que anteriormente me he referido puede ser el odio sentido o fingido a la Navidad.

Desde la experiencia y como propósito de estas fechas, en aras de aportar valor a partir de la reflexión de contraste que me ha traido como regalo este cortometraje, Una luz en Nochebuena, ha sido:

Deja de dar espacio en la mente y en el discurso a todas aquellas cosas que crean malestar. Verás que de repente se crean espacios de paz y de forma sucesiva, de elevados niveles de imaginación y creatividad.

Una luz en Nochebuena tiene ese impacto.

De primeras dices…un poco ingenuos los personajes ¡Aparecen las resistencias! Luego sigues respirando el constructo y el modo en que transita la historia. Así, a la corriente, si apartas esas capas de bloqueo, te dejas llevar y reconoces que el Espíritu Navideño, esa magia auténtica, estuvo profundamente arraigada en nuestro interior y de hecho, continúa vigente. Es cierto que para muchos sea más fácil desvirtuar el valor de la Navidad en el entorno coloquial y ocultar el sentimiento bajo una fingida consigna de indiferencia. Si al menos, de forma privada, se ha conseguido sentir, la Realización de esta dulce historia ha cumplido su fin y un servidor, sentirse honrado cooperando desinteresadamente y con gusto en su divulgación. Igual que un buen Cheff emplata una receta que te capta por los sentidos, la técnica se percibe, DEHON nos ofrece una seductora degustación,

Elenco Actoral:

José Luis Panero González-Barosa, en el rol de Luis José. Premio al Actor Principal del I Festival Nacional UNIR de teatro aficionado (2016). Profesor de Honor de Trinity College (2017).

Alberto Mazarro, como Antonio. Premio de videos de las fiestas de Nambroca.

José Antonio Ortas, interpreta el papel de Pepe. Doble candidato al premio Goya (2015 y 2016).

Mario Pérez-Roldán es Juanma. Un viaje de 13.000 días, Una luz en Nochebuena y próximamente, Gemma Calgani.

Gema Valderrábano León, en el papel de Leonor. Una luz en Nochebuena.

Con la colaboración especial de Pablo Pinedo y Luis Fernández de Eribe.

Mención especial a la banda sonora, que corre a cargo de Maya Belsitzman & Matan Ephrat.

La consigna fundamental en este trabajado equipo actoral es la credibilidad.

El final es especialmente bonito ¡Prestad atención!

Agradecimientos.

Agradezco como es de ley a la escritora y guionista Belén Hernández la oportunidad de poner en mi conocimiento la existencia de Una luz en Nochebuena. Belén ha participado en el proceso de revisión del guion, codo con codo en compañía de José Luis Panero. A Óscar Parra y a su espléndido Equipo de producción, la autorización para vivificar y co-transmitir la importancia de mantener el valor transformacional del Espíritu Navideño.

3 Sugerencias para disfrutar y comprender Una luz en Nochebuena.

1-Intenta hacer un ayuno tecnológico de 24 horas antes de verla.

2-Crea un ambiente tranquilo, cómodo y a baja luz al calor de una hoguera o una buena estufa. Ambienta el espacio como hacías en la niñez. Relájate y haz un esfuerzo por regresar a aquellos años. De repente el estrés y el mundanal ruido desaparecen. ¡Es momento de darle al play!

Desde tiempo inmemorial y hasta el fin de mis días me hago acompañar de dos portentos musicales navideños: el Album The Andy William’s Christmas Personal Collection y el documental Christmas in Paris de Perry Como de 1982. Seguro que en el sótano tienes algún cassette con tus villancicos preferidos ¡Pierde el miedo a revivir! La experiencia lo vale. También los puedes hallar en You Tube.

3- Acoge la idea de emocionarte. Parece que hoy en día está penalizado. Igualmente recomiendo ver el cortometraje preceptor: Un viaje de 13.000 días. Cortometraje muy emotivo dirigido por Óscar Parra de Carrizosa y producido por DEHON-Cinema International 2023.

Conoce DEHON-Cinema International.

Suscríbete a Dehon en Youtube.

¿Quién es Óscar Parra de Carrizosa? ¡Conoce detalles sobre su carrera artística!

Compártelo: